Vida cotidiana de los filósofos

Un tema afín al tratado por Gabriela Sued, ayudante de mi cátedra de Procesamiento de Datos -a quien damos la bienvenida- en su primer posting dentro de esta sala de discusión virtual, es el conocimiento de la vida cotidiana de los filósofos. Se los saca así del éter en el que viven -o dicen vivir- y se los trae al barro de la cotidianeidad y del día a día. Porque por mas filósofo etéreo que se sea hay que comer, cagar y otras trivialidades fisiológicas. Ese pulso fue brillantemente retratado por Thomas Abraham y sus coequipers del Colegio Argentino de Filosofía en su obra Vidas Filosóficas (Eudeba, 1999). En las 25 biografías de lo cotidiano intelectual -que formaron parte del seminario 1997 de un ciclo iniciado incréiblemente en 1984- se incluyen referencias a las bebidas alcohólicas ingeridas por Sartre mientras redactaba su famosa Crítica de la razón dialéctica, las cartas de Hegel a su bodeguero, los mensajes de Ortega a su mujer, los diarios de fábrica de Simone Weil, las pasiones amorosas de San Agustín o los avatares mercantiles de Pascal. He aquí el prólogo y la explicación de que es una vida filosófica y de como trabajan esos intrépidos en sus máquinas de pensar, asi como una reseña crítica de Nestor Kohan.