Una sola vez me presenté a un concurso universitario. Fue en 1986 en la supuestamente renovada cruzada alfonsinista de devolverle seriedad, transparencia y profundidad a las instituciones. En la facultad de Filosofía y Letras. En la UBA. Fue un fiasco. Se trataba de la adjuntía de Filosofía de la Ciencia, y el mismo había sido amañando para que lo ganara Rodolfo Gaetta, después eyectado de un cargo administrativo universitario en La Plata acusado de plagio y fraude académico. Tan sucio fue el juego que tardó tres años en sustanciarse con apelaciones y golpes bajos provenienets de varias partes.
Tomándonos en solfa a la filosofía y en serio a todo lo demás