Hubo una época en que Apple tuvo una idea genial. Fue a fines de los años 80. Cuando decidió incluir en su modelos mas nuevos de computadora un software gratuito y maravilloso. Se trató de Hypercard un entorno de programación poderoso, pero a la vez tan simple, que lo usaron tanto profesionales como niños.
Desde su lanzamiento en 1987, HyperCard cuenta con un número importante de fieles seguidores, a pesar de que no aparecen actualizaciones desde hace unos cuantos años (la ultima versión disponible es 2.4.1.). Apple continúa vendiendo el software a 99 dólares, pero no lo actualiza desde 1998.
Como sirve para crear aplicaciones adaptadas a las necesidades del cliente en cuestión de minutos, HyperCard todavía es utilizado por muchos investigadores académicos y pequeñas empresas.
Emprendimientos importantes como Renault, y usos llamativos como el control de luces del edificio más alto del mundo, las Torres Petronas de Kuala Lumpur, Malasia se hacen a través del Hypercard.
También se utiliza mucho en las escuelas para enseñar conceptos de programación y para crear materiales de aprendizaje interactivos o redactar informes escolares. El poder del programa radicó en su facilidad de uso: la información se almacena en una serie de «tarjetas» organizadas en «pilas».
Las tarjetas se conectan entre sí, como ocurre con los links de hipertexto en la Red; y un lenguaje de programación que es en realidad un lenguaje natural, llamado HyperTalk, se encarga de ejecutar los comandos.
HyperCard da soporte para fotos, audio y video, y sirve para hacer de todo: desde juegos hasta sistemas contables, herramientas de investigación científica y material de enseñanza.
Lo que se consiguió con este entorno de programación fue algo fabuloso. Que haya chicos muy chicos, o que infradotados como el que escribe, podamos dominar HyperCard en poco tiempo y crear bases de datos sobre cualquier cosa. No nos olvidemos de que maravillas como Myst y Riven fueron creadas con este programa infernal.
Pero Apple así como hace genialidades se manda cagadas sin fin, Mientras distintos grupos de usuarios piden que se adapte HyperCard para que corra con el sistema operativo Mac OS X, y que se le incorporen algunos elementos muy comunes hoy en día, como el color (cosa que su primo Supercard hizo hace como 10 años no se lograba en Hypercard sino con XCM externos). Básicamente, HyperCard sigue siendo blanco y negro.
Antes de que apareciera HyperCard, la programación era más o menos tarea exclusiva de los programadores profesionales. HyperCard es obra del genio de la programación Bill Atkinson, que quería crear una herramienta de programación que estuviera «al alcance de todos».
Bill Atkinson es el genio de la programación que está detrás de HyperCard, MacPaint y de gran parte del sistema operativo Macintosh original, pero se lamenta por lo que pudo haber hecho. Por ejemplo, el primer navegador de Internet.
Increíblemente Atkinson considera, no llegó al nivel que podría haber alcanzado, dado su potencial. Le falto la intuicion que tuvieron Tim Berners-Lee y otros geniales inventores de browsers de los años 90 como Lou Montulli que había adaptado Lynx para la web, Eric Bina de NCSA, Tom Bruce autor de Cello, Steve Putz de Xerox y Peu Wei autor de Viola. Aquí tenemos una buena página con la historia de los primeros navegadores.
Todo lo que estos programadores tenían en común era operacionalizar la noción genial de la gente de Sun de que la red es la computadora. Curiosamente Atkinson (atrapado por la adoración de Apple) no advirtió que se podían establecer vínculos entre diferentes tarjetas y pilas situadas en las máquinas de diferentes personas a través de la Red -en lugar de vincular tarjetas y pilas dentro de una misma máquina como el programa y el sistema operativo sugería-
Y porque no lo vio se privó de crear el primer navegador de Internet. Mas allá de que amamos a nuestras Macs, convengamos en que Apple tardó bastante en mirar hacia la red como un entorno primordial. Si Atkinson hubiera trabajado en un ámbito centrado en las redes, como Sun, HyperCard podría haber sido el primer navegador web. Su ceguera al estar en Apple le impidió hacerlo.
Con una honestidad que raja la tierra, Atkinson admite hoy que jamas creyó que la posibilidad de que todo el mundo estuviera conectado fuera algo más que un sueño imposible. Y con una humildad que ninguno de los poderosos de allá y de los chantas de acá tiene, admite haberse equivocado de cabo a rabo habiéndola errado por completo.
En una entrevista reciente que le hizo la revista Wired, Atkinson recordó que los ingenieros de Apple dibujaban las redes como un racimo de computadoras enlazadas. Los ingenieros de Sun, en cambio, primero dibujaban la backbone (red troncal) de la red, y después las computadoras conectadas. Y esa es una diferencia radical, que según Atkinson le impidió pensar de otra forma.
Lo que le falto a Atkinson fue pensar con una mentalidad más global, imaginándose a HyperCard de esa manera. La idea es mas que obvia (hoy, je que piolas!) y fue la genialidad absoluta de personajes como Berners-Lee, Peu Wei y Tom Bruce haberlo entendido desde el mismo principio. No se transfiere un sitio web completo a un disco rígido para luego recorrerlo. Se lo recorre por partes…es mucho más poderoso que una pila de tarjetas en el disco rígido.
Desarmando todas las estrategias de la mayoría de los vendedores de programas de los últimos 20 años, Atkinson insiste en que el verdadero valor de las computadoras no radica en las planillas de cálculo, ni en los procesadores de texto ni en la autoedición, sino en la Web.
Atkinson sigue usando HyperCard a diario. Su libreta de direcciones es una enorme pila HyperCard; además, ha desarrollado una serie de programas customizados que utiliza como herramientas para su tarea fotográfica y para mantener su sitio web.
Mas alla de sus limitaciones, admitida por su propio creador, HyperCard ha producido cambios importantes; por ejemplo, se dice que ayudó a desarrollar el lenguaje Java y la Red. Muchas de las herramientas de programación que se utilizan en la actualidad presentan interfaces gráficas que emulan a HyperCard, como Visual Studio, de Microsoft.
Sólo lo pudieron superar otros programas de Mac de multiplataforma, como SuperCard, MetaCard y Revolution, que son o bien muy costosos o muy complejos para el usuario común.
También hubo pedidos para que se le diera a conocer el código fuente a la comunidad de programación de fuente abierta.
En nuestro país hubo varios pioneros que lo usaron y lo cultivaron con inteligencia y gusto. Entre ellos esta mi amigo Horacio Reggini que sigue teniendo su agenda en las pila de Hypercard. Pero quien le dio un uso soberbio fue Carlitos Scolari ,recién mudado a Vic cerca de Barcelona, quien armó un hermosisimo demo de que es un hipertexto utilizando Hypercard a full. Su Hyperlibro es tan bueno lo que hizo que me permití subirlo al weblog de Filosofitis. Hasta que me lo haga sacar (o no) aprovechen y verán de que estoy hablando. Ah si claro necesitan Mac OS para correrlo.
lo nesesito