El lenguaje es una conversación colmada de secretos que se intercambian. Todavía no se ha trabajado adecuadamente el funcionamiento de la verdad y la mentira en la sociedad. (Paolo Fabbri)
Gran parte de la teoría de la comunicación se basó en la noción de emisores claros y distintos. Donde se podía emprolijar sin dificultad al enunciatario de la emisión con sus anteojeras ideológicas inequívocas. Por eso se volvió un ejercicio de (aburrida) confrontación señalar un hecho político, social o económico y la forma dispar con que los diarios, mucho mas que las revistas, la radio a la televisión lo editorializan.
Y si bien alguna vez un infiltrado apareció en la vereda opuesta por error, magnanimidad o estrategia a nadie se le ocurre que Émbito Financiero o La Nación hagan una apología de los piqueteros o que Pagina/12 o Veintitres le doren la píldora a López Murphy o al FMI.