Los avatares de Sherry Turkle y el sexo virtual

Lo que ha hecho Sherry Turkle no es poca cosa. Porque en pleno 1996 la autora no solo ocupó la tapa de The Sciences en ocasión de la aparición de su último libro Life on the Screen. Identity in the Age of the Internet (traducido al castellano por Paidós en 1998) y la propia revista Wired -la biblia de las publicaciones digitales- le dedico una página a resumir su libro en el número de Enero de ese año, ese mes Sherry llego a la cumbre. Fue tapa de Wired de Abril de 1996.

1. Reconocimiento entre pares

Cuando en 1995 salió publicado una de las mejores narrativas acerca de la virtualidad en el ciberespacio, un eminente critico y ensayista los aludo diciendo textualmente: «aleluya, por fin una critica social de la tecnología que verdaderamente entiende su tema, que es capaz de auscultar los tonos de grises y de escuchar mas de una nota. Porque en este caso dice mucho quien lo dice acerca de lo que e s dicho

Howard Rheingold tiene muchos méritos. Es un escritor profesional que vive de lo que mas le gusta hacer, que es escribir ¿a quién de nosotros, mostradores modernos de lo post-moderno no le gustaría tener su misma suerte? En los últimos 15 años ha publicado una seguidilla de libros que desasnaron a mas de uno -este editor incluido. Es fanático de la Mac y le regaló su vieja SE a su hija Amy cuando ésta tenía 3 años. Vive en Mill Valley, cerca de Sausalito uno de los lugares mas lindos del mundo. Fue editor del Whole Earth Review durante varios años y acuño perlas y difundió autores y temas fantásticos. Fue el primer moderador de la conferencia Virtual Reality en The Well y tiene mucho olfato y criterio.

Como es obvio el elogio remite a la maravillosa última obra de Sherry Turkle. Lo que ha hecho esta autora no es poca cosa. Porque en pleno 1996 la autora no solo ocupó la tapa de The Sciences en ocasión de la aparición de su último libro Life on the Screen. Identity in the Age of the Internet (traducido al castellano por Paidós en 1998) y la propia revista Wired -la biblia de las publicaciones digitales- le dedico una página a resumir su libro en el número de Enero de ese año, ese mes Sherry llego a la cumbre. Fue tapa de Wired de Abril de 1996.

Separemos pues ambos méritos. El de haber sido la primer exploradora (interactivista participante en la forma aggiornada que hoy tiene el antropólogo de las redes) interesada, dedicada e iluminadora del universo interneteano. El de haber recibido el espaldarazo de Wired con una amplia nota nada inocentemente titulada Sexo, Mentiras & Avatars. Sherry Turkle sabe lo que realmente significa el juego de roles en el ciberespacio, le brinda todo el peso -y eventualmente cierto culto pro-establishment- que su maquinaria impone.

Empecemos pues por el principio que es el camino que llevo a Sherry a esta cumbre y como el mismo estuvo dedicado a investigar -y trascender- lo liminal. Sherry aprendió esta palabra cuando estudiaba con el famoso antropólogo Victor Turner en la Universidad de Chicago. Se refiere a ese momento cuando las cosas están en el medio de… cuando las viejas estructuras se han derrumbado pero las nuevas no han aparecido aun. Históricamente se trata de esos momentos de mayor carga y densidad cultural, todo lo viejo se resignifica. Así lo vivió el Bloque soviético en 1989 y así nos pasó a nosotros en 1976 -a pocos días de cumplirse el 20 aniversario de esta re-fundación siniestra de la Argentina, y a lo mejor nuevamente el 19/20 de diciembre de 2001.

Para Turner la liminalidad tenía que ver con las transiciones. Lo que Turkle recogió de Turner es que a diferencia de otros momentos históricos y biográficos lo propio de este fin de milenio es la perpetua liminalidad. Vivir en/con los flujos no es ya un rito de pasaje sino un pasaje perpetuo de ritos.

Si lo sabría Turkle -que hoy tiene 53 años. los mismos que yo- que al final de su segundo año en el afamado Radcliffe College pasó un verano en Europa haciendo dedo, para volver un año mas tarde cuando murió su madre y se quedo a vivir en Paris 18 meses trabajando de mucama. Fue justo en el Mayo Parisino y de noche Turkle (no tanto como Belle de Jour pero si mucho mas que la timida y tonta adolescente norteamericana promedio de 18 años) iba a comer al Maxims al ser invitada a los seminarios exclusivos que los popes franceses le daban a los norteamericanos ricos en París -para escandalo e incomprensión de sus patrones.

2. Coqueteando con la liminalidad

Para Turkle éste fue uno de los primeros coqueteos con la liminalidad y las múltiples personalidades, y junto con sus transformaciones personales le daría tela para hacer su tesis de doctorado en lo que se convertiría en el excelente libro La irrupción del psicoanálisis en Francia (o los avatares de Lacan) extraña traducción al castellano de un libro que en inglés nació bendecido con el titulo de Política psicoanalítica y contaba los extraños juegos de lenguaje que en la maravillosa Francia de la década del 60 y mediados de la 70 había visto cambiar si no al menos sus estructuras económicas y políticas si al menos sus lenguajes.

Lo interesante de la alianza Turkle-Lacan es que todo lo que ella estudio acerca del lenguaje y sus devaneos con lo imposible se traducirían en hipótesis interesantes y ricas para muchos años después revivirlas en su interacción con la computadora. Lacan fue el Copernico de la antropología hombre/maquina mientras que Turkle es su Galileo -y quizás algún día su Newton.

Las primeras observaciones que Turkle hizo hace muchos años atrás de los MUDS, esos participantes que circulan su identidad a través de múltiples yoes puramente textuales, le permitiría elaborar hipótesis fuertes acerca de como la gente utiliza a la Internet como laboratorio social significativo para experimentar con las construcciones y reconstrucciones del yo que caracterizan a la vida post-moderna. Construimos yoes reales en las realidades virtuales.

Lo que ex-humanistas como yo venimos execrando (pero también coqueteando) hace cerca de 30 años en cuanto al parloteo y la jerga; el descentramiento (traducido en Guevista: a múltiples usuarios); intertextualidad (traducido= oh hipertexto); fragmentación (traducido= mi yo en la conferencia de Política, mi yo en la del Headline News, mi yo en Protección al menor II); borramiento (traducido a lenguajes de objetos) por fin se revela… fotograficamente.

Según Turkle, Lacan se habría fascinando con las computadoras -sus únicas referencias en los seminarios de 1955 son hacia la cibernética- por la idea de este nuevo espacio en donde tejer el orden simbólico. La Web es una idea muy lacaniana -cadenas, nudos, tejidos de sentido, gente que construye sentido asociativamente y no linealmente.

Por motivos de perdida personal y de sentido de la perdida de la identidad, Turkle se analizó y se convirtió en una analista. Pero su fuerte fue otra conversión el pase del estudio del psicoanálisis a la sociología del conocimiento científico. El estudio de como las ideas hacen a la gente y la gente hace a las ideas

Si bien Sherry perdió joven a su madre una constelación de figuras femeninas le sirvieron de tutela curativa que hoy trata de traspasar a su hija Rebeca de 10 años (Sherry estuvo casada con Seymour Papert a mediados de la década del ’80, hoy como dicen las crónicas, son buenos amigos) . Lo que para algunos lo logra el análisis o alguna relación profunda o el arte, para otros lo logra la inmersión en otra cultura. Y este fue magistralmente su caso.

Vivir en Francia y hacer como los franceses, le despertó un sentido de totalidad y de actualización de partes escondidas de su personalidad que recién recuperaría en su interacción dispersa y distribuida con las computadoras muchos años mas tarde.

Lo mas importante es que todas las cosas que Turkle presentía, leía, escribía ,comentaba y suponía no se encarnaron en ella hasta que pudo revivirlas, reproducirlas, actualizarlas y experimentarlas en sus juegos en/con la red.

Por eso El segundo Yo publicado en 1984 (y traducido y circulado en Buenos Aires por la editorial Galápagos exactamente en el mismo año) sería un turning point, otro estado liminal entre los estudios puramente teóricos de Lacan y la antropología de lo vivido a pleno de La Vida en la Pantalla aparecido a fines de 1995.

Lo que Turkle descubrió hace 10 años es que si un grupo muy grande de personas (hackers, computistas, fanáticos o simplemente usuarios) usa tanto la maquina como para llegar a pensar como una máquina o que la máquina es un buen modelo del pensar entonces estamos frente a la emergencia de una nueva cultura. Por eso El segundo yo se convirtió en su diario autobiográfico numero 2.

De allí provienen ideas brillantes y tan poco aprovechados hasta hoy como la computadora como objeto evocativo; la existencia de los estilos de programación duro y blando, la existencia de subculturas y cosmológicas diferenciadas.

El libro se cerraba con una extraña actitud de cuidado y respeto por el uso de la computadora como simulador de las emociones y como espacio para construir, testear y hacerse a uno mismo. Todo esto es retomado en su reciente libro. Y todo esto retomado en la fascinante reconstrucción que Pamela McCorduck hace en su entrevista a Turkle en el numero de Abril de Wired. Y todo esto retomado por nosotros en nuestra relectura de Turkle/Mc Corduck. Una intelectual moderna de lo post-moderno si las hay. ¿Y sobre el efecto Wired? ¿Y sobre Vida en la Pantalla?

3. ¿De qué las va el sexo virtual?

Al final de la larga entrevistaen Wired la Dra. Sherry vuelve a dar en el clavo. Se trata esta vez de un asunto muy delicado, y difundido y poco examinado y curioso y fantástico y… el sexo virtual.

No es casual que de los primeros tópicos que se desarrollaron en la conferencia Realidad Virtual en The Well alla por el lejano 1990 varios estuvieron dedicados a la tele-dildonics, o masturbación o manipuleo genital a distancia.

No es casual que los sites que mas hits tuvieron durante los 2 años de masificación de la Web fueran -antes del 8 de Febrero de 1996 y del primer intento serio de establecer una censura de contenidos en la red- Playboy y Penthouse -y después también.

No es casual que las grandes innovaciones tecnológicas -entre ellas el CD-Rom y las videograbadores- encontraron en el negocio/arte del sexo a su mejor aliado.

Y si bien las discrepancias siempre florecen del lado de las discusiones políticas y religiosas -es raro que las haya del lado del sexo. Porque del sexo se habla o no, se esconde o se muestra, se pontifica o se picaflorea, pero discrepancias las hay pocas y ninguna. Salvo algún palurdo/a sobre las bondades del sexo hay poca discusión -aunque se diga desconocerlas, no necesitarlas, poder hacer caso omiso de, deber postergarlas, concentrarlas en una sola mujer/hombre.

La pregunta de Sherry que casi cierra su entrevista es una pregunta que tiene muchas aristas. La Dra. Sherry se pregunta: ¿Si yo tengo sexo virtual con alguien en la red (entendiendo por ello flirteo, coqueteo, seducción, juegos de palabras, chichoneos, o lo que sea y sin llegar a consumar ningún de las fantasías en un encuentro real, se supone) ¿le debe interesar a mi pareja? Y en ese caso ¿es una muestra palmaria de infidelidad -que puede llevar al previsible divorcio como en una historia reciente tan bien contada en la revista Details– o se trata por el contrario de una variedad novedosa de la pornografía (en su dimensión privada) no muy distinta de la de leer Playboy en papel o ver un video porno… a solas -y que el otro se la banque?

Pequeña diferencia que hace todas las diferencias. ¿Que es lo constitutivo de la relación erótica: la presencia y el contacto físico o la intencionalidad, naturaleza del diálogo, capacidad de uso del ancho de banda reducido y posibilidad de acicatear la fantasía del otro con el simple remedo de las palabras? ¿El espíritu o la carne? -aunque ya sabemos que siempre es el espíritu y la carne.

Aunque por caminos tortuosos la importancia de la pregunta de Sherry hace resonancia con la decisión de quienes asesoraron a Bill Clinton. Porque la Nueva Acta de Telecomunciaciones -finalmente derogada- al decidir por decreto, como se hace tanto por aquí, que la Internet es un medio de irradiación y no un medio impreso la privada de la inmunidad que en USA tienen los medios escritos de la libertad de expresión.

Y aunque nadie definió todavía si los intercambios escritos (a la París/Texas pero allí eran una muestra de sexo telefónico) en Internet son doble standard o pornografía no hay duda de que una gran divisoria se abre en estos intercambios que traerá mucha cola o pitos (virtuales).

4. De Lacan a los juegos de roles y los flirteos en linea

No es casual pues -retomando la historia de ayer-, que nuestra heroína intelectual haya pasado de considerar las vicisitudes de la lengua en Lacan, pasando por los objetos evocativos para recalar finalmente en los MUDS, los juegos de roles y los flirteos en linea. En ningún otra lugar como en la Red se impone con tanta fuerza el poder creativo del lenguaje para generar mundos de experiencia compartidos.

Internet (en todas sus variantes desde el frío MUD textual hasta las nuevas variantes de la mensajería instantánea y de las videoconferencias caseras) manifiesta una potencia de ampliación de la experiencia que asusta a mas de uno. Por eso los intentos de la FCC norteamericana de desproveerla de la malla protectora de la libre expresión. Por ello el interés de las grandes corporaciones de pavimentar con rapidez y saña este lejano oeste virtual.

La Dra. Sherry no se mete demasiado con la macroeconomía de las redes. Ella es una buena analista y lo sabe en el estudio microeconómico, en la etnografía de la construcción de identidades y sus análisis y estudios de campo sentarán un precedente y mostrarán como hacerlo a grandes grupos de estudiantes -como los que tendremos en nuestra materia en la UBA sobre ciencia y tecnología cognitivas.

La observación participante en/de los MUDS revela que lo que estos millones de personas hacen -sin saberlo ni necesitar saberlo- es enactuar la sociedad del lenguaje imaginada por Lacan hace muchas décadas. Se trata de la vida en la pantalla que necesitará -multiplicando ese absurdo distanciamiento y redoblamiento hermeneutico escondido en la pasión por entender- de millones de horas de descodificación, de comentario electrónico.

Lo que está en juego en este nuevo continente es la cultura de la simulación -pero no la versión letrada y aguachenta de Baudrillard– sino la propiamente fabricada a golpes de teclado, deslizamientos de mouse y millones de horas-hombre de programación y juego. Ya no estamos solos con el segundo yo, sino que hemos abrochado a nuestros otros yoes (nuestras múltiples personalidades) a una red y con este salto dimos todos los saltos. Ya no se trata solo de yoes sino de reglas de interacción social que fabrican mundos… que empiezan siendo virtuales pero pueden terminar siendo mas reales que la realidad tradicional.

La Dra. Sherry se ha convertido en una promotora de la cyberlife, en una celestina de los grupos de interés y en una multiplicadora de las ocasiones de encuentro entre ciudadanos virtuales que no saben los unos de los otros.

Si bien la Dra. Sherry todavía se ríe de la primera vez que un novio potencial la llevo en su primera cita a ver en 1967 a una mainframe -u objeto totémico mas que evocativo- es consciente de que en estos días existe una indivisibilidad entre su vida personal y su vida profesional -como nos pasa a casi todos nosotros. La computadora ya es una mediadora universal entre algunos de nuestros yoes y los demás. Si alguien no tiene e-mail se pone a cierta distancia de nuestros deseos y búsquedas. Si alguien no está en Internet se aleja aun mas.

5 ¿Como podemos ser creíbles si estamos tan desperdigados?

En sintonía con un gran grupo de antropólogos post-modernos (James Clifford, Clifford Geertz) la Dra. Sherry nunca se llevó bien con las metodologías duras -nosotros tampoco- (análisis factorial, chi cuadrado, grupos de control) y todo su trabajo ha sido cualitativo y narrativo (aunque anclado en marcos sociológicos y psicoanalíticos muy precisos). Su ductilidad mas que su reduccionismo la llevó a ser rechazada en 1984 en MIT cuando solicitó su tenure. Tuvo que desplegar una aguerrida presencia y una lucha sin cuartel para que se reconsiderara el caso y quedara definitivamente aceptada -pasado el momento de negociación de la identidad entre su cuerpo docente de primera.

La perdida, la ilegitimidad y la negociación de identidades le han pasado tantas veces en su vida, que su trabajo aparece fundido con su vida y su vida son capítulos de su trabajo. El carácter autobiográfico de Vida en la Pantalla es abiertamente rescatado por la autora que proclama como ejercicio de humildad y de recuperación de las potencialidades de la personalidades vivir en la pantalla.

Contrariamente a tanta sanata fóbica y mal encaminada, lo que nos dice la Dra. Sherry es que áas vida electrónica nos hará -si no mas felices, ¿quién sabe como se logra este nirvana terrenal?- al menos mas variados, ricos y fluidos. La computadora provee entrenamiento selectivo y sistemático en despliegue de identidades -es como tener 10 trabajos simultáneamente, 10 amigos de primera y quien nos dice 3 o 4 mujeres u hombres de tiempo completo. Todo encapsulado en las paredes de lenguaje, en la intimidad del tubo y en la delicadeza (o improcedencia) de nuestros deditos que tipean y tipean sin cesar.

La supuesta amenaza de que la computadora despierte en nosotros el desorden de las múltiples personalidades debe contraponerse con la posibilidad que tiene Internet de trasmutar una experiencia ordinaria, dejándonos jugar con ella y dándonos un lenguaje para poder vocalizarla.

Una personalidad sana no es una personalidad única. Una personalidad sana es tener la habilidad flexible para negociar los muchos yoes que cada uno de nosotros somos, reciclándonos perpetuamente a través de múltiples identidades. Los hombre fuimos cocinados para adorar (y ser Uno) las mujeres siempre jugaron mas de un rol. Para ellas los tiempos turbulentos son (un poco) mas fáciles. Para nosotros (según la dureza de nuestra caparazón) un tormento mas o menos subsanable.

En las redes somos multitudes. ¿Cómo hacer entonces para darle a nuestra expresión cierta coherencia, a nuestra metamorfosis perpetua cierta estabilidad? ¿Cómo podemos ser creíbles si estamos tan desperdigados? Nueva paradoja: debemos coexistir en nuestra dispersión tratando de organizar una voz ordenadora, para desordenarla después. Como en la terrible escena final de Terminator II cuando el T-1000 es «terminado» -y sus múltiples personalidades resurgen por última vez- solo que, en nuestro caso, para renacer.. mejores

Gran parte de nuestras dificultades las plantean nuestros cuerpos. En que tenemos un solo cuerpo y que somos un solo cuerpo. El cuerpo nos devuelve nuestro sentido de unidad y autenticidad. ¿Como hacer para que 50 yoes coexistan en un solo cuerpo? ¿Llegaremos a tener en el futuro muchos cuerpos como sugiere Laura Esquivel en La Ley del amor?

Para terminar -como siempre otra paradoja mas de las que transitamos últimamente. Michael Joyce un novelista famoso por escribir hipertextualmente -utilizando el software Storyspace, un derivado del mítico Intermedia de Brown University- está convencido de que las mejores voces sobre la tecnocultura provienen de las mujeres. Un atisbo pudo verse hace mas de 20 años cuando Carolyn Merchant escribió La muerte de la naturaleza, uno de los primeros manifiestos ecológicos sobre los efectos perversos de la ciencia moderna ).

Lo que queda demostrado en los trabajos acerca de la naturaleza humana de Kathy Hayles, Sandy Stone y Donna Haraway; en las recientes visiones renovadoras y descentralizadas del trabajo, cuerpo, arte y lugar de Shoshana Zuboff, Brenda Laurel, Pattie Maes y Esther Dyson entre otras. Sherry Turkle pertenece por derecho propio a esta cohorte.

Un versión preliminar de esta nota fue publicada en mi diario electrónico INTERLINK HEADLINE NEWS No. 412/3 del 17/18 de marzo de 1996.