El estreno comercial en nuestro país de la películaThe Bank de Robert Connolly promete traer cola y convertirse en el mejor alegato mediatico antibancario y antisistema en un largo rato. Lo que singulariza a Connolly respecto de muchos directores locales, es que buscó que su película fuese popular pero sobretodo que su subtexto político no fuese didáctico (algo que aquí nunca se logra ni en el cine comercial, pero mucho menos en el político, que parece siempre un Billiken para infradotados)
Cuando en 1987 se estrenó la impactante Wall Street de Oliver Stone con los impagables Michael Douglas (que ganó el Oscar por el protagónico) y Martin y Charlie Sheen (padre e hijo en la vida real), la Wall Street de carne y hueso no salía muy bien parada, pero en todo caso se trató entonces de una mancha mas del Tigre, anticipando una década prodigiosa en donde la Bolsa y la especulacion financiera desenfrenadas, conocerían alturas insondables y prometerína terminar para siempre con la concepción de la economía como ciencia lúgubre.
Hoy, cuando hace dos años que ese nuevo gran sueño dogmático ha fracasado (como dijo Edmund Husserl al final de su vida de la fenomenologia, su criatura mas dilecta), cuando las Torres están derrumbadas por el ataque terrorista mas exitoso del historia, el estreno en nuestro país de la película The Bank de Robert Connolly promete traer cola y convertirse en el mejor alegato mediatico antibancario y antisistema en un largo rato.
La película que se estrena comercialmente el jueves 26 de Octubre en nuestro país, ya fue presentada a principios de año en el Festival Independiente, y retrata de manera ácida y contundente el mundo de los banqueros, una realidad que puede dispararle una buena carga de identificación al público argentino.
Cuando la película se mostró aquí en abril, el grado de odio de los argentinos contra los bancos era inmenso, por ello el director del Festival la presentó como el único banco abierto del pais. Jugando con las coincidencias la crisis de la bolsa de valores que el protagonista del film está tratando de predecir está fechada para el 26 de octubre del 2002…, Šque es justo un par de días después del estreno de su película aquí!.
Connolly (una especie de Trapero high-tech) no es muy querido en su país, y su película anterior The Boys, estrenada durante las Olimpíadas fue -igual que The Bank- sumamente cuestionada por la políticos oficiales locales, que no ven con buenos ojos, una critica, ninguna critica y menos si se trata de una critica visual al orden instituido.
Si la película de Connolly nos toca muy de cerca, es porque sin demasiado dificultad puede ser vista como un documental acerca de lo que paso en la Argentina en los últimos años, y en particular en las etapas inmediatamente previas al corralito.
La coincidencia no es meramente circunstancial, porque The Bank nació explícitamente a partir de la constatacion de que los bancos en Australia estaban asfixiando a los granjeros después de una inundación, cerrando sucursales, subiendo sus porcentajes y alentando a sus clientes a aceptar préstamos extremadamente inestables basados en monedas extranjeras.
Lo que singulariza a Connolly respecto de muchos directores locales, es que buscó que su película fuese popular pero sobretodo que su subtexto político no fuese didáctico (algo que aquí nunca se logra ni en el cine comercial, pero mucho menos en el político, que parece siempre un Billiken para infradotados)
Connolly es un tipo lleno de ideas y ha tenido la infinita habilidad de plasmarlas visualmente sin desvirtuarlas, pero también sin quedar sometido al peso atroz de la idea por encima de la imagen. Su búsqueda que fue ir al encuentro de el Santo Grial de la teoría económica, repite en cinematográfico lo que fue la obsesión de una generación de banqueros, y que también animó a gran parte de la burbuja especulativa financiera de las puntocom.
Una de la grande influencias -aunque esta vez beneficiosa- para el director fue haber leído No Logo, el libro de Naomi Klein, durante el proceso creativo que llevó al film… lo que le permitió reforzar la posición del film con respecto a la globalización y el racionalismo económico.
Todo en la película esta fríamente calculado para lograr efectos y las referencias históricas e intertextuales son permanentes. No casualmente el héroe/villano de la película es una especie de Gordon Gekko, el protagonista de Wall Street que sostenía que la avaricia es buena, pero adaptado a las nuevas eras.
La película cuenta, con fuerza y garra, en que consiste la nueva era de los señores feudales de las finanzas, como asegura el personaje de Lapaglia en un momento de su film. A la luz de una visión de este personaje, malvados de los ochenta como Gordon Gekko parecen ingenuos…
La metáfora central de la película es alquímica y no debe sorprendernos. Porque hubo mucho de alquimia en la especulación desenfrenada de los años 95 en adelante después de el IPO de Netscape donde todos y cada uno de los CEOS (conocí y trabajé con varios en la Argentina) se creian reyes Midas digitales
Porque el protagonista de la película, el joven que viene con la idea de poder predecir los movimientos de la Bolsa, no es sino una alquimista que aprovecha la avaricia del rey asegurándole que puede convertir cualquier metal en oro, para poder ingresar en su reino (en el mundo de las puntocom las killer application eran los planes de negocios, mucho mas fantasiosos y especulativos que las propuestas de Connolly).
En la excelente entrevista que le hace Martín Perez a Connolly en Pagina/12 insiste en que el malvado de su film en un momento asegura ser como Dios, pero con un mejor traje para inmediatamente sostener que los directores de cine también un poco así
Es la magia del cine (un nuevo lenguaje como bien sostiene Lev Manovich en su maravilloso tratado) la que convierte las exacciones de todos los días en un maravilloso fresco que nos permite acceder (como bien quiere Julio Cabrera) al concepto imagen.
Cuando a traves de años de enjuagues que caracterizan los negocios secretos y sucios del gobierno de Duhalde, la Corte Suprema esta inventando una nueva trenza para, con la redolarizacion de los depósitos, hacer que la sociedad en su conjunto pague los desaguisados de los bancarios y los políticos, el anti-mensaje de esta película es evidente.
Los Bancos y los banqueros argentinos son la mejor reencarnación de este neofeudalismo. Lastima que recién lo veamos ahora, y lástima que muchisimos de nuestros compatriotas (con promesas de tasas de interes absurdas y suicidas) hayan compartido esta avaricia ayudando a forrar de plata a un sistema que no se merecía ni las migajas.
Esta es la editorial n 2819 del Interlink Headline News del sábado 19 de Octubre de 2002.
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