Aparatitos y aparatitos
Hace poco tiempo el genial Kevin Kelly empezó a recomendar en linea aparatitos que se destacan de esa profusión inusitada de porquerías digitales que promueven su pseudo originalidad y utilidad, y que rápidamente terminan en el armario, la baulera yo mas probablemente el basurero, para delicia en nuestros lares del reciclaje cartonero, pero a lo mejor ni para eso.
Solo que él no se refería a los aparatitos high-tech que tachonan las paginas de las secciones tan fashion de la revista Wired, sino a libros, gadgets, software, videos, mapas, hardware, materiales, websites o cosas que son buenisimas, poco conocidas, y sumamente útiles para uno o un grupito de gente como uno
Si nos acordamos de él hoy es porque de pronto y desde varios frentes a la vez están apareciendo una seria de iniciativas, conceptos, productos y servicios que prometen por fin concretar algunas de nuestras ilusiones ancestrales que implican no tanto fantasear acerca de los usos dúctiles, maleables y enriquecedores de la tecnología, sino tener que seguir lidiando con muchas de las porquerías que nos infoxican hoy.
Se trata de dos iniciativas totalmente diferentes, una ligada a la intercomunicacion y la otra a la visualización de la información. Pero aunque ambas están en las antipodas de la funcionalidad, son tan útiles y llamativas que merecen un adecuado reconocimiento.
Walkmans P2P gracias a tunA
El primer invento viene como siempre del MIT, pero esta vez en su versión europea. Se trata de walkmans y reproductores MP3 que podrán compartir la música a través de redes P2P inalámbricas. En esta visión bien realista/futurista cada walkman o reproductor MP3 con conexión WIFI podría convertirse en emisor y receptor de música o archivos multimedia de otros dispositivos semejantes que estuviesen a una distancia cercana.
Nada casualmente la nueva ola en lo que se refiere a la práctica de compartir música entre pares que andan por la calle se está empezando a perfilar en Irlanda
El Media Lab Europe, filial del MIT Media Lab -recientemente recomendado por el auto-exiliado Willy Raffo-, está poniendo a prueba el software tunA, una aplicación que recurre a la tecnología Wi-Fi para ubicar usuarios que se encuentren en las inmediaciones, recorrer sus playlists y conectarse en forma inalámbrica al stream de audio. (la nota original Un software para intercambiar canciones en la calle pertenece a Kari L. Dean.
El nombre del software se pronuncia en inglés igual que «tuna» (atún), y nace de la combinación de las palabras «music TUNES» (melodía musical) y «AD HOC file sharing» (compartir archivos con un fin determinado). La aplicación está destinada a PDAs inalámbricas, teléfonos celulares e incluso, un dispositivo de hardware diseñado específicamente.
TunA reduciría supuestamente la alienación que implica usar un reproductor personal y convierte esa práctica en una experiencia más social. Uno puede escuchar la música que lleva en su dispositivo pero también abrirse a las personas que están a su alrededor. He aquí pues el final de la larga historia que empezó cuando los marketineros de Akio Morita no entendieron nada acerca del futuro del walkman como música-para-escuchar-a-solas que fue introducido con éxito en 1979 y que hasta hoy -salvo excepciones suponía- experiencias de autismo musical absoluto -pero no por ello menos generadoras de fabulosas ganancias.
Lo que el Media Lab europeo esta logrando (al igual que la web en los desktops desde hace unos años al darnos la posibilidad a cada uno de convertirnos en un canal de TV individualizado) es convertir a una persona en una estación de radio móvil.
Cuando el dispositivo equipado con el software tunA está solo, funciona como un reproductor de MP3 común y corriente. Pero cuando se encuentra en las inmediaciones de otros reproductores que también tienen instalada la aplicación, la interfaz muestra a los usuarios que se hallan dentro del alcance del aparato, identificados por el avatar que esos usuarios elijan. Los avatares aparecen y desaparecen automáticamente en el momento en que los usuarios ingresan o salen de la zona de influencia del dispositivo.
Al hacer clic en el avatar que representa a otro usuario, es posible ver la información personal o los mensajes que ese usuario desee compartir con el mundo. Además, aparece la lista de canciones almacenadas y el tema que el usuario esté escuchando en ese momento.
Pero no nos alegremos demasiado rápidamente porque hay muchas dudas practicas acerca de si esto funcionará y sobretodo hay una incompatibilidad filosófica de fondo entre las necesidades de los usuarios y los negocios de la megamaquina musical. Porque si lo bueno de la tecnología Wi-Fi es la conexión peer-to-peer (entre pares) ello se debe a su naturaleza descentralizada. Mientras que con la tecnología inalámbrica que se utiliza en la actualidad para los celulares -y que es el destino inmediato para tunA, la cosa es más difícil, porque es más centralizada.
Ademas con el desbarajuste que hay hoy en día con la presunta violación al DMCA (Digital Millennium Copyright Act, Ley de Derechos de Autor para el Milenio Digital) (ver Las discográficas inician una nueva ronda de demandas) damos un montón de pasos atrás respecto de lo que es el acceso a la música por que tunA no ofrece la posibilidad de descargar los archivos sino volver al aburridisimo y ridículo método del streaming.
Sin embargo mas alla de los intereses dispares de la gente y de la industria, independientemente del carácter represivo de la tecnología madura que si no genera ganancias abusivas parecería no tener mayor interés marketinero, vemos aquí nuevamente aparecer cortocircuitos a la dictadura de la oferta y una nueva manifestación (potencial) de la democracia de la demanda.
Como esto pueda evolucionar depende de muchos factores que no están cocinados aun. Así que avivémonos y tratemos de diseñar un futuro mas hospitalario para estas posibilidades tecnológicas en principio liberadoras.
Tecnologias utiles e inútiles
Umberto Eco fue lapidario en una reciente columna hablando de cuan fuerte será la resistencia de los libros frente al embate de la tecnología digital .Para él siguiendo su alegato fenomenal, la memoria vegetal encarnada en los libros no será suplantada ni por la orgánica (humana) ni por la mineral (antes la arcilla sumeria hoy los chips siliconados).
Exagerando tal vez un poco, pero no tanto, Eco insiste en que el libro, al igual que las cucharas, los cuchillos y la idea de Dios permanecerá indefinidamente mientras los humanos seamos tales.
Pero entonces si hay objetos perfectos que no pueden ser suplantados, que tendrán que tener los buenos objetos (inteligentes) para cumplir una función ajena a los tradicionales, a los analógicos, a los que nos han permitido sobrevivir durante milenios, pero que ahora nos han dejado en la estacada.
Primero lo primero. Nosotros vivimos actualmente en dos espacios simultáneamente el real y el virtual cibernético. Y hay muy pocas puertas de pasaje entre uno y otro -como le indica el Ferroviario a Neo en Matrix III.
Si las post-computadoras tienen algún destino es precisamente el de tender pasajes entre estos dos espacios disjuntos, y no en cambio en tratar de hacer lo mismo por un poquito mejor, como hacen mayoritariamente hoy las computadoras, los celulares y los demás dispositivos inalámbricos o no.
Se trata es claro de una cuestión de interfaz y de usabilidad pero no en el sentido tradicional de mejorar lo que no funciona, sino en el mucho mas pretencioso y llamativo de revisar en forma integral nuestra idea de interfaz para fabricar experiencias hasta hoy inéditas.
En este sentido un aporte sensacional es el de la Visualización ambiental -un ejemplo llamativamente bien logrado de lo que el MIT europeo esta trabajando en términos de conectividad humana.
Como bien dice Juan Carlos Dursteller en su ultimo aporte la visualización ambiental de información consiste en la recepción de información proveniente de objetos de nuestro entorno que cambian sus propiedades, color, olor, presión táctil, en función del estado de la información que monitorean.
Lo bueno del caso es que ya no se trata de especulaciones sino de la creaicón efectiva una especie de bola mágica de colores que cumple exactamente con lo que promete. Se trata de El Orbe Ambiental de Ambient Devices que cambia continuamente de color en función del estado de la información que monitoriza en tiempo real.
Mas alla del pull y del push
La novedad el aparatejo es haberse dado cuenta de que muchas de nuestras necesidades de información lamentablemente no están satisfechas con ninguna de las dos metodologías mas comunes, que han alcanzado el paroxismo con la web de obtención de la in formación.
Tradicionalmente nos hemos movido en nuestro afán incansable de lograr información utilizando tecnologías Pull (extracción). Mediante esta estrategia los usuarios nos comunicamos voluntariamente con un dispositivo para extraer información detallada del mismo. Por ejemplo el caso típico es la computadora a la que le consultamos como será el tiempo mañana, si hay nieve en las pistas de esquí o cuál es la cotización en bolsa de una acción en particular. O también qué película dan donde, donde esta la farmacia de turno mas cercana y si hay atrasos en los vueltos y si el trafico esta congestionado. Lamentablemente hasta ahora lograr cualquiera de estas cosas en la web lleva tiempo, no es mayormente seguro y aburre.
Otra posibilidad de informarnos ha sido acudiendo a las tecnologías Push. Aquí los proveedores de servicios allegan información directamente a los usuarios basados en nuestras preferencias. Ello genera una interrupción inesperada en la actividad del usuario, pero lo que es peor en general es que el tipo de información recibida no es demasiado valiosa, exige toda nuestra atención y muchas veces supone una serie de operaciones complementarias para contextualizarla. Caen en esta categoría los mensajes de noticias que nos llegan por el teléfono móvil, un desastre en la Argentina donde recién despuntan la tecnología GSM y sus short message services.
Si hasta ahora no había mas alternativas que el pull/push, un nuevo concepto el de información ambiental mejora este dilema tan frustrante. En esta modalidad los usuarios podríamos configurar la información que un dispositivo ambiental recoge continuamente y representa en tiempo real. En este escenario tan ideal la información «flota» en el ambiente sin interrumpir ni demandar atención ni requerir de nuestra voluntad expresa para desencadenar la búsqueda y representación de la misma.
Y esto es lo bueno de la cosa. La idea de que para registrar y eventualmente actuar sobre información significativa no necesitamos ni aparatos recolectores de información sofisticados y que exigen todavía de nosotros una enorme cantidad de atención y decisión, y ademas la tranquilidad de que no seremos interrumpidos obscenamente por esa información querida pero no a tan alto costo de invasión de la privacidad y del momento (para una demoledora critica del celular como destructor de la urbanidad ver Animales celulares de Paul Goldberge).
Porque tradicional mente mucha de la información que utilizamos a diario pasa desapercibida, a nivel casi subconsciente. Esta información proviene de nuestro entorno, del ambiente que nos rodea, y utilizamos todos los sentidos de que disponemos para captarla. Nos llega a través de la luz que entra por las ventanas, de las ondas de presión que agitan el aire que nos envuelve, de los olores que desprenden los objetos que nos rodean, de las múltiples interacciones físicas y químicas que realizamos a diario con nuestro entorno.
Lo que a COG , el robot genial de Rodney Brooks le cuesta tanto hacer, que es lograr inferencias validas a partir de esa información ambiental es nuestro pan (y torta) de cada día. Sabemos que hace buen o mal día, que hay sol o está lloviendo sin necesidad de pararnos a pensarlo. Podemos escuchar música de fondo y relajarnos sin que interfiera con otras actividades. Es información que simplemente «esta ahí, flotando».
De lo que se trata ahora es de aprovechar nuestro entorno físico (tangible) como vehículo de interacción digital, algo en lo que se viene trabajando hace mucho y en lo cual descolla Hiroshi Ishii, que ahora dirige el Tangible Media Group del MIT y a quien conocí en une entrevista inolvidable en 1996 en el media Lab
Hacia ahí apunta precisamente ese chiche que mencionamos mas arriba el Orbe Ambiental (Ambient Orb) de Ambient Devices. Este es un dispositivo en forma de bola de vidrio esmerilado que cambia de color (dispone de miles de ellos) en función del estado de la información que previamente hemos definido como relevante para nosotros. El tiempo en una localidad determinada, el valor de tus fondos de inversión, de ciertos valores en bolsa o simplemente si tienes muchos e-mails esperando.
Mejorando infinitamente la punteria
Vale la pena visitar el sitio porque las aclaraciones y prestaciones que allí se enumeran muestran no solo que el aparatejo se la trae, sino que quienes los han diseñado saben como interactuar con nuestras dudas, y sugerencias.
Porque basta echar un vistazo al Orbe o simplemente mirarlo de reojo para obtener la información básica sobre aquello que nos interesa controlar, de forma inmediata y discreta, sin interferir con nuestra actividad. La información esta ahí, siempre cambiante.
El Orbe no necesita más que enchufarse a la red eléctrica. La información la recibe a través de una red inalámbrica ya existente (en el 90% de EEUU) de forma similar a como actúa la red de telefonía móvil. Por ello no requiere conexión a Internet ni siquiera disponer de una computadora .
Para configurarlo de forma que haga un seguimiento de la información de nuestro interés basta con llamar por teléfono a Ambient Devices y explicar la información que queremos asociar a los colores. Alternativamente se puede rellenar un formulario en la web de Ambient Devices para obtener el mismo resultado. La información de los canales básicos (Õndice Dow Jones, el tiempo en cualquier localidad de tu interés, la previsión del polen en tu área y algunos más, incluyendo si tu jefe o tu mujer están disponibles en el Instant Messenger) son gratuitos. Determinada información requiere el pago de una cuota mensual.
Mas alla de sus usos concretos de hoy Dursteller esta seguro de que en el futuro veremos más dispositivos de este estilo y que el entorno que nos rodeará será cada vez más informativo. (véase la pagina sobre Phidgets o Physical Widgets, prototipos de dispositivos físicos que facilitan la interacción ambiental ).
Lo que decíamos mas arriba acerca de tunA se aplica mas que bien al Orbe. Puede ser limitado, a lo mejor la informacion disponible no se puede personalizar al nivel que nos gustaría, a veces parece mas una lampara de Neon que un sensor útil para la toma de decisiones, pero en realidad estamos frente a un cambio dramático y epocal en la forma de evaluar información, y estamos introduciendo una tercera dimensión en la forma de interactuar con ella (mas alla del push al pull) que merece una detallada y elaborada consideración
He aqui una serie de comentarios mediaticos mas que elogiosos sobre el aparatejo.
Leyendo el artículo de Alejandro (Piscitelli) me he puesto a pensar, una vez más, en que estamos a años luz de lograr una verdadera interacción e integración de la información (no ya digamos de la comunicación) que nos lleve a una verdadera gestión del conocimiento.
Alejandro dice: ‘Si las post-computadoras tienen algún destino es precisamente el de tender pasajes entre estos dos espacios disjuntos, y no en cambio en tratar de hacer lo mismo por un poquito mejor, como hacen mayoritariamente hoy las computadoras, los celulares y los demás dispositivos inalámbricos o no’.
Efectivamente, creo que se trata de romper con los esquemas que simplemente reproducen al espacio virtual el funcionamiento del (o en el) espacio físico. Por ejemplo, en lugar de que las ediciones de los periódicos más conocidos reproduzcan las noticias en sus ediciones online øno sería más productivo que aprovecharan las ventajas del medio virtual? Existe un estudio -que tiene algunos años pero continúa vigente- respecto del concepto de interactividad y las opciones interactivas del periodismo online (en Estados Unidos):
http://enredando.com/cas/en.medi@/masenredandos/msgschultz.html
Actualmente los seres humanos buscamos formas de informarnos y/o comunicarnos como (mejor) podamos con nuestro entorno: y estas formas van desde el ocio (http://www.noticiasdot.com/publicaciones/2003/0603/2606/noticias2606/s2e/s2e-3.htm) hasta los diversos cacharritos que nos permiten crear espacios de tele-inmersión como The Cave, de Daniel Sandin (http://www.evl.uic.edu/dan/ y http://www.artmuseum.net/w2vr/timeline/Sandin.html#).
Estoy de acuerdo con lo que comenta Umberto Eco en la entrevista citada por Alejandro: ‘las computadoras están difundiendo una nueva forma de instrucción, pero son incapaces de satisfacer todas aquellas necesidades intelectuales que estimulan’. Claro que sí !
Está claro que los seres humanos necesitamos inputs de nuestro entorno. Pero creo que entre tanta maraña de información/comunicación a veces no se divisa muy bien hacia dónde vamos.
Umberto Eco dice que las computadoras, y vale aclarar que fueron creadas por seres humanos, estimulan necesidades intelectuales que no llegan a satisfacer, así que deberemos recurrir a otros artilugios para que sean satisfechas.
Mientras tanto las alternativas que se presentan son toda clase de aparatejos que podemos ver o hasta ponernos encima, pero que no dejan de tener almacenada parte de la información existente (toda la información de momento es inabarcable).
Esta información además generalmente procede de ‘El Gran Hermano’ (y no me refiero al programa de TV), con lo cual es doblemente engañosa la idea de estar informados. Corremos el riesgo, el más, de estar des-informados o peor aun, de-formados.
Los seres humanos estamos intentando crear aparatos que nos permitan interactuar, almacenar y disponer de la información cuando queramos.
Pero en este objetivo a alcanzar muchas veces se olvidan formas más rudimentarias, tal vez, pero necesarias al final para pasar a otros escalones: la construcción de espacios en donde entre todos (quienes queramos) podamos contruir conocimiento. Cientos de wikis o weblogs pululan por la Red sin éxito alguno.
Mi idea es, si se quiere, más ambiciosa que la de informarnos: se trata de comunicarnos. Y para ello es necesario, imprescindible diría, que sepamos compartir espacios -virtuales y físicos- de contrucción de conocimiento. De lo contrario terminaremos con un par de gafas en un espacio de tele-inmersión perfectamente informados: pero más solos que la una e indudablemente incomunicados.
porfavor yo quiero aprender a hacer ilusiones quiero ser un ilusionista amo el ilusionismo por eso yo quiero ser uno de ellos ayudeme por favor