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Día: 20 enero, 2004

De la mesa de galanes del bar El Cairo a La Sede sin parar

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Rosario es un lugar exótico. A mitad del camino entre grande chica, entre rica y pobre, entre lo que podía haber sido y lo que es. Rosario tiene habitantes impenitentes que no han querido dejar a la ciudad aunque muchos de sus habitantes ilustres ya lo hayan hecho hace rato y la ciudad se empecine en echarlos. Entre los rosigarinos a ultranza esta Roberto Fontanarrosa. En una reciente entrevista que le hiciera Miguel Bonasso Fontarrosa se muestra tierno, laburador, sincero, meditabundo, amante de ese infierno que es la peatonal donde se concentra la mayor cantidad de minas linda del mundo -algo que hemos constatado presencialmente con el vareador Mosquito de la Torre. No me importaron demasiado las anécdotas, los comentarios, las cuitas ni las reinvindicaciones del humorista en el exilio a las que es tan afecto Bonasso. Me quedo con las esperanzas actuales de Fontanarrosa, con su absoluta falta de divismo, su valor para matar a un personaje emblematico como El Halcon Maltes (1972-1992) como lo hiciera Quino con Mafalda en 1973, porque el personaje se quería morir. Y sobretodo su asunción de la historieta como laburo y del chiste como la mayor forma imaginable de seriedad.

Entrevista de Miguel Bonasso

De protesta: música y épica

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Le fue muy bien en su ciclo de canciones De Lagrimas en el Club del Vino. Ojalá tenga la misma suerte en la Sala Casacuberta donde en enero del 2004 presenta De protesta una antología de 20 canciones que van desde Flor arrancada una canción anónima compuesta en ocasión de la muerta de Lenin, hasta Ojalá de Silvio Rodriguez o La Gota de agua de Chico Buarque. Pero mas interesante que el repertorio de 20 temas todos traducidos al castellano, o de los cantautores tan famosos como Daniel Viglietti, Georges Moustaki o Jacques Brel que jalonan el emprendimiento en marcha es saber: 1) ¿porqué las canciones de protesta tachonaron todo el siglo XX y ahora parecen fanes y descangayadas?, y 2) ¿Qué intención subyace a politizar la escena y emocionarnos remitiendo a discursos épicos en un siglo que nació tan desencantado? Que la protesta social siga abierta es salgo que saludó entusiasmado Pepe Nun hace poco. Pero Tantanian -quien participo del Periférico de Objetos en Zooedipus– se asusta al mismo tiempo de los riesgos de movilizar a la clase media. ¿Tan poco pero no tanto? ¿O lo que realmente pasma es ser parte de esa misma clase media y tenerla indefectiblemente como verdugo?

Entrevista a Tantanian

Simputers. Mas allá de la antinomia Dynabook vs Newton

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Hace millones de años (es decir un poco mas de treinta según el calendario gregoriano) Alan Kay anunciaba la Dynabook, una maquina que revolucionaría la forma de aprender, estudiar, analizar pero sobretodo de pensar. Ideas semejantes pululaban en la mente de Ted Nelson el inventor del sistema Xanadu y el anticipador de la web.