Metaforas para pensar a Dios segun Kevin Kelly

Epifanías y metamorfosis meméticas

Acerca de la relación entre ciencia y religión se han ventilado las mas variadas alternativas. Desde la recalcitrancia mas absoluta y las desavenencias mas extraviadas, que han terminado con la muerte de millones de personas a favor de una o de la otra de las hopórtesis de intolerancia, hasta connivencias mas o menos pacificas, o sino directamente la indiferencia mas brutal ,pero sin mayores consecuencias (negativas o positivas) para unos y para otros.

Como los seres humanos nos vamos sofisticando en nuestras creencias y argamasas conceptuales, desde hace un tiempo han venido proliferando algunas teorías acerca de la equivalencia entre dios y una computadora de proporciones siderales. Entre quienes juegan con esta idea -ni mejor ni peor que tantas otras- esta nuestro querido Kevin Kelly quien en un ensayo publicado hace mas de un año atrás en la revista Wired se preguntaba si dios era el software definitivo y la fuente del código universal, el programador que se las sabe todas o la plataforma fuera del universo sobre el cual este esta siendo computado.

Como nada sale de la nada las preocupaciones actuales de Kevin Kelly editor y pensador de la complejidad acerca de dios, se remontan a una epifanía que tuvo a los 27 años cuando no le abrieran las puertas de su hostal en Jerusalén, paso la noche por las suyas en la Iglesia del Santo Sepulcro y al día siguiente empezó a aceptar la idea de que Dios había resucitado. El mismo creyó morirse en 6 meses e inicio un viaje de despedida que le llevó a hacer 8.000 km en bicicleta para decirle adiós a sus vivos queridos.

Mas alla de las vicisitudes estrictamente personales de Kelly, éste como casi siempre tiene razón en mas de una cosa. Por ejemplo en las frustraciones reciente que muchos sentimos en relación a la falta de relación entre lo espiritual y lo tecnológico. Si las cosas se siguen planteando en términos de la ingenuidad fisicalista del siglo XIX -todavía hoy abogada por Mario Bunge entre otros- estamos fritos.

Curiosamente emprendimientos magistrales de sutura entre estos dominios como el emprendido por Francisco Varela a fines del siglo xx siguen sin tener demasiados seguidores y todavía vemos alzarse con fuerza la dicotomía razón vs sinrazón,

Para Kelly una forma de articular estas diferencias es explorar ambas dimensiones de la vida humanas y sobretodo hablar de la ciencia usando el vocabulario y la lógica de la ciencia.

Porque no se trata de diferencias de emoción sino mas bien de lógica. Kelly esta interesado en ver hasta que punto la ciencia y la religión hablan de los mismos objetos, pero cada una lo hace con un lenguaje propio

Dios y sus metáforas

Ademas cada época reinterpreta a dios de acuerdo a las metáforas propias de cada época. Y la metáfora dominante hoy es la computacional. Aunque como toda metáfora solo se aproxima a su objeto en forma indirecta, y consiguientemente no pretende ni puede aspirar a agotarla, lo que tiene de interesante es que convoca sobretodo a los jóvenes a pensar en dios de acuerdo a sus propias categorías.

En un trabajo de 1999 Nerd theology Kelly ya había insistido en pensar a Dios bajo la forma de la información. Después de todo la información es un modo bastante apropiado de definir a Dios: no hay materia, se trata de una fuerza, tiene poder. Obviamente hablar de una equivalencia perfecta es decir sandeces. Ya que hay tanto de dios en un bit de un cd como en la sopa Knorr-suiza.

Kelly no es ningún zapallo y cuando habla de la universalidad de la computación como algo fundamental no está sugiriendo que dios es computable o pensable computacionalmente sino que esta es una forma posible de ser imaginado y pensado.

Las fuentes que fueron burilando las concepciones actuales de Kelly acerca de la divinidad son vastas y variadas. Los mas de 10 años que paso en Asia embebido en sus religiones. Los días enteros que paso en templos, mezquitas, monasterios, fotografiándolos son parte de esta formación para la religiosidad.

Pero también fue permeado por la influencia de la ciencia-ficcion ya que -y esto es algo que comparto plenamente con el- los escritores de ciencia ficción de hoy son los teólogos del siglo xx y xxi

Son ellos quienes lidian mejor que nadie con lo que pasaría si (la historia virtual futura), y son ellos, quienes escudriñan en detalle y con suficiencia el modo en que la tecnología cambia nuestras vida y mentes, es decir como la tecnología rediseña nuestra ontología

Porque en lo que Kelly tiene mas que razón es en que los teólogos, igual que los académicos, tienen cada menos que decir, y sobretodo de afectar a las conciencias que lo logrado por Star Trek y su creador Gene Roddenberry (cuyas cenizas están orbitando hace un tiempo alrededor del tierra). Porque si la teología sigue viva ello se debe mucho mas a sus musitaciones que a los estudios en las facultades ad hoc.

Es raro que un chico joven sienta demasiada curiosidad o interés por las enseñanzas bíblicas tales como se transmitían antaño , mientras que casi todos (nosotros incluidos) nos deleitamos , entusiasmamos pero sobretodo nos maravillamos por las preguntas que el ciencia ficción se hace y nos hace.

Se trata de esos interrogantes que a veces asociamos demasiado futilmente a SETI (la búsqueda de la inteligencia extraterrestre) pero que en realidad apuntan a la pregunta que llevo a Giordano Bruno a la hoguera. A saber que en una multiplicidad de mundos (galaxias) un solo Belén no era suficiente (buen momento para rehacerse la pregunta ahora que las sondas Spirit y Opportunity de la NASA y Mars Express de la Agencia Espacial Europea -ESA-… Han presuntamente descubierto agua helada en marte)

Porque las preguntas eternas son ¿qué haremos cuando nos encontremos con otras inteligencias? ¿qué significa ser humano? Y lamentablemente para la teología tradicional hace rato que la ciencia-ficcion ayuda a responderlas con mucho mas tino, gracia y sentimiento de complejidad que una fosilizada teología que hace miles de años que insiste en nuestra unicidad.

Para Kelly, recordando su experiencia en Jerusalén esa noche vivida a la intemperie y que terminó con su refugio en la iglesia citada, muestra no tanto que siempre existen dos posibilidades de imaginar la cosmología, una que necesita de la hipótesis divina y otra que no, sino mas bien acerca de la necesaria decisión que alguna vez uno toma acerca de la experiencia o no de un ser superior (para un análisis simpatiquisimo e irreverente de estas opciones manducarse Superior beings: if they exist, how would we know?: Game-theoretic implications on omniscience, omnipotence, immortality and comprehensibility de Steven J. Brams).

Porque lo que define no es al argumento (como el aroma de una flor, como con el latido del amor) sino una decisión. Para kelly el fiel de la balanza que lo llevo de ser una ateo convencido a un creyente no menos convencido, pasó por su viaje a Jerusalén y por su visita a los sepulcros vacíos. A los 27 no era un niño y aun hoy no puede explicarla viniendo de las ciencia duras y habiéndose dedicado a las matemáticas antes de devenir el periodista científico de monta que celebramos permanentemente en out of control

Decisiones personales intrasferibles

Kelly la tiene clara. La gran diferencia en estas tomas de decisiones es que hay una primacía de la decisión experiencial por encima de los soplones teóricos, es decir hacer algo porque a uno le tinca, como dicen los chilenos, y no porque alguna manual nos dice como hacerlo o peor aun que hay que hacerlo.

Esto que parece psicología barata y zapatillas de goma tiene un tinte algo mas interesante cuando se ve reflejado en lo que pensamos, en lo que leemos, pero sobretodo en lo que escribimos. Y nada casualmente Kelly esta escribiendo un nuevo libro en el que dice lisa y llanamente lo siguiente.

Para él la tecnología no es un mal menor con el que tenemos que lidiar, ni mucho menos una herramienta neutral que puede ser (como hay tanta cacofonia al cuete ventilándose por ahí) ser usada para bien o para mal

Por el contrario para el la tecnología es un fenómeno divino que refleja a Dios. La tecnología expande las posibilidades vitales y también -según el- convoca a Dios de maneras inusuales. Porque a su entender la inteligencia humana (toda la que hay y a toda la que podríamos sumarle los aparatejos artificiales) jamas atisbara ni un reflejo lejano de la divinidad.

Para Kelly, usando una argumento bastante curioso -pero no por ello menos atractivo- la razón por la que los humanos (especialmente ciertos humanos como nosotros) estamos enloquecidos por la tecnología es porque todos tenemos una serie de talentos divinos que necesitan de la tecnología para poder expresarse. En ese sentido la tecnología revelaría la divinidad oculta en nosotros.,

¿Que hubiese hecho Beethoven en el año 0 de la era cristiana cuando no existían ni la orquesta ni el piano? Y lo mismo vale para georges lucas o james cameron.

En el mundo hay mucho mas gente de la que nosotros imaginamos que son los Beethoven y George Lukas del año 0. Para ellos no existe aun la tecnología que podría permitirles liberar su imaginación y talento. Y por eso mismo cree Kelly que tenemos la obligación moral de aumentar la cantidad de tecnología que hay en el mundo. La verdad es que la idea me gusta, y tiene mucho para morder.