Las cancionistas criollas
Después de unos títulos descascarados, unas canciones con ruido a púa que mataban y un sonido que parecía venir fallado, como en gran parte del cine Argentino, las cosas se reencauzaron rápidamente. Igual no fue sin sorpresas. Como ver a Anibal Ford dando clases en su casa de la calle Teodoro Alvarez en Colegiales, ilustrándolo a un admirado Sergio Wolf acerca de los orígenes y los avatares de las cancionistas del tango argentino.
Ese puñado de pioneras que fueron Azucena Maizani Rosita Quiroga, Mercedes Simone y Tita Merello, y muy especialmente Aída Elsa Ada Falcone quienes debutaron entre mediados y fines de los años 30.
Ada Falcon, la protagonista de una película muy singular, debuto a los 5 años ante el publico y la bautizaron La Joyita Argentina. Antes del año veinte actuó en un film mudo grabado sobre nitrato perdido para siempre.
La jugó de diva hollywoodense y los hombres admiraron su belleza y le cantaron loas a sus ojos verdes, pero ninguna fotografía puede documentar ese hechizo. No le gustaba el publico y -gran motivo de sorpresa- rehuyo sistemáticamente a su contacto (le gustaba cantar en una sala vacía).
De pronto su vida dio un vuelco. Empezó a entrar a la iglesia de Nueva Pompeya de rodillas y a hablar en voz alta con las imágenes y a fines de 1942, abandonó definitivamente la vida artística, retirándose con su madre convertidas ambas en terciarias Franciscanas trasladandose a Salsipuedes un pueblo de la provincia de Córdoba.
Canto junto a Osvaldo Fresedo y al pianista Enrique Delfino, y el guitarrista Manuel Parada Pero el grueso de su vida artística (y de la otra) lo paso junto a Francisco Canaro con quien grabo 180 temas. Casualmente o no, su ultima grabación Viviré con tu recuerdo que es de 1942 fue junto al mismo Canaro. En su trayectoria hizo una película sonora dolos de la radio, junto al gran cantor Ignacio Corsini y que fuera estrenada en octubre de 1934.
Siempre me gusto mas la voz femenina que la masculina, trátese de la opera o del jazz, de la música brasileña o del tango. Por lo que cualquiera de las cancionistas -y en especial Tita Merello– siempre me subyugaron. Escuchar Yo no se que me han hecho tus ojos -vals canción con Letra y música de Francisco Canaro- en la voz de la Falcon produce el mismo encantamiento sino mas. Pero mas llamativo que la música en si es como nos topamos con su figura, sus ojos, su voz, sus desplantes y sobretodo su insólito destierro religioso, de alguien que pintaba para diva única y termino en un encierro y un olvido del que paradojicamente la saco la investigación coronada por esa visita de Sergio Wolf -junto a Lorena Muñoz- a la casa de Anibal Ford.
De la transposicion a la pasion detectivesca
Wolf es un tipo muy interesante, que ya tenia en su haber varios guiones y sobretodo un agudo ensayo sobre la transposición de la literatura al cine (Cine/Literatura. Ritos de pasaje, Paidos, 2001) que lo situa entre el puñado de competentes en dos de los lenguajes mas difíciles y extremos que existen, la escritura y la cinematografía.
Lo fascinante es como Wolff y Lorena Muñoz -muy hermosa parece la chica- se enteraron de ese retiro temprano, pero dieron por sentado que la diva estaba muerta -lo mismo que nos pasa a todos los espectadores cuando ingresamos al cine.
Los directores al tiempo compraron un CD, escucharon su voz, leyeron lo que se decía de ella -igual que cualquiera de nosotros. Y ahí -pequeña diferencia que hace todas la diferencias- pensaron en hacer una película de ficción porque seguían creyendo -lo mismo que nosotros- que había muerto.
Como bien dice Sandra Chaer en una crónica Yo no sé qué me han hecho tus ojos es una película sobre la pasión y el misterio: la pasión de un hombre y una mujer; el misterio de una vida que prefirió el olvido consciente y altivo a la decadencia pública. Pero también la pasión de otro hombre y otra mujer Wolf y Muñoz por una voz, por una historia, por el misterio, y finalmente, por la revelación: la Ada de carne y hueso, anciana, senil, coqueta, selectivamente memoriosa.
Lo mas interesante es que esa búsqueda, que está planteada ya en el primer guión, no tenía al principio un tono policial. Se volvió así porque todo lo que los directores buscaban no estaba. Lorena y Sergio insisten con toda propiedad en que hacer un documental en Argentina siempre es policial porque no nunca encontrás nada (en historia o en economía, en psicología o en antropología), todo debe ser inventado, nada puede ser definitivo, todo termina en una nebulosa especulativa (continuara mañana).
Las grandes décadas del arte y la construcción en el mundo
Sin haber intercambiado jamás una palabra con él coincido con Sergio en que las grandes décadas del arte y la construcción en el mundo fueron las del 20 y el 30, y por eso cualquier mirada que hoy echemos sobre ese paisaje tan distante es una renovada apuesta a entender esa lógica para ver si hoy -siglo de síntesis artificiales cual es el nuestro- podemos recrearlas en nuestro presente.
Si Sergio sabe mucho de algo es del cine, de sus lenguajes, de sus ambiciones. Compartiendo en esto escuela con otro director argentino brillante como es Edgardo Cozarinsky. La película de Sergio y Lorena nace a partir de una interrogación; el móvil que lo hace posible es un interrogante que fascina, poniendo a rodar el ansia de desentrañar un misterio. En Citizen Langlois (1994) Cozarinsky se preguntaba qué lleva a un joven con toda una vida por delante a dedicarla frenéticamente a recuperar los testimonios cinematográficos del pasado; en Boulevards…, la pregunta es qué sucede con dos actores franceses que deciden interrumpir sus carreras en Francia y emigrar a la Argentina.
En Yo no sé…, Sergio y Lorena indagan por su parte el misterio de una artista que en la cúspide de su popularidad elige sumirse en el ostracismo por el resto de su vida. Como en las películas anteriores Ada Falcón es apenas el pretexto de la interrogación, la pista que lleva al investigador a tropezar con secretos impensados acerca de sí mismo.
El hilo conductor del relato es aquí una figura semejante a la del detective. Ubicado delante de la cámara, uno de los directores (Sergio), nos lleva y nos trae a lo largo de su búsqueda, nos invita a considerar sus dudas, sus misterios, sus hallazgos. El film cobra de esta manera una certera atmósfera de novela policial que nos compromete en dicha búsqueda, nos interese o no su fin.
A los pocos minutos de inmersos en la película deseamos a Ada Falcón, deseamos su sonido que pudiera venir a allanar el misterio. Lo primero adviene, lo último no. Lo importante en este tipo de films, y éste se adhiere a tal premisa, es que finalmente el misterio no se dilucide, sino más bien que permanezca, por el contrario, silenciosamente amplificado.
Queriendo/odiando a nuestro cine
Los críticos han sido benévolos y al mismo tiempo altaneros con esta película. La saludan como una buena nueva vuelta de tuerca sobre los documentales (emparentadolas tan solo en la devolución de importancia al genero con Los rubios de Carri y con Bonanza) pero al mismo tiempo señalándole errores composicionales citando siempre al duro de Jean-Luc Comolli.
Para nosotros el beneficio es muy otro. Reconocemos en Ada Falcon la cancionista una gema de la creatividad bulliciente de los años 20 que solemos asociar con Dada o con Picasso, con Einstein o con Max Planck, pero rara vez con un gorrión de las pampas.
Descubrir a Ada Falcon es fascinarnos con las trampas que la memoria o con la selectividad de los recuerdosy como estos generan las impresiones mas duraderas y las alegrías mas fantásticas.
Metamorfosearnos con el trabajo detectivesco de Sergio Wolf es caernos literalmente de espaldas al encontrarnos a la Greta Garbo criolla – inexpugnable e invisible- frente a frente -compartiendo el espacio real ocupado por la cámara- ante quien desesperadamente descontaba su muerte y ausencia para siempre -aunque Ada simbólicamente probablemente lo estuviera décadas atrás.
Las entrevistas de los directores tuvieron lugar durante una semana de 1999. Toda la película fue montada a posteriori bien al estilo flashback.
Cuando finalmente Ada murió en el 2002 la película ya estaba en post-produccion y finalmente se estreno durante el 5° Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires, en abril del 2003 en la sección Cine Argentino Lo Nuevo de lo Nuevo, para recalar en estos días de calor infernal en el teatro Tita Merello
Haberla visto es renovar nuestro compromiso con la necesidad de entender en forma cruzada a la escritura y a la cinematografía, es apostar permanentemente por el cine como maquina de tiempo, es tener unas ganas barbaras de conocer Sergio y Lorena para participar en su bautismo con esta celebración del recuerdo que para nosotros es también una ventana a las narrativas del futuro.
He quedado mesmerizado con la pelicula Yo No Se… Me gustaria comprar el video para poder verla muchas veces. La vida de Ada Falcon es mas como la ficcion, que las misma ficcion. Wolf y Muñoz han realizado una obra rebosante de pasion. Si alguien quiere charlar conmigo, via internet, sobre esta mujer, Ada, o sobre la pelicula, pues bienvenido, adelante.
La conducta de ada falcon su vida y relaciòn,me impresionaron vivamente,y ademas la època » del 20 al 40 «,el paìs es una bisagra.El documental bueno hasta las lagrimas,de una calidad y nobleza que me hizo desear abrazar sobre mi pecho a sus 2 directores,
Por favor quisiera poder contactarme con Lorena Muñoz o Sergio Wolf. Muchas Gracias
increible y emocionante historia la de ada falcon…
llena el corazon de nostalgia…
el film esta muy bien logrado…un orgullo del cine nacional…
En el verano de 1961 0 1962, alquilamos una casita en Salsipuedes.Allí estaba la casa hermosísima que Canaro le había regalado a Ada Falcón en el borde de un «acantilado».Ella iba con su madre a abrir las ventanas de vez en cuando.Después volvían a su vivienda humildísima.Los lugareños vivían pendientes de ellas.Iban siempre vestidas de negro con la cabeza envuelta con un pañuelo también negro.Y protegidas por un gran paraguas.Era muy,pero muy blancas.Mi tía casi se vuelve loca de cholulismo una tarde que llamaron a la puerta y vio catatónica que ERAN ADA Y SU MAMÁ que venían a preguntar si teníamos luz,debajo de su paraguas.Aunque no la conocía, me impactó después que mamá y mi tía me contaron su historia.Lo notable es que dijeron:-Hizo igual que Greta Garbo.Eso me llevó a escribir:que la llamaran la Greta Garbo criolla.Un recuerdito para mamá y mi tía Nélida.
Increible historia de amor y nostalgia.