Paula Izquierdo escribio Picasso y las mujeres (Belacqua, 2004) para mostrarnos como y porque el genial andaluz ejerció todo su poder y todo su desprecio con sus trece esposas, novias y amantes, todas las cuales pasaron por el lienzo, y luego fueron destruidas en carne y pintura. Para Pablo Picasso, las mujeres eran unas máquinas de sufrir. Si hay algo que determina la personalidad de Picasso -segun la autora- es su afán ilimitado por experimentar, no sólo con la pintura, sino también con el ser humano. Sobre todo si éste tenía forma de mujer. Ni la tesis es nueva, ni faltan antecedentes, incluso retrospectivas fascinantes que ya recorrieron ese espinel, dejando poco espacio para la novedad. A menos que… barruntemos bastante burdamente alguna explicacion sociológica reduccionista de esta dialéctica Arte/Mujeres/genios. Porque en realidad la hipótesis fuerte de Izquierdo, es que Picasso mantuvo este tipo de relaciones con sus esposas y amantes dentro de un contexto de principios de siglo XX en el que las mujeres dependían mucho de los hombres y en el que él tuvo un trato brutal con sus parejas, pero ellas también lo permitieron. Lo que es seguro, agrega, es que hoy, Picasso no hubiera podido tratar así a las mujeres, habría tenido que buscar otras estrategias de seducción más allá del maltrato y la destrucción. ¿Asi de fácil es la cosa?
Nota de Héctor Pavón en Clarin
Editorial del Interlink Headline News nº 1960 ss acerca de la tortuosa relación entre Picasso y sus mujeres.
Picasso era malagueño
¡Qué disparate!, Picasso era andaluz, no catalán. Sólo vivió unos años en Barcelona, porque su padre encontró allí trabajo. También vivió en La Coruña y estudió arte en Madrid, antes de instalarse en París.
Además, Picasso siempre añoró Málaga y Andalucía, y reflejaba en su obra su espíritu andaluz. En Málaga puedes ver, la casa donde nació Picasso y el Museo Picasso donado íntegramente por su familia ya que sabían que Picasso siempre quiso tener un gran museo en Málaga, su ciudad natal.
Picasso era andaluz, y se molestaba mucho cuando alguien le llamaba catalán. Puedes leer en URL un artículo de su hija en el que habla de la indignación de Picasso cuando se le denominaba catalán, así como de la inauguración del nuevo Museo Picasso de Málaga, su andaluza ciudad natal.
Eso sí, los catalanes nos han robado a Picasso a los andaluces de la manera más rastrera.
gatos
eres un maestro!!!!!!
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Pues chica, haz una campaña como la de «mos volen furtar la paella» de los blaveros: no mos furtareu a picasso.
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