Preparándonos contra la voluntad de las máquinas de arrebatarnos el cetro de la racionalidad y la humanidad, nuevas disciplinas como la bioetica insisten en establecer un cordón sanitario alrededor del viejo y obstinado -por nunca dejar de ser el mismo- homo sapiens.
Por suerte siempre hay algún heterodoxo o inmune a los golpes narcisistas, que insiste en pensar este pasaje a la posthumanidad (¿le hará eco a la post-estatalidad de la que hablamos hace un rato ? y que fuera recientemente investigado por Ignacio Lewkowicz en Pensar sin estado. La subjetividad en la era de la fluidez).