La sala de conferencias de la Universidad Católica de Córdoba -enclavada en la manzana histórica, a la vera de la torre del Colegio de Escribanos y a pasos de la Facultad de Derecho de la UNC, es muy bonita y habrá -siendo las 9 de la mañana- mas de 120 personas y para aprovechar la pantalla y el cañón nos metieron en una esquinita donde por suerte me toco como siempre mi lugar favorito, que es el pasillo.
Estoy en esta ciudad querida invitado a participar del Seminario de Políticas de Evaluación y Acreditación Universitaria organizado por la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), de España, la Escuela Virtual 21 (el Príncipe.com) y la Universidad Católica de Córdoba (UCC), de Argentina.
Apenas me siento, el coordinador de la mesa Los instrumentos comunes de la acreditación y Secretario de Políticas Universitarias Juan Carlos Pugliese hace las presentaciones rigor de los panelistas: Guy Haug; José L. García Garrido y José Ortega Esteban -a quienes había conocido la noche anterior en la cena inaugural de recepción-.
En este momento le toca presentarme a capella por cuanto aun no le llego mi curriculum, pero en este preciso instante se lo alcanzan y es por ende el momento de mis libros y demás antecedentes.
Y no habían pasado mas de un par de minutos y comenzó la presentación de José Luis García Garrido de la UNED ¿De que estamos hablando cuando hablamos de acreditación?
¿De que estamos hablando cuando hablamos de acreditación?
Dice García Garrido que acreditación se ha convertido en un termino demasiado polisemico. Comienza haciéndose 8 preguntas supuestamente ingenuas. ¿Es la acreditación un concepto meramente mercantilista?, ¿Es la acreditación un concepto anglosajón¿, ¿A que aspectos de la educación superior se aplica o debería aplicarse? ¿Se trata de una certificación de mínimos o evaluación cualitativa?
Continúa su andanada de preguntas ¿Es algo aceptable en Europa como elemento esencial del espacio europeo de la educación superior? ¿Es susceptible de aplicación en un posible espacio occidental de educación superior? ¿Y sus dos ultimas preguntas ingenuas fueron Cuales son o deberían ser los instrumentos organizativos fundamentales? ¿Cuales son o deberían ser los instrumentos operativos fundamentales?
Durante el resto de la charla que duraría 20 minutos dedico cada una de las diapositivas siguientes a intentar contestar cada una de las preguntas ingenuas. Para tratar de contestar si se trata de un concepto mercantilista hay que ver en que familia de palabras se encuentra la acreditación si dentro del universo estatizado o dentro de la economía globalizada.
Para responder si la acreditación un concepto anglosajón el orador se metio en un laberinto filológico insistiendo en que como los norteamericanos no pueden controlar explícitamente lo hacen a través del uso de un anglicismo como es accreditation. O sea que no se trata de un concepto anglosajón, pero si una experiencia fundamentalmente anglosajona y particularmente norteamericana.
En cuanto a que aspectos de la educación superior se aplica la acreditación la respuesta es que a programas, titilaciones e instituciones (titilaciones institucionalizadas) indistintamente.
En cuanto a que se debe certificar queda cada vez mas claro que hay que asegurar la calidad académica, hay que acceder a la financiación publica, facilitar la trasferencia de programas y se pone de manifiesto crecientemente que existe una tendencia creciente al juicio valorativo.
Faltan todavía contestar a cuatro preguntas y al hombre solo el quedan 5 minutos. Mientras ya hay unas 150 personas en la hermosa sala mientras afuera un sol hermoso baña las calles de Córdoba que es una ciudad realmente bella.
El orador insiste en que aun se discute si la acreditación es o no un elemento esencial para la unidad europea. Por ello es casi seguro que se vaya hacia un marco conceptual supraeuropeo de acreditación.
Como siempre la polémica USA/Europa esta por detrás de cualquiera de estas aseveraciones. Como por ejemplo la inversión de tendencia en cantidad de estudiantes en otros continentes. Porque antes había mas norteamericanos en Europa que a la inversa, peor en los últimos 3 años esta tendencia se ha revertido.
Otra pregunta clave es saber quien tiene que acreditar, si los Estados, las regiones, las agencias privadas, los organismos internacionales o las unidades plurinacionales. Y como siempre la meta-pregunta obvia es ¿quien acredita a los acreditadores?
En cuanto a los instrumentos operativos existen de una gama muy amplia que se ha venido poniendo en practica en Europa desde 1992 y que en América Latina hicieron su entrada pena en 1995/6.
La charla es correcta, el tono mesurado, las disquisiciones moderadas. En fin no es una tema que de ni para el apasionamiento, ni para el ensañamiento, aparentemente (Aunque la charla que diera el día anterior Winfried Böhm Director del Instituto de Pedagogía de la Universidad de Würzburg parece que puso en vilo a las masas y contradijo todos y cada uno de estos asertos –buena introducción a sus ideas acerca de la epistemología personalista en el dialogo ).
La acreditación en el ámbito regional
Ahora llegó el turno del segundo orador Guy Haug quien trabaja actualmente para la Comisión Europea en Bruselas y que resulto ser un tipo simpático y entrador. Guy se ocupo de la acreditación en el ámbito regional insistiendo en que se trata de un concepto nuevo en Europa, no de un instrumento generalizado y de una piedra clave del Proceso iniciado en Bolonia en 1999 para la creación de un espacio europeo compartido de evaluación.
Sus fuentes son estudios acerca de agencias de acreditación europeas y un articulo del propio Haug. Para que la acreditación tenga lugar en el ámbito regional se necesita de un sistema de reconocimiento o de convalidacion de los resultados de ala acreditación.
La pregunta es ¿que grado de similitud, que aspectos e instrumentos comunes se necesitan para crear un nivel suficiente de confianza, a pesar de la diversidad y de las diferencias?
Haug entiende por acreditación la opinión de un órgano externo autorizado en cuanto al cumplimiento de unos estandares o criterios preestablecidos y conocidos. No se sustituye a la evaluación para mejora. Porque la acreditación manda un mensaje puntual y publico sobre calidad generando varios tipos de vinculación entre ambas. La acreditación es una decisión binaria que tiene efectos indirectos sobre la calidad.
Segun Haug la validez de la acreditación depende de la autoridad/credibilidad del órgano de que procede y d e lo que se certifica. Como siempre las consecuencias de la acreditación las deciden los utilizadores.
¿Que calidad se debe lograr? Otra vez se insiste en que el objeto de la acreditación pueden ser los programas, las facultades o la s instituciones. Se ha pasado desde la ideología hacia el realismo. Vamos hacia un modelo mixto, donde habrá acreditación institucional, o de ciertos cursos aisladamente (nuevos, postgrados, regulados, conjuntos). A veces será obligatoria o se la hará por razones estratégicas.
La consecuencia es prestar mucha atencion en no estandarizar a los estandares. En el ámbito internacional tenemos que aceptar que haya diversos estandares, niveles, indicadores, criterios. Guy hace una apología de la diversidad de sistemas, de culturas, de lenguas. La calidad debe ser mas global que académica. Debe haber mezcla de criterios, factores, procesos, resultados. Y debe haber referencias comunes como los descriptores de competencias niveles y estructura (estandares internacionales).
Llegado al final y ante la desesperación de Pugliese que no consigue que Haug se mande a silencio aparecen una serie de factores de independencia con respecto al Estado y las universidades. Las tendencias convergentes son mas que el peer review, donde a veces la presencia de los extranjeros es mayoría, hay acercamiento de estandares en la practica y también hay que considerar la posibilidad de la acreditación por parte de agencias no nacionales.
La piedra clave el sistema debe ser la evaluación de las propias agencias de acreditación, llegando a una meta acreditación a través del reconocimiento mutuo. Para ello es necesario trabajar en redes, acudiendo a la experiencia internacional
La conclusión de todo lo anterior consiste en que un sistema regional no exige necesariamente que todo este en común en acreditación mediante la cooptación progresiva entre agencias.
Un sistema multilateral de acreditación exige que se respeten tres principios, la diversidad cultural, lingüística y sistemica, confianza basada en la transparencia y la convalidación, no sobrecargar a las universidades con evaluadores. Y ya se termino el tiempo de Guy que para dar esta charlita viajo chiquicientas horas y solo estuvo en el pais 36 horas.
Y después me toco a mi (el PPT de la charla esta aqui).
Uy ya termine mi charla y ahora le toca a Jose Ortega Esteban quien habla desde la mesa a mi lado. Va a hablar como usuario, como peatón. Las cosas no son tan complejas como generalmente se cree, dice. En España se ha llegado a esto desde una situación muy poco traumática.
La evaluación en la práctica
El plan piloto empezó en 1992 donde José empezó a trabajar en estos procesos representando a la Universidad de Salamanca. Miguen Angel Quintanilla -viejo concoido y buen filosofo de la ciencia- estuvo metido en este proceso.
Posteriormente hubo dos planes. Uno que empezó en 1995 y un segundo que se viene desarrollando hasta ahora con una proyección hacia el espacio europeo de educación.
Se hace nuevamente referencia a Winfired Bohm quien se ratifica que con su charla de ayer movió el avispero. Lo que esta mas que bueno porque constantemente el provocador profesional que hay en alguno de nosotros logra desestabilizar las exposiciones programadas que -por mas técnicas y útiles que son- siempre terminan demasiado atadas a su propio ombligo.
Sigue contando su historia vital en relación a las sucesivas universidades que el hombre evaluó incluyendo a la Universidad Central de Barcelona. La Universidad de Santiago de Compostela, la Universidad de Navarra (del Opus Dei) en general trabajando en titulaciones de psicología y psicopedagogia.
El hombre esta preocupado por el montaje de una gigantomaquia y no se sabe si los objetivos compensan la misma estructura que dice contenerlos. Si se suma a que tienen que existir una agencia europea y una intercontinental habrá que simplificar toda esa maquinaria. Aunque mucha gente vive de este monstruo.
Sigue la exposición del hombre de la que se me perdió un pedacito porque me pelee con la Ipaq. Ahora habla del comité de evaluación externo que suele estar 3 días en cada Universidad, que depende basicamente de los comités de evaluación interna.
Esta todo bien que hable desde su experiencia y que sostenga que no solo describe sino que también toma en cuenta las dificultades, pero la cosa ya empieza a sonar un poco a hueco. Para sanata Fidel Pintos no tenia igual. Asi que pretender competir con el desde una mesa redonda en una Universidad no augura mucho exito.
Sintetizando pero la verdad que no como sintetizador no es demasiado bueno. Basicamente lo que el hombre esta tratando de hacer es salvar y justificar estos sistemas de evaluación y su verdadero resultado. Porque parece que muchas universidades se contentan con conseguir su grado A y despues no hacen mayores esfuerzos para mejorar realmente la calidad.
Por eso propone mecanismos de participación insistiendo que en general los profesores de las instituciones evaluadas participan poco y nada de estos procesois.
Síntesis y expectativas
Y cuando creia que la cosa se había terminado apareció Juan Carlos Pugliese en el podio y no solamente hizo una excelente síntesis de las presentaciones anteriores sino que el mismo se puso a dar una charla. Je también se le rompio el diskete -como me paso alguna otra vez y como casi me pasa el lunes-. Maldición nunca mas usemos diskettes ya que el mío tambien casi se va al joraca y solo lo salvo copiarlo al desktop.
Ya hace casi 2 horas que esta mesa empezó. La gente esta mas cansada y aburrida que las focas tomando sol en Puerto Madryn. Aunque aquí el sol esta del otro lado de la puerta. Termina Pugliese diciendo que los sistemas de evaluación y de acreditación se han instalado en todo el mundo. De lo que se trata no es de alimentar las tensiones entre procesos de calidad y de autonomia sino entre las diversas concepciones de la calidad
De lo que se trata es de asegurar un juicio de calidad para la sociedad y que un mundo globalizado como el que estamos permita la movilidad de los estudiantes y que la circulación de saberes pueda distribuirse en el mundo.
La conclusión final es ambigua. Obvio que todos queremos mejorar la calidad universitaria hoy bastante desquiciada. La duda es de hasta que punto los sistema de acreditación consiguen efectivamente ese objetivo y si no se establece un puente perverso entre evaluadores y evaluados.
Ademas habiendo tantos intereses en juego y desplazándose cada vez mas la educación a negocio educativo y en algunos casos flagrantes a negocio inmobiliario he aquí mas elementos para poner en duda toda esta problemática.
Por otra parte la profesionalizacion del rol del evaluador y la estandarizacion -combatida por Guy- de muchas de sus tareas echa otro cono de sombra acerca de la utilidad de estas herramientas para mejorar efectivamente la calidad sin caer en mecanismos tautológicos y autoreferenciales propios de la filosofía del como si.
(Continuará con dudas y con aportes excéntricos, ya verán)
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