Será que el calor me molestó tanto o mas que de costumbre. Será que no vi nada que me impactara y que al revés me dolió un montón que Le Cirque du Soleil estaría ahí a partir del próximo 18 de Octubre, que la Fura del Baus ya no llama mas la atención, como antes a pesar de que prometen un espectáculo XXX, o que Silvio Rodríguez recién estará el próximo fin de semana o lo que sea, pero este viaje a Madrid me resultó mucho menos llamativo y querible que los varios anteriores que he hecho en años recientes.
A lo mejor la culpa la tiene Raffo que me llenó la cabeza día y noche en contra de esa villa señorial. Quizás la razón sea que por motivos incomprensibles casi todos mis amigos -a excepcion del propio Raffo, Pablito y alguno mas- están en Barcelona y no por allí.
La verdad es que no tengo una explicación creíble ni para mi mismo pero lo cierto es que los 3 días y dos noches que pase allí no quedaran para la historia.
Lo mas lindo fueron las salidas y los juegos con Miranda Raffo. El encuentro o reencuentro con algún texto perdido y que por fin me anime o se me dio las ganas comprar cual fue La vida desaforada de Salvador Dali de Ian Gibson de 900 páginas que empece a leer en el vuelo largo de regreso, o Historia virtual de España(1870-2004) ?Qué hubiera pasado si? Compilada por Nigel Towsen que compre para regalarle a mi mama, o el voluminoso y voluptuoso Esferas 2 de Peter Sloterdijk que también descolla obscenamente con 900 paginas y que será el desafío mas grande de estudio y análisis que encararé en los próximos meses, si es que conseguimos un poco de paz organizacional adonde ustedes bien saben.
En realidad lo único para cavilar en estos días fueron las charlas que tuvimos con Raffo acerca de las relaciones entre medios, narrativas, storytelling, transposición e imagen/texto.
Claro coincidimos en los problemas y en los temas pero difícilmente en los tratamientos y enfoques. El mejor ejemplo fue un intento de puesta en común de películas valiosas, pero no en la teoría sino en la practica. Era el sábado tarde en la noche y mientras abajo a la vuelta del metro Tribunal se armaba un buena jarana de borrachos y pasotas, los Raffo me ofrecieron ver dos películas preelegidas de entre las muchas que engalanan su preciosa videoteca.
Después de algunas hesitaciones finalmente convinimos -porque la película oficiaría también de canción de cuna para Miranda que estos días ha estado excitada como nunca, porque se le terminan los mejores años de su cortisima vida de 3 y empieza su escolarizacion el próximo martes-, en ver Joe contra el volcán (1990) una supuesta comedia con Tom Hanks y Meg Ryan dirigida por el desconocido John Patrick Shanley
Difícil describir que tiene de especial esta película. Que no es nada mas ni nada menos que un cuento de hadas con final feliz y que en el medio narra peripecias mas o menos creíbles, en un tono cercano al comic -aunque Alina Raffo disiente virulentamente sobre el tema,- y que a mi me pareció una comedia de tono muy menor. Pero los Raffos insisten que hay 8 personas en el mundo (contándolos a ellos dos) que consideran que esta película merece estar en el panteón o santuario del gran cine de todos los tiempos.
Por supuesto que Willy considera que mi panteón es indigerible. ¿Como se ocurre pensar, decir o sentir que Memento es una buena película?, ¿o que Los Desconocidos de siempre merece siquiera una mención como cine del que uno puede enorgullecerse haber asistido?
Pues bien como no hay acuerdo y se supone que él sabe y hace cine nos encontramos pues en un buen atolladero que hizo saltar en en seguida una seria de temas y puntos de conflicto entre los cuales tenemos los siguientes.
¿Para que una película sea buena tiene que seguir el canon narrativo tradicional, acuñado por Aristóteles y seguido a rajatabla por el canon occidental de presentación-catarsis-desenlace?
¿Es lo mismo contar una historia que dramatizar situaciones vividas? ¿Qué es lo que hace grande una película, un guión como se debe y en ese caso cuál y qué es un guión como se debe?
A Raffo le llama la atención y no le parece muy sutil de mi parte mi encariñamiento con los efectos especiales. Porque en general él no gusta del artificio. Y no le gusta nada que le quiten fluidez a la historia que el ve como como un lento discurrir (con mayores o menores climaxes) pero en donde la sorpresa inesperada, el atajo insólito o la resolución taimada aparentemente le quitarían toda naturalidad y la dejarían sepultada bajo el vértigo o los efectos tóxicos del artificio.
También hay otras arenas de menor discrepancia y de mayores posibilidades de articulación. Es cuando los dos descreemos de las ficciones interactivas, de la posibilidad de convertir al lector en co-autor y de involucrar al publico en el proceso de construcción de la historia.
En este punto ambos coincidimos en que una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. Y que mas alla del propagandismo muchas veces vacuo e inocuo de los interactivistas, ni los lectores quieren ser autores, ni es probable que de quererlo puedan devenir autores y generar historias que merezcan ser leídas, compartidas, vividas o analizadas por el resto de los mortales.
Hay también otros puntos y cuestiones para discutir cual es la motivación de las personas para realizar determinadas tareas, cuales son sus objetivos vitales y que derecho tienen a inmiscuirse en la de los demás, sobretodo si los demás somos nosotros.Trátese de artistas o .. de simples guardianes de museos.
Aunque la cosa venia desde hace mucho y por diversas vías, el disparador fue un absurdo dialogo que tuvimos con una gordita ex-argentina cuidadora de una aburrida exposición de fotos antiguas en un museo privado La Casa Encendida a ver una muestra de José Alvaro Perdices: Educational Closet / 47 Names.en la Casa de España.
Ya en el primer piso nos habían levantado el dedito diciendo que no tomáramos fotos. Raffo ironizó con los guardianes e insistióen que su derecho a tomar fotos de si mismo es inalienable y esta por encima de las regulaciones de los dueños de los museos.
La cosa se emputeció en el diálogo con la chica que no daba pie con bola y que sirvió para que Raffo la peloteara un poco -en bastante mal tono al mejor Raffo el mundo es un invento ajeno. Claro cuando la saludé al irme me miro (la chica) con cara de asco y desde allí Raffo pergeño una eventual instalación en la que se podría jugar con la denuncia, con la demostración del absurdo de intentar impedir tomar fotos cuando la digitalizacion vuelve inútiles a las fotos, etc.
Pero aunque no hablamos mas del tema porque yo ya estaba camino del aeropuerto ahí se abrió un tercer frente de exploración conjunta cual es la posibilidad de analizar la relación entre voluntad de poder y voluntad de saber, la puesta en marcha de mecanismos de intervención o de participación (al estilo de los happenings, pero esta vez con formato digital) que permitan poner en cortocicuito esta invasión de nuestros derechos a la representación por parte de la internacional del poder insecto y cosas aledañas.
JOE CONTRA EL VOLCÁN ES UNA MARAVILLA. TE RECOMIENDO LEER MI CRITICA EN FILMAFFINITY FIRMADA POR CLAUDIO BAGLIONI.