Hace cuatro años nacía, gracias a una donación del filántropo argentino Martín Varsavsky, una sociedad del Estado que proyectaba reducir la brecha digital mediante la incorporación de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en la educación de la República Argentina.
En aquel entonces el anuncio de un portal educativo de la Nación y la posibilidad de equipar las escuelas del país y conectarlas a internet creó muchas expectativas que no pudieron concretarse. El cambio de gobierno, la devaluación, la aguda crisis económica y los escasos resultados de la iniciativa pusieron en duda la continuidad del portal.
Para que educ.ar retomara su proyecto inicial necesitó de una profunda reorganización interna, que incluyó una reorientación global de sus funciones, la racionalización de su personal, una drástica reducción de costos y una nueva ubicación en el ecosistema del Ministerio de Educación.
De allí su relanzamiento el 8 de julio de 2003, cuando fui nombrado gerente general, y con la conformación de un grupo detrabajo liderado por Laura Serra, Patricia Pomies y Paula Jure -al cual se añadieron un poco mas tarde Alberto Azubel yDiana Rizzo– comenzamos a trabajar para que educ.ar funcionase como brazo ejecutor de las políticas del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología en materia de alfabetización digital.
Hoy nos encontramos trabajando sobre la base de estos cuatro años, recuperando algunas de las cosas hechas y aportando nuevas. Según Martín Varsavsky, miembro del Directorio de educ.ar desde sus comienzos, educ.ar es un avión que despegó, que perdió altura, que casi se estrella, pero que logró solucionar sus problemas y ahora está subiendo de nuevo y mejor que nunca.
La meta que perseguimos es mejorar el portal educativo con mayor dinamismo y especialmente valorar los aportes de los docentes, en la canalización de sus inquietudes, y en la apertura de múltiples vías de comunicación. También buscamos generar productos y servicios que jerarquicen al profesional docente y propendan a la producción colaborativa y colectiva de conocimiento, saber y proyectos compartidos.
La campaña de alfabetización digital, el reciclado de computadoras, la Colección educ.ar, la creación de un espacio de innovación docente, son algunos ejemplos de cómo concretamos y caminamos hacia estos objetivos. Para profundizar sobre los proyectos actuales puede verse la nota: Un año de gestión.
En esta oportunidad, recordando los cuatro años, queríamos acercarles algunos testimonios de las personas que conforman el equipo de educ.ar y que trabajan día a día para que las nuevas tecnologías puedan ser utilizadas por los docentes y los alumnos de todo el país.
Aqui encontrarán la mía
Hasta que el ministro Filmus me pidió que me sumara a su equipo para dirigir educ.ar nunca había pisado el edificio, no sabía dónde quedaba, y jamás había ingresado a su portal. Tan teñido estaba ese lugar de fantasías, de gestiones confusas e ineficientes y de sobreventa de ilusiones, que era mejor perderlo que encontrarlo.
Cuando finalmente llegué aquí muchas de esas intuiciones se verificaron y otras no. Porque dentro de tanta escoria había una pepita de oro, y estaba conformada por algunas personas que venían desde el principio, por un contenido excelente -especialmente del área escuela- y por la voluntad de algunos sobrevivientes de apostar, aun contra toda esperanza, a que el proyecto era viable y que valía la pena jugarse por él.
Más de un año más tarde, y a la vista de numerosos logros que ya fueron inventariados en el área institucional, sólo puedo decirles una cosa: trabajar en educ.ar es una de las gratificaciones más grandes que he tenido en mi vida laboral.
Aquí está el resto de los testimonios de nuestros compañeros de trabajo.
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