Somos muy quejosos. Los argentinos por supuesto. Los porteños mas aun. Los filosofos o ex-filosofos sin lugar a dudas. Pero los escribidores tenemos una propensión natural a verle pelos no solo a la sopa, a la torta, al pescado, al asado o a lo que sea.
Por año en el mundo se publican literalmente centenares de miles de nuevos títulos, en nuestro país se trata de 4.000 nuevos por año, y en España esa cifra debe andar en las 10 veces mas. Nada de ello garantiza que lo que se publica valga gran cosa.
Incluso en la selección que acaba de hacer la Revista Ñ de 100 libros para leer en el verano a nosotros solo nos han llamado la atención una decena.
Es por ello que cuando encontramos una maravilla como esta obra de los desaparecidos Lewkowicz y Corea nos sacamos la cabeza que no el sombrero y empezamos a pensar. Gracias por ayudarnos en tan magna y generalmente atipica (que no es el caso) tarea.