III Impresiones literarias/Musicales
14. Philippe Sollers Misterioso Mozart. Buenos Aires. FCE, 2003.
Insolito habernos encontrado con Philipe Sollers cerca de Mozart. Aunque no tanto porque despues de deshojar las primeras páginas como no concidir con el en que Mozart es el Musak (junto con Vivaldi) de la musica clasica. Es una industria permanente, la Tierra no es otra cosa que una gran shopping giratorio con Mozart en todos los pisos. Le paso a Sollers encontrarse con un taxista fanatico del Requiem en Paris y en Shanghai con una empleada recien estrenada que sabia de versiones de Mozart casi tanto como mi papa, el rey de la musica clasica en la Argentina. Nosotros tuvimos nuestro Mozart de cabotaje con Waldo de los Rios y uno internaiconal con el Amadeus de Milos Forman. Mozart esta omnipresente, parece ser una industria permanente, pero lo que para alguien seria una constatacion lisonjera, para Sollers es mero y entero enigma. Sollers recorre su territorio, visita sus ciudades, investiga en museos y correspondencia y curiosa -y afortunadamente- su obra no deviene en una sosa o consagrada biografía. Tampoco es un tratado de musicología, ni un ensayo sociomusical acerca de la recepción mozartiana a 200 años de su muerte. Lo que si es y logra hayque leerlo.. porque tesimonia admiración, amor y recogimiento. No es poco. Es casi todo.
15. Enrique Vila-Matas. Paris no se acaba nunca. Barcelona, Anagrama, 2003.
Enrique Vilas-Matas escribió en este libro algo que me hubiese gustado contar a mi, o mas aun haberlo vivido a mi. Porque yo no puedo jactarme de haber vivido en una bohardilla que era de Marguerite Duras y haber cenado con ella varias veces. Tampoco puedo rivalizar ni remotamente con Vilas-Mata frente a su fauna de conocidos y frecuentados. Porque entre ellos estaban nada mas ni nada menos que Roland Barthes y Paloma Picasso y tantos otros. Aqui no interesa mucho el artificio literario usado por Enrique para revisar y reescribir estos recuerdos. La historia de un escritor que todavia no publico su primer novela y que se vale de cualquier subterfugio para plasmar su intencion de ser famoso y leido a mansalva cuando sea grande. Lo que si me fascino en el libro son por lo menos dos facetas. Una el montaje de historias y anecdotas, los cruces de personajes y los encuentros (tanto literarios como vividos) de gente que si no existio (aunque seguramente, si lo hizo) mereceria haber existido. Lo otro que me encanto fue el progresivo detalle con que Enrique se va deshaciendo de su modelo acartonado, existencialista y nihilista de intelectual ventiañero para finalmente asumir no su madurez pero si su capacidad de ver al mundo con ojos ironicos (pero no cinicos), y sobretodo su interes por dejar de lado la desesperanza y abrazar una vision mas alegre y suelta del buen vivir. Algo que recien estoy empezando a atisbar casi al mismo tiempo que el y para lo cual hay mucho aun que trabajar.
IV La Transmisión/Memetica
16. Jacques Ranciere El maestro ignorante. Cinco lecciones sobre la emancipación intelectual. Barcelona, Laertes, 2003.
En 1818, el azar hizo que Joseph Jacotot, «un lector de literatura francesa en la Universidad de Lovaina», tuviera una «aventura intelectual». Exiliado en los Países Bajos tras el regreso al poder de los Borbones en Francia, este servidor de la República que en 1789 había cumplido 19 años, buscaba la tranquilidad de un puesto de profesor a medio sueldo. El azar, sin embargo, decidió de otra manera: hizo de él un maestro ignorante. Los alumnos de Lovaina se interesaron rápidamente en las lecciones del exiliado: sin embargo ni ellos hablaban francés ni el profesor Jacotot sabía una palabra de flamenco, la lengua de sus estudiantes. Necesitaron establecer un punto en común a falta de una referencia lingüística compartida. De nuevo decidió el azar: encontraron una edición bilingüe de un libro clásico: Telémaco. El profesor les pidió a sus alumnos que aprendieran el francés ayudándose de la traducción. Después les pidió que escribieran en francés lo que pensaban de todo lo que habían leído. Los resultados de ese «empirismo desesperado» sorprendieron al propio Jacotot: ¡lo habían hecho bien! La revelación fue mayor: esa pequeña experiencia filosófica puso en evidencia para Jacotot el «hecho» de que los estudiantes aprendieron a hablar y escribir en francés sin la mediación de sus explicaciones. A partir de ese momento dejó de creer en el sostén de cualquier sistema de enseñanza: la necesidad de las explicaciones. Era el inicio de la «enseñanza universal«. Jacotot, desde entonces, no paró de repetir a quien quisiera oírle que hay un modo de enseñar lo que se ignora: basta verificar la «igualdad de las inteligencias» y que esa verificación produzca efectos. Tal es la historia con la que empieza un bellísimo y poderoso libro del filósofo francés Jacques Rancière, El maestro ignorante. Cinco lecciones sobre la emancipación intelectual, traducido al castellano por Núria Estrach, editado en Barcelona por Laertes (2003).
15. Adriana Puiggros El lugar del saber. Conflictos y alternativas entre educación, conocimiento y política. Buenos Aires, Galerna, 2003.
Adriana Puiggros fue una de las decanas mas jóvenes en la historia de la Facultad de Filosofía y Letras cuando asumió a los venti y pico en los turbulentos años 1974 antes de exiliarse durante largos años en México. Le sobran títulos y pergaminos y lleva publicados 16 libros incluyendo una Historia de la Educación argentina en 8 tomos. Proviniendo del corazón de la pedagogía es una de las pocas analistas que puede saludar a los creadores, a los autodidactas y a los inventores que nos ayudaron a no morir de pedagogía. Y ademas como militantes y política tiene claro que no solo existe un malestar en la cultura, sino un malestar especificamente argentino consistente en nuestro caso en el fracaso de todos los proyectos de reforma del sistema escolar mitrista-sarmientino. En esta obra de carácter basicamente histórica y que en sus partes finales se enzarza en los problemas de los años 70, Puiggros examina asimismo las dificultades históricas para el desarrollo del liberalismo católico democrático, la crisis del sistema educativo desatada por el huracán menemista y la mercantilizacion de la educación publica. Ella misma sabe que lo suyo es un diagnostico sesgado y termina aceptando que el misterio argentino oscila entre la angustia y la voluntad de comprender, aunque rara vez esta tensión se traduzca en acuerdos e inyecciones de política efectivas,
16. Graciela Morchkofsky Timerman. El periodista que quiso ser parte del poder (1923-1999). Buenos Aires, Sudamericana, 2003.
Las biografías generalmente son un fiasco. Por insuficientes o por exageradas. Por retratar demasiado poco al personaje en cuestión, o por convertirlo en un hombre de paja, generalmente en el sentido hagiografico, donde resulta difícil volver a encontrar a alguien de carne y hueso, detrás de tantas endechas y alucinaciones. No hay personaje famoso que no este a la búsqueda del biógrafo ideal, y al revés no hay ensayista o historiador que no se quiera convertir en el albacea definitivo de algún granito de historia, para que acoplado al mismo, su versión se convierta sino en la oficial al menos en la definitiva. Cada tanto un buen intento termina destruyendo al homenajeado, y la biografía se convierte entonces no tanto en panegírico insulso, sino en un autentico cuestionamiento de las contradicciones y de los dobleces, de los subterfugios y de la trampas, pero sobretodo del carácter basicamente ambiguo y contradictorio de un vida vivida con pasión e intensidad pero no necesariamente para bien de todos. Timerman fue uno de los mas grande periodistas argentinos del siglo XX. Creador de Primera Plana y Confirmado y de La Opinión y La Razón en su enésima reinvencion, fue torturado por los militares y expulsado del país. Dedico el final de su vida a construir un mito de defensor de los derechos humanos y héroe del periodismo. Pero genial y despótico como fue también participo en el derrocamiento de Illia, adherió a Ongania y Videla y terminó enchastrado y casi fue asesinado -ademas de torturado- por sus juegos con el poder. La autora, hermosa y señora de Gabriel Pasquini, prolija descendiente de la escuela objetivista norteamericana, dedico 5 años de su vida a armar esta historia de contubernios entre prensa y poder. Mientras tejio un hilo que explica mejor que mucha sociología y politicologia barata como llegamos a esto, es decir, que es el poder en la Argentina Chapeau. Eppur, también coincidimos con Sergio Moreno cuando sostiene que «Una vez leído, y sin ser ésta una biografía complaciente (en lo más mínimo), uno empieza a lamentar y maldecirse por no haber estado, aunque más no fuera en alguna oportunidad, cerca de Jacobo Timerman».
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