Hace 10 días que vivimos bombardeados por la maquina mediatica del Vaticano. La primer señal de alarma me la dio mi amigo Armando Silva en Bogotá hace casi tres semanas, cuando se vio conmovido por los usos de la imagen de la decadencia física papal utilizada a mansalva por el Vaticano como fomento de algún hilo de divinidad.
Después la cosa siguió acompasando los últimos días del Pontífice con comentarios muy desiguales. Un proselitismo a favor de la difusión de las imágenes de decadencia (vendida como fortaleza) por parte de la derecha y un rechazo de la pornografía de la imagen por parte de la izquierda.
Como siempre los tabas estaban dadas vueltas. La derecha que en general critica a la imagen por pornográfica esta vez las alababa y la inversa ídem.
Por algún motivo insondable y a pesar de que he juntado decenas de notas como para hablar ecuanimemente de la gesta de Juan Pablo II que para mi siempre resto antes que sumo, sigo sin querer decir nada al respecto, so pena de quedar enterrado en tanto marasmo encomiástico. Ayer nomás visitando un convento cerca de la plaza de Mayo algún vivo había exhumado las revistas Siete Días de cuando el papa anduvo por aquí en 1982.
Pero lo que yo no quiero hacer otros se ocupan de hacerlo por mi. Porque a solo 24 horas de la muerte de Karol Wojtyla, en la web ya se habían publicado 35 mil artículos referidos a su deceso y su obra
Un estudio difundido esta semana indica que los medios de comunicación de todo el mundo han escrito diez veces más sobre la muerte del Pontífice que sobre la reelección de Bush, en noviembre.
Tras rastrear internet en busca de determinadas palabras o expresiones, el «Global Language Monitor» encontró que se habían publicado 35.000 artículos en las siguientes 24 horas a la muerte del Papa, una cifra altísima si se compara con las 3.500 que se escribieron un día después de la reelección de Bush, o 1.000 tras el fallecimiento del ex presidente Ronald Reagan, en 2004.
La cifra no dejo de crecer y al momento del entierro el pasado viernes ya se contaba con 12 millones de visitas en Internet y de 100,000 historias en los medios de todo tipo
Además, aunque el Vaticano es una institución bastante anclada en el pasado y muy respetuosa con las tradiciones, no dudó en utilizar las últimas tecnologías para informar sobre la muerte del Papa.
Minutos después de su muerte, la Santa Sede envió a los corresponsales de los principales medios de comunicación de todo el mundo un mensaje a su móvil y un correo electrónico informándoles de la noticia.
El propio Juan Pablo II utilizó Internet en los últimos años de su Pontificado para llegar a todos los rincones del planeta, una red a la que calificó como «una herramienta maravillosa», pero que «necesita ser regulada para evitar que la depravación inunde el ciberespacio».
De vuelta, de acuerdo a los comparativos de Global Language Monitor a lo largo de todo 2004 solo hubo 28,000 noticias y 1.5 millones de citas de Internet acerca de Juan Pablo II.
Con un poco de perspectiva en las alforjas la palabra histórico se asocio cerca de 3,000,000 de veces con referencia al pasado Papa, pero curiosamente conservador resuena en 1,750,000 de casos, mientras que amado o adorado parece en 600,000 casos a los pocos días de su muerte.
De lo que no queda duda después de esta repercusión post-mortem es que varios de los objetivos del Papa se lograron después de casi un cuarto de siglo de pontificado.
Juan Pablo II asumió la conducción de la Iglesia cuando esta sufría un colapso que muchos (apresuradamente) interpretaron como mortal e irreversible, con la baja de vocaciones sacerdotales, con la competencia de pentecostalistas y sobretodo con la secularización creciente a manos de los medios masivos.
Como buen judoka que Wojtyla fue, no solo ayudo a la caída del comunismo sino que se embanderó frontalmente en el uso de los medios masivos e hizo un uso de la Televisión y la Internet (junto al desplazamiento físico 1.300.000 km. recorridos) que muchos políticos terrenales seguramente le siguen envidiando.
Esta demostración post-mortem de la canibalizacion de los medios y la increíble cobertura mediatica tanto del agonía, el funeral y ahora la elección del nuevo papa muestran la habilidad de Juan Pablo (y del Vaticano) para unirse con el enemigo cuando no se lo podía vencer. ¿Y ahora que?
Estimado Alejandro. Das en el clavo con la calidad mediática del fallecido Wojtyla. Yo hago clases y en mis análisis sobre la imagen en los medios muchos, en diversos cursos adoptaron al papa como figura de análisis y representación y, primero, se topaban con la curiosa paradoja de que como iconografía este papa era un antes y después de su decaimiento físico.
Luego el análisis chocaba frecuentemente con juicios y valoraciones que ponían en el papa sensaciones y percepciones inmedibles. La fe, o la moda de la fe, hacía aparecer «paz», «bondad» en la efigie decaida de un papa encorvado y viejo.
En Chile no es noticia que el Opus Dei está involucrado en el poder político-empresarial y que JPII le otorgó preeminencia a esta secta del catolicismo, se sabe que en moral y en valores el papa endureció la posición de la iglesia respecto a varias doctrinas sobre conducta.
Sin embargo pareciera que para mis alumnos (jóvenes de piercing y tatuados de pies a cabeza) eso no es obstáculo para elevar la estatura del papa como figura «del bien». Que los medios construyen una realidad prescindiendo de la «cosa real» está claro. Que los jovencillos habitan en la medialidad absoluta, no lo se… Curioso, poco científico, pero sintomático… ¿o no?
Estoy un poco saturado (más que poco, bastante) de la cobertura mediática de la muerte de Juan Pablo II. En particuular, casos como la CNN en español y otros medios locales, donde personas que antes pasaban las noticias de cómo había salido el partido entre Defensores de Belgrano y El Porvenir se dedicaron a hacer especulaciones sobre si convenía un papa joven o viejo, progresista o conservador, africano o latinoamericano, etc.
Hasta ahora, lo interesante lo encontré en notas de La Nación. Una, entrevista a un teólogo uruguayo, Alberto Methol Ferré; un nota de Leonardo Boff; y la más corrosiva del suizo Hans Küng. Y otro artículo del cardenal francés Roger Etchegaray que salió n me acuerdo donde. El resto me pareció muy pobre. Gente que opina sin compromiso y sin saber demasiado de la cosa.
La mediocridad ha sido lo dominante en la cobertura medática. Como viene siendo la norma.
Estoy un poco saturado (más que poco, bastante) de la cobertura mediática de la muerte de Juan Pablo II. En particuular, casos como la CNN en español y otros medios locales, donde personas que antes pasaban las noticias de cómo había salido el partido entre Defensores de Belgrano y El Porvenir se dedicaron a hacer especulaciones sobre si convenía un papa joven o viejo, progresista o conservador, africano o latinoamericano, etc.
Hasta ahora, lo interesante lo encontré en notas de La Nación. Una, entrevista a un teólogo uruguayo, Alberto Methol Ferré; un nota de Leonardo Boff; y la más corrosiva del suizo Hans Küng. Y otro artículo del cardenal francés Roger Etchegaray que salió n me acuerdo donde. El resto me pareció muy pobre. Gente que opina sin compromiso y sin saber demasiado de la cosa.
La mediocridad ha sido lo dominante en la cobertura medática. Como viene siendo la norma.
Amigo
me parece que más que saturado estuviste bastante malherido por la figura anciana de un hombre que ha tenido la fortaleza de entregarse hasta el final. ¿No te parece que tu comentario es bastante excesivo? En este tiempo tuviste varias opciones si no querías ver a moribundo jefe de la Iglesia. Espero que en estos años hayas reflexionado y cambiado de opinion ya que parece que en vez de ver al anciano preferirias ver a Bush o asus guerras o asus innumerables obras misericordiosas de aplastamiento de pueblos…