Outsiders bienvenidos
Hace ya varios años que venimos dando vueltas con la fascinacion que nos produce el consumo par-a-par. Desde los remates en tiempo real de Ebay, a las recomendaciones por filtrado colaborativo de Amazon, desde el consumo de música haciéndole pito catalán a las majors discográficas, hasta la distribución masiva de DVD pirateados en los videoclubs legales (sic), desde creative commons al software libre, desde los weblogs a la wikipedia, desde SETI a la computación distribuida. Pero para ser sinceros nunca vimos un modelo de negocios en esas alternativas tan variadas y llamativas.
Como siempre tenia que venir un outsider para desasnarnos. Y no es la primera vez. Ahora se trata de un abogado que siguiendo los pasos de Lawrence Lessig y de Cass Sunstein nuevamente nos despierta de nuestro sueño dogmático y nos obliga a re-pensar. El desafío se llama esta vez producción par a par
Durante décadas nuestra común comprensión de la organización de la producción económica ha sido que los individuos ordenan sus actividades productivas en una de dos maneras: como empleados en empresas, siguiendo las indicaciones de los directivos, o como individuos en mercados, siguiendo lo que los precios señalan (el articulo ya canónico de Thomas W.Malone, Joanne Yates & Robert I. Benjamin Electronic Markets and eletronic hierarchies- bien aludía a esta dicotomía o dipolo.
En esta oportunidad se trata de una luminaria cual es Yochai Benkler (hay una primera referencia al autor en un post de filosofitis de Ariel Vercelli) quien explica porqué estamos comenzando a percibir la aparición de un nuevo, tercer modo de producción, en el ambiente digital en red, un modo que él llama ‘producción entre iguales basada en el dominio público‘ (commons-based peer production).
Producción entre iguales basada en el dominio público
Para Benkler mientras que el software libre es altamente visible, es de hecho solamente un ejemplo de un fenómeno socioeconómico mucho más amplio. Benkler llama a este modo de producción ‘entre iguales basada en el dominio público’ para distinguirla de los modelos basados en la propiedad y el contrato de las firmas y los mercados. Su característica principal es que grupos de individuos colaboran con éxito en proyectos de gran escala que siguen un diverso conglomerado de impulsos motivacionales y señales sociales, más que los precios de mercado o los comandos directivos.
La explicación de Bender apunta a señalar las ventajas sistemáticas sobre mercados y jerarquías directivas cuando el objeto de la producción es información o cultura, y donde el capital físico necesario para esa producción -computadoras y aptitudes – está extensamente distribuido en lugar de concentrado.
Aunque habrá que examinar en detalle los numerosos papers de Benklersobre el tema -ver bibliografia al final- sintéticamente este modo de producción es mejor que las firmas y los mercados por dos razones. Primero, es mejor en identificar y asignar el capital humano a la información y a los procesos de producción cultural.
En este sentido, la producción entre iguales tiene una ventaja en lo que Benkler llama «coste de oportunidad de la información«. Es decir, se pierde menos información sobre ‘quién puede ser la mejor persona para un trabajo dado’ que en cualquiera de los otros dos modos de organización.
En segundo lugar, hay reingresos substanciales en aumento, en términos de eficacia de adjudicación, para permitir que sistemas (o clusters) mayores de colaboradores potenciales interactúen con grandes sistemas de recursos de información en la búsqueda de nuevos proyectos y oportunidades para la colaboración.
Eliminar la propiedad y el contrato como los principios organizativos de la colaboración reduce substancialmente los costes de transacción implicados al permitir a estos grandes clusters de colaboradores potenciales revisar y seleccionar sobre qué recursos trabajar, para qué proyectos y con qué colaboradores.
Ello libera un enorme potencial para aumentos substanciales de adjudicación. El artículo fundacional de Benkler «Coase’s Penguin, or Linux and the Nature of the Firm» concluye con una descripción de cómo estos modelos utilizan una variedad de estrategias tecnológicas y sociales para superar los problemas de acción colectiva solucionados generalmente recurriendo a sistemas directivos y basados en el mercado mediante la propiedad, el contrato, y órdenes directivas.
El exito de las comunidades de produccion
Las comunidades de produccion par a par tienen éxito, según Benkler, si:
a) El proyecto que acometen es modular, es decir, que se puede dividir en tareas más pequeñas,
b) Es granular, en el sentido de que casi todas las tareas son pequeñas (por ejemplo, mandar una historia de 10 líneas al Interlink Headline News o al New York Times requiere poco esfuerzo),
c) Finalmente, la integración del trabajo, es decir, juntar todo el esfuerzo para obtener el resultado final, no debe requerir un gran esfuerzo.
Cuando Benkler compara el funcionamiento de estas comunidades con la empresa y los mercados encuentra que en determinadas circunstancias las comunidades colaborativas son más eficientes por dos motivos.
El capital humano a su alcance suele ser mayor (piénsese en la cantidad de contribuyentes a un weblog colectivo como sera la versión 2.0 del primer libro de Lessig Código y otras leyes del ciberespacio, o la cantidad de programadores en la comunidad de software libre) y como se trata de una comunidad en la que cada uno elige lo que quiere hacer, ocurre que la distribución de ese capital es más eficiente, porque la gente suele acometer tareas en las que es realmente bueno.
El capital humano, que es lo más preciado en una sociedad donde la información abunda (tal la tesis de Roger L Martin y Mihnea C. Moldoveanu –que contrapone, Capital vs. Talento: la batalla que está transformando los negocios– es el elemento clave que otorga una ventaja diferencial. De ahí el éxito de las comunidades colaborativas, ya que en ellas el capital humano es increíblemente grande y su asignación es muy eficiente.
¿Cuales son los ejemplos mas salientes de esta nueva economía de la producción y en que se inspiro Benkler para poder detectarlos siendo que sus colegas economistas como siempre estaban de paseo, menos mal que Sebastan Campanario les encontró tareas mucho mas interesantes para hacer en la Economia de lo Insolito.
Comportamiento basado en comunes
Benkler trabajo durante mucho tiempo en comportamiento basado en comunes en el espectro de radio no licitado y en propiedad intelectual y su rol estratégico en la innovación. De lo que el se dio cuenta (algo que nosotros no enfatizamos lo suficiente en nuestro capitulo 12. «La Odisea de Napster. Los sistemas par-a-par y el rediseño de la libertad de los usuarios» en Ciberculturas 2.0 es que no se trataba de un fenómeno que debía restringirse al software o a la musica- Porque con ese criterio no se pueden explicar ni la Wikipedia ni el weblog tecnocolaborativo Slashdot, ni mucho menos Google (bueno de esto nos avivamos en Internet imprenta del siglo XXI, pero aun nos faltaba la noción de producción par a par, para encapsular todos estos fenomenos dispares)
Lo que todo estos fenómenos tienen en común (algo que detectaron cada uno por su cuenta Howard Rheingold por un lado en Multitudes Inteligentes, David Casacuberta en Creación Colectiva, James Surowiecki en The Wisdom of the crowds y desde otro angulo Herve Fisher en Le declin de l´émpire hollywoodien y J.D.Lasica en Darknet Hollywood´s war against the digital generation (http://www.jdlasica.com/), es precisamente es que el rol conocimiento del comportamiento social esta aumentando ininterrumpidamente.
Antes recomendábamos libros y la voz se expandía concentricamente, mas o menos. Uno o dos amigos podían a lo mejor catapultar nuestra recomendación, algun docente la incluiria en sus clases, un editor eventualmente podia escucharnos y traducir un original, pero allí quedaba la cosa. Se trataba de buena onda, ganas de diseminar y alguna conciencia de que compartir es bueno o a lo mejor nos cae bien a los que lo hacemos permanentemente.
Pero si este comportamiento se incluye en el algoritmo Page Rank de Google lo que tenemos es un efecto económico masivo porque ayuda colectiva mente con una potencia y una capacidad de irradiación que jamas imaginamos. Siendo capciosos con Engels podríamos decir que aquí la cantidad se convierte en calidad
A pesar de lo mucho que Negroponte hablo sobre el tema esto se le paso totalmente por alto. Y lo mismo a Bill Gates. Lo que pasa es que estos modelos de conocimiento distribuido y compartido aunque no pueden generar en si mismos modelos de negocios, son lo suficientemente corrosivos como para liquidar los modelos preexistentes
La revolución industrial alabo y festejo la concentración del capital físico. Para que la gente colaborara entre si (en la linea de montaje, ya sea del periódico o de los autos) se necesitaba mucho capital financiero inicial.
Los microprocesadores, la fibra óptica y el software inteligente permiten generar agregados de comportamiento colectivo sofisticado y altamente eficiente sin esa doble necesidad de concentración financiera y fisica del capital. Lo que antes eran meros gestos y concesiones, gente bondadosa o bien intencionada (que aparte eran o éramos minoritarios en un mundo de concentracion del capital simbólico en donde lo normal es atesorar y rapiñar) se convierte en productos económicos, eventualmente generadores de un nuevo tipo de mercado.
Nuevos formatos de intermediacion
La novedad esta en los nuevos formatos de intermediacion que sirven ahora no tanto para apoderarse de plusvalía, cuanto facilitan compartir, a diferencia de producir un producto final al consumidor. Es el caso de Skype (Voice sobre IP) que ya hace dos años que esta flotando por ahí, pero que recién en el ultimo se convirtio en mainstream y que solo ahora entendemos como una nueva economía
Nadie ha construido una red para Skype ya que esa red nos costaría miles de millones de dolares, pero los 41 millones de usuarios que la frecuentan ponen cada uno su granito de capacidad ociosa. Hemos pasado de las industrias intensiva sen capital a la redes intensivas en capitalizacion provista por los mismos usuarios.
Los que se asustan de que este modelo podría eliminar los mercados no saben de que están hablando. Si hay actividades que no son engullidas por estas modalidades entre ellas tenemos la alimentación que nunca se producirá según este modelo, tampoco será el caso de los coche y mucho menos de las novelas y del capital intelectual en general.
Hay un subconjunto de cosas que pueden ser producidas en este formato modular y de grano fino, basicamente los pilares de la economía de la información como software, gran parte de la información circulante, gran parte de la computación, gran parte del almacenamiento y hasta de la conectividad (no nos olvidemos de ese modelo pionero de subasta de la telefonia internacional excelentemente contado por Eric Schwartz a fines de los 90 en Webonomics).
Lo que no quiere decir que muchas de las compañías de la constelación de contenidos , monopolio y soportes tradicionales inspiradas en Hollywood y las discográficas no estén sintiendo el temblor y algunas empiecen a advertir el tsunami que estas nuevas metodologias de producción implican.
Los primeros modelos de negocios que emergen de estas tecnologías son el surfing tal como hace Google al poner en sintonia los juicios colectivos de miles o millones de personas, como IBM arma negocios (como servidores) sobre la base del Apache en Linux (ver capitulo 2, tendencia 4 Open sourcing Self-organizing collaborative communities en The World is Flat de Thomas Friedman)
El segundo modelo es Second Life , un entorno de juegos multijugadores online, donde casi el 99% de los objetos han sido producidos por los propios usuarios generando un mercado de inetrcambio off-line absolutamente inesperado
Nada impide que estos usos puedan convertirse en aplicaciones y en negocios como sistemas de backup de datos distribuidos en redes par a par. No puede ser cualquier tipo de backup sino algunos resistentes a las fallas crónicas o intermitentes y podríamos imaginar relaciones de enjambre con los clientes de los bancos con conocimientos suficientes como para generarlos.
También los gobiernos locales podrían usar mesh networks basadas en Wi-Fi o en redes inalámbricas de próxima generación para armar infraestructuras. de redes mobiles creando comunicaciones de emergencia robustas
La arquitectura es la politica de la red
Como lo vimos en otras oportunidades no se trata tan solo de teoria, o de detección temprana de fenómenos o de anoticiamiento de las áreas de fracturas o de emergencia de nuevas problemáticas, como un ejercicio intelectual per se. Lo que esta en juego es profunda e irreversiblemente político, aunque nuestros ubamarxistas sigan creyendo que la política.. es el control de los contenidos.
Para Benkler (no menos que para Sunstein y Lessig) hay muchas razones para preocuparse por la inclusión de áreas significativas de procomún (neologismo que traduce malamente la idea de cretive commons) en nuestra ecologia informativa. Hoy se habla sobre todo de preocupaciones por las políticas de innovación que las leyes de patentamiento impedirian.
Pero el procomún de información, cultura y conocimiento no es sólo, ni es básicamente, una cuestión de innovación. El procomún tiene que ver con la libertad (alli Stallman pesco algo interesante aunque sobreenfatiza la filsoofia politica cuando lo que realmente importa es la sociologia aplicada). El procomún son espacios institucionales en los que estamos libres de las restricciones impuestas por los requerimientos de los mercados. Cuando hablamos del entorno de la información, del espacio cultural y simbólico que ocupamos como individuos y ciudadanos, la diversificación de las restricciones bajo las que operamos, incluyendo la creación de espacios relativamente libres de las leyes que estructuran el mercado, va al mismísimo corazón de la libertad y la democracia.
El entorno de los medios de comunicación comerciales ha creado dos efectos de importancia central para la democracia. Uno puede llamarse el efecto Berlusconi: el poder político desproporcionado que la propiedad de los medios de comunicación da a sus dueños o a los que pueden pagarlos.
El otro puede llamarse el efecto Baywatch: el desplazamiento sistemático del discurso público a favor de la distribucción de productos de entretenimiento estandarizados.
Lo que hace posible el procomún es un entorno en el cual los individuos y los grupos pueden producir información y cultura en su propio interés. Permite el desarrollo de un papel sustancialmente más expansivo tanto para la producción no orientada al mercado como para la producción radicalmente descentralizada.
Es el caso de Periodista Digital o de Indymedia o del Open Directory Project. Todos estos fenómenos -el crecimiento de la eficacia y el alcance de actores que están fuera del mercado y el surgimiento de la producción de información radicalmente descentralizada- proporcionan un contrapunto enormemente importante a la economía industrial de información del siglo XX.
Libertad ¿oportunidad o mero deseo?
Pero los avances democráticos, la libertad individual y el crecimiento mediante la innovación posibilitados por el surgimiento de la producción sin mercado y descentralizada no emergerán de forma inexorable. Los gigantes industriales que dominaron la producción y el intercambio de información en el siglo XX no renunciarán fácilmente a su dominación.
En cada una de las tres capas en donde se juega la pelea hay mucho aun por decidir y no resulta inequívoco quien sera el ganador.
En la capa física, la propiedad sobre los cables y las licencias inalámbricas que son necesarias para la comunicación proporciona un punto de apoyo para el control. Que esta avanzando a passo agiganatdos.
En la capa lógica, los estándares, protocolos y software (como sistemas operativos) necesarios proporcionan un punto de control sobre el flujo, y por lo tanto las oportunidades de producción, de información y cultura. Y nadie sabe quien ganara si el software libre, el propietario o probablemente una inestable combinacion de ambos.
En la capa de contenidos, la propiedad intelectual y los modelos de negocio que dependen del estrecho control sobre la información y cultura existente (una entrada central en la nueva creación) amenazan con proporcionar a sus usuarios la habilidad de controlar quién decide decir qué a quién con los signos culturales clave de nuestro tiempo.
Curiosamente por mas que respeto muchisimo la opinión de los tres ciberjuristas (Lessig, Sunstein, Benkler) me suenan bastante pobres sus propuestas políticas y mucho mas aun su rol de vengadores del consumidor y de los comunes. Hay aquí una flagrante distancia entre una capacidad analítica sin par, y una incapacidad de diseño de las propuestas propias que estén a la altura de las guerras que ellos mismos inventarían y en las que habría que intervenir.
Obviamente seria necio negar la importancia de todos los fenómenos a los que ellos aluden, o la increíble capacidad de atractor que tienen sitios como slashdot.org o la wikipdedia. También es factible que los modelos (o los diseños de negocios) que se anudan en sus pliegues puedan alguna vez fructificar. Sin embargo no me resulta para nada transparente que esta cornucopia de los comunes tenga probabilidades mas o menos ciertas de triunfar, mientras que en los casos anteriores siempre sucumbieron a manos de los monopolios (de estandar) de uno u otro tipo. Veremos, mientras habrá que seguir investigando, multiplicando ofertas y opciones, y sobre todo contribuir en forma decisiva a que estas producciones para a par se multipliquen y difundan, siendo parte del juego que tanto nos gusta.
Referencias
Benkler, Yochai. (2000). From Consumers to Users: Shifting the Deeper Structures of Regulation Toward Sustainable Commons and User Access. Federal Communication Law Journal, 52(3).
Benkler, Yochai. (2002). Coase’s Penguin, or Linux and the Nature of the Firm. Yale Law of Journal, 112.
Benkler, Yochai. (2004) .»Sharing Nicely»: On shareable goods and the emergence of sharing as a modality of economic production, 114 Yale L. J. 273
Benkler Yochai La economía política del procomún
The Sharing Economy Entrevista de Robert D. Hof a Yochai Benkler
The crowd is smarter than you think Author delves into ‘The Wisdom of Crowds’ By Todd Leopold CNN
Thomas W.Malone, Joanne Yates & Robert I. Benjamin Electronic Markets and eletronic hierarchies. En Irene Greif (ed) Computer-supported cooperative work: A book of readings. San Mateo, Morgan Kaufman, 1988.
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