Adversus Groucho
La frase de Groucho Marx va exactamente en la dirección contraria de lo que acabamos de escribir. El nunca hubieses querido ser miembro de un club que lo aceptara, porque en general esas aceptaciones se pagan con renunciamientos y genuflexiones. Trátese de un partido político o de una Asociación sin fines de lucro, de una Academia o de un Club, es tanto lo que se gana como lo que se pierde, la gente piola que se conoce como los plomos que hay que bancar.
Y después están las negociaciones, los amagues, las fintas y los aprietes porque siempre se confunden los intereses personales con los colectivos, nunca esta demasiado claro si la organización esta al servicio de uno, o si uno esta al servicio de la organización, y al final es mas lo que hay que negociar y tolerar que lo que uno fervientemente festeja y aprecia.
Como lo he comentado otras veces he estado en tantas reuniones, conferencias o congresos que ya no puedo recordarlos. Si hablamos de 10 por año seguro que nos quedamos cortos así que probablemente haya estado en 500 o mas según como los midamos y apreciamos.
Ademas no es lo mismo una charla o una conferencia que un simposio o un seminario. No es lo mismo hablar a capella frente a 2000 o mas personas, que compartir con una veintena de personas en una sala chica anécdotas y propuestas, esperanzas y posibilidades.
De las reuniones chicas siempre me quedó grabada la que vivimos a fines de los 80 en Viña del Mar en ocasión del encuentro sobre Estética y Sociedad donde compartimos cartel con una veintena de gente alegre, divertida, creativa y despierta -ojo algunos mas, otros menos. Fuimos de la partida Nicolas Casullo y Hector Schmuckler, Martín Hopenhaym y Armando Silva, Fernando Calderón y Juan Enrique Vega, el Chuco Quintero y varios mas. De allí salió ese numero imborrable de David y Goliath que seria una de las cosas que mas me gusto hacer en la vida y adonde sembré uno de los artículos fundacionales de Ciberculturas 1.0 sobre la realidad virtual (se trato 3. De las imágenes numéricas a las realidades virtuales en el numero 57 de la revista aparecido en 1990).
A veces segundas partes son buenas
Aunque el contexto fue ahora totalmente distinto, aunque los objetivos no tuvieron nada ver con eso que vivimos hace 15 años atrás, ahora cuando todos estamos mucho mas viejos y baqueteados, puedo sin duda festejar la reunión que termino hace unos dias en el Hotel Fiesta Inn en el Perisur en el DF de México como una de las mas ricas y desovillantes en las que haya estado metido durante mucho tiempo -y no por razones intelectuales precisamente.
Aquí ya no hablamos de Estética y Sociedad sino de Tecnología y Conocimiento, los que fuimos convocados no lo estábamos en calidad de académicos o escritores sino como funcionarios (o ex), políticos (o ex-) o empresarios (o ex-). La expertise de los presentes era mucho mas funcional y prospectiva que analítica y critica. No nos convocaron para pontificar sino para hacer, no nos reunimos para discurrir sino para diseñar, no teníamos que generar grandes ideas sino encarnar astutas intuiciones. ¿Pero de que se trato todo esto finalmente?
El 1ro de Julio del año 2005 se fundo la Academia Internacional sobre Tecnología y Conocimiento (ATyC). Fue elegido como su primer presidente German Escorcia, colombiano y como Presidente Honorario David de la Garza y entre los miembros fundadores de la Argentina estuvimos tanto Alejandro Morduchowics, Subsecretario de Coordinación Administrativa del MeCyT (por razones que a el le cuestan entender y a este cronlista tambien).
La iniciativa desplegada por German Escorcia y Carlos Ornelas y con un oportuno financiamiento del ILCE (el impresionante Instituto Latinoamericano de Comunicación Educativa) tiene como principal misión promover la incorporación de las tecnologías para la innovación, la gestión, la diseminación y la facilitación de todos los procesos y estrategias de abajo hacia arriba (botton-up) que puedan ayudar a diseñar mejores usuarios de información en América Latina. Y en el proceso reinventar socialmente a las tecnologías
Si bien sus objetivos están en plena discusión en este preciso momento los mismos apuntan tanto a la reflexión (producir investigaciones, enlazar comunidades académicas, proponer métodos, herramientas y contenidos innovadores) como a la acción (profesionalizar los procesos decisorios en los gobiernos, detectar tendencias innovadoras, buscar puntos de apalancamiento en procesos, catalizar y rediseñar innovaciones).
Ejes, torsiones, propuestas
Después de dos largos días de trabajo en el D.F. un grupo de profesionales, analistas y actores con poder decisorio en el tema nos autopropusimos como ejes de nuestro futuro trabajo la educación básica, los servicios de acceso a las comunidades, los procesos de capacitación para funcionarios públicos, los procesos de formación y actualización de maestros en los variados niveles de los sistemas educativos y las nuevas tecnologías, contenidos digitales y métodos innovadores.
En el curso de las sesiones se presentaron las conferencias orientadoras de German Escorcia «Conocimiento, Competitividad y colaboración» y «Aprendizaje significativo individualizado del proyecto CIMED a cargo de Tomas Miklos (criticas a las mismas mas abajo).
Cada vez que una iniciativa de este calibre llega a buen puerto la alegría de la realización no debe opacar los desafíos y las demandas que la misma genera y determina.
La mayoría de los cofundadores tenemos una extensa actividad de décadas en el terreno del acople entre tecnologías y educación. Si algo quedo claro desde el principio es que la era de los diagnósticos debe cerrarse, la detección de buenas practicas es insuficiente por su carácter acotado y sobre todo por la dificultad en cuanto a escalarlas masivamente, que generalmente fracasa.
También somos conscientes de que hay puntos de bifurcación en las ciberculturas que deben ser detectados y activados de inmediato si iniciativas de este tipo quieren pasar del plano del ritual y convertirse en organizaciones ágiles y dinámicas promotoras de cambios.
Entre las principales actividades a desarrollar por la Academia se encuentran, ademas de su constitución formal, que fue protocolizada el viernes anterior ante un notario publico en carácter de sociedad civil, la creación de sus subcomisiones de trabajo, la realización de un congreso internacional a fines de enero del 2006 en Panamá, así como la rápida creación de redes de redes a través de herramientas de colaboración, así como el pronto lanzamiento de nuestro portal incluyendo wikis.
Otros socios fundadores de ATyC son Eleonora Badilla y Alberto Cañas, costarricenses; David de la Garza, Antonio Dieck, Carlos Ornelas y Marcela Santillan mexicanos, Silvio de Franco, nicaragüense, Gaspar Tarte, panameño, Gerardo Zepeda-Bermudez, hondureño y Lea Da Cruz Fagundes, brasileña.
Porque formato es destino
Pero lo protocolar no debe hacernos olvidar de lo efectivo. Formato es destino. Nos lo dijo Freud hace milenios citando a Napoleon (bueno el dijo anatomía es destino pero ustedes me entienden ¿no?) y lo aprendimos bien rapidito. Lo bueno de la frase genial es que es una autentica definición de lo que es un concepto en el sentido de Canguilhem. Se trata de aquellos que se pueden trabajar en intensión y en extensión. Se aplica a tantos casos, resulta tan fácilmente generalizable y sobretodo tiene validez en los campos mas variados.
Y se aplica muy especialmente a las exposiciones académicas, a las clases, a las inducciones, y sobretodo a la presentación de materiales para diseño de proyectos y nuevas experiencias colaborativas.
Es lo que paso en una de las conferencias inaugurales de ACyT donde uno de los convocantes hizo un excelente diagnostico de todo lo que fallo en estos territorios, de todo lo que falta hacer y nunca se hace, de las limitaciones en los modelos de aprendizaje, etc. etc.. Y tenia muchisima razón en todos y cada uno de los puntos. Pero hubo dos equívocos en la presentación. Primero en los contenidos y después en las formas y en ambos casos la razón la había anticipado Freud en su sentencia corregida «El formato es destino»
En términos de los contenidos porque una exposición que dure casi una hora, que consista basicamente en un inventario de necesidades, dificultades y fracasos, así como en una enunciación de buenas intenciones acerca de que habría que hacer en el futuro, es tan previsible como poco operativa.
El problema es que la veintena de los que estábamos ahí participamos en un 99% tanto en la aceptación de unos y de otros. El problema es que el análisis ya nos tiene stuffos, nos parece increíble gastar una hora preciosa de nuestro tiempo finito en corroborar lo ya sabido o en aprobar lo ya conocido.
El segundo error no menor fue el formato, una exposición larguisima, cuando a todos nos cuesta fijar la atención mas de 15 minutos en algo archidesconocido, ¿se imaginan para lo conocido? Pero sobretodo porque abundar en lo conocido aburre y desmotiva y deja el espacio de la disidencia o de los aportes diferentes a una ronda de comentarios a posteriori que tiene poco o nada en lo que morder (Tema al que le ha dedicado paginas imborrables James Surowiecki en The Wisdom of the Crowds).
Yendo por el desfiladero de la construcción colaborativa
Y ello basicamente retrasa la capacidad de construcción colaborativa, y sobretodo le quita momentum a las ganas que muchos tenemos de que esto se convierta en algo mas que un circo de momias, y si en cambio en algún tipo de organización transversal que efectivamente logre cambios, movilice transformaciones, y sobretodo tenga impacto, logre doblar escalas y mas que nada funcione como catalizador de transformaciones que todos queremos apoyar, pero que resulta bastante difícil decelar donde esta la yugular.
Porque de eso se hablo al principio del evento. De encontrar la yugular que bien atacada permitiría por fin darle un buen fin a este mal principio. Lo mismo paso en esta reunión porque casi en las postrimerías entre todos criticamos nuestras propias practicas y pudimos en poco tiempo ajustar el foco y evitar cometer mas errores del Tipo II.
Lo bueno es qu estamos en camino y que esperamos trabajar duro y parejo para que muchas intuciones dispeasas y de poco impacto se concentren y apunten en direccion de lo que debe y puede ser.
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