Volando… bajito y mezclándolo todo
A 8.000 metros de altura los recuerdos se confunden y no necesariamente por la falta de oxigeno. Porque aprovechando ese instante fugaz entre la subida y la bajada del avión me puse a escribir esta crónica que empezaba así.
Demis Roussos con su prominente miriñaque natural lo cantaba a viva voz y mas de uno nos conmovíamos, como ahora le pasa a las cuarentonas recién cumplidas con Arjona. No me acuerdo ni siquiera la letra de la canción pero si su rima pegadiza y su estribillo que siempre giraba alrededor del meteco, el paria, el mestizo, el marginado.
Hubo muchos que en vez de abjurar de la figura la revitalizaron de un modo un tanto mas vehemente y argumentando mucho mejor que el voluminoso Roussos, y entre ellos destaca la figura genial de Michel Serres quien convirtió a este supuesto paria en un punto de intersección privilegiado para denunciar la norma y lo consuetudinario y para hacer emerger los instintos y lo novedoso.
La primera metida de pata es que dudo de que Demis haya cantado Le meteque, aunque gentileza del señor Google pude fácilmente recuperar esos hermosos versos
Avec ma gueule de métèque / De Juif errant, de pâtre grec / Et mes cheveux aux quatre vents / Avec mes yeux tout délavés / Qui me donnent l’air de rêver / Moi qui ne rêve plus souvent / Avec mes mains de maraudeur / De musicien et de rôdeur / Qui ont pillé tant de jardins / Avec ma bouche qui a bu / Qui a embrassé et mordu / Sans jamais assouvir sa faim /; y ahora puedo adscribirlos adecuadamente a quien los escribió originalmente y los popularizo que no fue otro que el genial George Moustaki.
La segunda también esta ligada a porque se me metió Michel Serres en esto de lo meteco o distinto cuando en realidad en sus obras tardías como Le Contrat Naturel, Le Tiers-Instruit o en obras mas fundacionales como Hermès.Vol 5. Le Passage du nord-ouest siempre hacia referencias a la hibridez o a lo complementario pero no tanto a lo extranjero o lo distinto (algo mas trabajado por Serge Gruzinski en El pensamiento mestizo o Michel Maffesoli en Du Nomadisme Vagabondages initiatiques).
Ideas direccionales e ideas interseccionales
Aunque el lenguaje y la prosopopeya sean demasiadas mayestáticas esta idea de lo meteco, ligada a la bisociacion en el caso de Arthur Koestler (desarrollada en su imperdible El acto de la creación) volvió a aparecérsenos en estos días con la noción de ideas interseccionales (a diferencia de las direccionales) en la obra de Frans Johansson The medici effect.
Su ilustración es convincente. Cuando Richard Dawkins publicó en 1976 El gen egoísta le dio una vuelta de página significativa a la teoría evolucionista sosteniendo como punto de anclaje de la deriva evolutiva no al grupo o a la especie, ni siquiera al individuo, sino a los genes. Esta fue una idea direccional de fuste.
Sin embargo en el capitulo final de libro, casi como un apéndice marginal es inesperado, una autentica idea meteca comenzó a refulgir, cual fue la de que así como hay unidades mínimas de la evolución biológica llamadas genes existen sus equivalentes culturales denominados memes (o replicadores). A partir de esta idea interseccional surgió la memética y 20 variantes mas de lo que Bateson había acuñado como ecología de la ideas, pero que no había pasado de intuiciones fugaces o de expectativas frondosas pero incumplidas.
La figura del Meteco se me vino encima esa mañana cuando por segunda vez en mi vida (la primera fue en 1994 en ocasión del seminario que organizo Silvia Bleichmar y que fue publicado como Temporalidad, determinación azar, Paidos 1995), me apoltroné en una de las sillas tribunalicias del salón de actos del Colegio Buenos Aires en ocasión de las XII Jornadas de la Asociación de profesores de filosofía presidida por Luis Dib.
Mi alejamiento de la filosofía académica ha sido progresivo e irreversible. Creo que el ultimo libro filosóficamente duro que leí debe haber pasado por mis ojos hace 2 o 3 décadas. Nunca releí a mis estrellas formativas. Ni a Platon, ni a Aristóteles, ni a Descartes ni a Spinoza, ni a Kant ni a Hegel, ni a Nietzsche ni a Heidegger. Al menos no en forma directa o reconcentrada, o si se quiere con el objetivo filosófico de quedarme encerrado en sus elucubraciones.
Filosofía, pero para los usos propios
Si cada tanto me topo con estos gigantes es a través de citas o de recuerdos, por medio de comentaristas u epónimos, como enlace con algún problema surgido en otro ámbito o necesitado de alguna filiación que en ausencia del original suele ser raída y deshilachada.
Invitado gentilmente por la asociación SAPFI a disertar sobre temas de filosofía de la tecnología no tuve en esa oportunidad que cambiar mi estrategia, por cuanto lo que leí/comente/farfulleesa mañana volvió a tener un origen electrónico en este weblog Filosofitis -y en nuestro intereado diairo electrónico el Interlink HeadlineNews-, respondió a preocupaciones de carácter práctico/cotidiano cual es la forma en que la tecnología que nos consume y nos habita, convertida en un discurso que busca entronizarse como ficción instituyente, merece la denuncia y la crítica filosófica. Pero no en clave académica o paperológica sino en términos de proyectos existenciales ortogonales a esa domesticación coporativa.
O sea que ni volví a la jerga ni al ejercicio de la lectura filosófica canónica, ni tampoco hice una exégesis en clave filosófica u ontológica de la esencia de la técnica o afines. Sino que plantee un ejercicio retrogresivo (en la mejor tradiciòn de Salvador Pániker) cual es asumir nuestra com-penetración con la tencologìa hasta en los mas mínimos hiatos y detalles y al mismo tiempo iniciar un despegue del abrazo del oso tecnofilosofico, buscando generar otras hendijas y aproximaciones
Al llegar a la sala de actos majestuosa estaba hablando la profesora de filosofía Adriana Silvia Deza (que después me regalaría gentilmente su libro Idolos de Carne y hueso, Dunken 2005), quien con mucho énfasis, perfecta dicción y una sorprendente habilidad para poder mantener sin solución de continuidad un discurso y una lectura de un texto, dedico largos minutos a defender la utilidad de la filosofía, en su versión latinoamericana, para lidiar con lo cotidiano (incluyendo el fenómeno piquetero) sin estridencias ni golpes bajos pero con sumo conocimiento y mucho garbo.
Mientras la profesora discurría yo miraba de costadito a una audiencia de unas 100 personas, mayoritariamente señoras de 40/50 años profesoras a su vez ellas, y salvo algún bostezo, pocos hombres, y escasos jóvenes,y lo que vi repetirse fue un ritual que en otros contextos me resulta insoportable, tedioso y reiterativo, pero que en este me despertó la figura del meteco, del outsider, de los que aun luchamos por hacernos un lugar en el mundo y que sin resentimientos ni demasiada congoja lo construimos a fuer de rebeliones, ganas, insistencias y sobretodo compromiso y emocion. (Porque la filosofia de verdad se sostiene en este lugar meteco, y porque la filosofia del Congreso estaba mayoritariamente alojada alli)
La filosofía meteca ¿pero hay alguna otra?
Porque lo que el discurso de la profesora destilaba no era tan solo una defensa previsible del derecho de la filosofía a existir (casi una autocontradicción como si tuviera que ser defendido), sino mas bien un llamado a una conversación que muchas veces queda en estado latente, que tiene interlocutores tal vez demasiado tímidos o vergonzosos, que muchas veces se siente como extemporánea o ajena a un presente acuñado en otras categorías y con otras prioridades y velocidades, pero que en definitiva alienta en forma subyacente, y puede despertarse en cualquier momento, gracias a gestos de convocatoria como los de esta asociación, de esta profesora y de este presente acuciante, que al menos en nuestras orillas, jamas será domesticado.
Lo que dije forma parte de ensayos recientes alojados aquí y constituye el núcleo de lo que estamos trabajando este cuatrimestre en la cátedra de datos. Las tesis de Lash y de Sfesz serán redireccionadas cada vez mejor mediante nuestros tecnoscopios y macroscopios, medioscopios y socioscopios, y van alimentando un tipo de reflexión/practica acerca de la dialéctica ideología/tecnología de una riqueza inusitada y con proyecciones políticas fantásticas.
A los asistentes pareció interesarles el tema y al final recibí un ramillete de preguntas que acertadamente repiquetearon en algunos de los autores/personajes conceptuales que estaban detrás de mi charla. Hubo gente que pregunto acerca de las tetradas de McLuhan y su uso potencial en la educación tecnológica. Alguien también menciono la noción de metacritica en la obra de Phillipe Queau a través de la realidad virtual. También hubo un guiño tangencial hacia Gregory Bateson y no falto quien, con respeto pero también determinación, discordó de una posible interpretación de mi charla en la que supuestamente habría hecho yo una apología acerca del carácter liberador de la reflexión, como resultado de la entronización de la técnica, y también acerca de su valor visibilizador en contra de la opacidad que nos rodearía en caso de que estuviera ausente.
La tecnología al servicio de la filosofìa y viceversa
La sala del Buenos Aires es augusta y bastante incomoda en su disposición. La única tecnología disponible era un micrófono que había que compartir con los asistentes, y ni soñar con ppt u otras infoxicaciones por el estilo. Por lo cual en esta ocasión correspondió hacer una lectura de un par de paginas mechadas por comentarios y anécdotas como las que me gustan siempre compartir.
Los profesores necesitan de un espacio en Internet y veremos de ayudarlos a montar un weblog para potenciar su convocatoria. Viendo la revista que publican (Diálogos SAPFI que va por su año X) pude comprobar que entre los docentes hay una preocupación fuerte por la encarnación de la filosofía en nuevos formatos, como puede ser el cine y otras expresiones estéticas y una gran apertura a los temas y desafíos de nuestros tiempos.
Nadie hablo esa mañana de videojuegos filosóficos, ni de la importante relación entre filosofìa y cine y audiovisual no se mencionó a nuestros caballitos de batalla en estos temas como son Julio Cabrera, Xavier Ballo y mas recientemente Christopher Falzon y su interesante La filosofía va al cine
Todo duro un rato y viniendo como lo hacíamos de abrir el IV Foro de Gobierno Digital y teniendo en el camino una pila de reuniones y conversaciones para abrir posibilidades que tapizaron el día, lo de los profesores en seguida entro en un cono de penumbra. No conviene descuidar estos rincones y esperamos poder conversar con ellos mas a menudo
Para profundizar
Julio Cabrera pretende en su libro dignificar el séptimo arte y allanar el camino filosófico Cine y filosofía: originalidad en bruto
28 comentarios al post Filosofia y Cine. Para trabajar en clase. De Alejandro Rozichner
Para un despiece de las antinomias aburridas y previsibles entre postmodernos y materialistas cuando de la alianza cine/filosofia se trata ver ¿Filosofía y Cine? de Carlos M. Madrid Casado Crónica del 42 Congreso de Filósofos Jóvenes (Salamanca, 11-15 de abril de 2005)
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