El fin de la libertad. CAPFI vs SPEEDY

De las arquitecturas de la libertad a las arquitecturas de control.

Lo venimos anunciando desde tiempo inmemorial. Quedo registrado en el capitulo que escribimos sobre Napster en Ciberculturas 2.0 a fines del año 2001. Lawrence Lessig esta mas que preocupado desde hace años por lo que ve como una mutación de las arquitecturas de la libertad en la red a las arquitecturas de control.

Este año el cepo empezó a cerrarse inclementemente cuando la Electronic Frontier Foundation, que estaba defendiendo a Streamcast, la empresa que está detrás de Morpheus (que junto con Kazaa y Grokster, fueron los sistemas que mas hicieron para difundir y defender el sistema par-a-par de distribución de archivos, no logró que la Corte Supremade USA recuperara el espíritu de la sentencia que hace 20 años atrásSony Corporation of America lograr acomo resultado en el juicio contra Universal Studios en el famoso juicio Sony Corporation of America v. Universal City Studios, Inc. (a.k.a. the «Sony Betamax ruling).

Contra todas las expectativas lo cierto es que después de esta decisión de la Corte Suprema de USA, las redes de intercambio de archivos pueden ser demandadas por las infracciones del copyright que hagan sus usuarios. Esta es la consecuencia de la derrota de Grokster frente a MGM en el Tribunal Supremo de Estados Unidos. A pesar de haber vencido en instancias inferiores, nos encontramos ante la gran victoria de los estudios de Hollywood y las discográficas.

Como bien decía Antonio Ortiz Medina en error 500 aunque el intercambio de archivos no sea ilegal en Españay otros muchos países -y tampoco hasta hoy en Argentina- , las consecuencias no tardariamos en verlas. Y de esto trata la nota que están leyendo.

Usuarios go home

Las discográficas ya no tendrán que pagar por la mala imagen que trae demandar a civiles y podrán concentrarse en los dueños de las redes. Ahora bien, esto no supone que las redes P2P hayan sido condenadas, sino que pueden ser demandadas y que la condena dependerá de «su ánimo a compartir contenidos con copyright».

La cosa es mas compleja que el negro y el blanco como bien apunta Mariano Amartino en Denken Uber, al insistir que la clave de la decisión esta en la frase: “Alguien que distribuye un dispositivo con el objeto de promover su uso para infringir Copyrights… es responsable de los actos resultantes de infringimiento de terceras partes que utilicen ese dispositivo, sin importar los usos legales que este dispositivo pueda tener”.

Alli está el nudo de la cuestión; porque la gran pregunta es ¿hubo en algún momento algo relacionado a la promoción de Grokster que haya dado a entender que se podía “piratear” libremente?

Pues bien de una manera no tan tangencial el tema ha entrado de lleno en la Argentina cuando las discográficas le hacen un juicio a un ISP, por la música bajada de Internet. Y lo curioso es que los pugilistas en este caso no son los dos previsibles-.

Obviamente el demandante que es la cámara del sector era un rival anunciado, pero lo sorprendente es que haya entablada una demanda no contra un sistema o plataforma como los mencionados mas arriba, sino contra un proveedor de banda ancha.

CAPIF vs SPEEDY

La Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas (CAPIF) le inició una querella a Speedy, el servicio de banda ancha de Telefónica Argentina, por promover el uso de Internet en la descarga de música de la red.

Se trata de un caso líder porque este es el primer juicio de este tipo que tiene lugar en la Argentina, en el que se discuten los derechos de propiedad intelectual y el uso de nuevas tecnologías digitales.

CAPIF inició la demanda a raíz de una campaña publicitaria de Speedy, en la cual se decía «Bajas toda la música y la llevás con vos», y luego recomendaba el servicio como la forma más rápida de tener canciones para escuchar en un reproductor MP3 o IPod.

Según CAPIF, esta campaña instaba a cometer un delito contra la propiedad intelectual, pues en la Argentina aún no existen sitios legales (que son pagos) para bajar música de la red, como iTunes o Y!Music, ambos de Estados Unidos.

Lo peor del asunto es que este es justamente el caso que cae dentro de lo enjuiciado por la Corte Suprema de USA por lo cual es casi seguro que Speedy sera duramente sancionada, mas alla de que los directivos de Telefónica levantaron prestamente el aviso

Actualmente, hay más de 300 sitios en distintos países que ofrecen música en forma legítima. iTunes tiene un catálogo de 1,5 canciones, mientras que Napster, que fue un precursor en esta discusión, tiene 1,2 millones de temas en su catálogo.

Aunque no sabemos que pasara con el juicio en la Argentina las perspectivas no son demasiada halagüeñas para las redes par a par. Claro aunque aquí a diferencia de USA habrá que ver quien le pone el cascabel al gato. Y quien logra implementar soluciones tecnológicas creíbles y efectivas.

Pero mas alla de las argucias leguleyas y de las implemetaciones técnicas lo que nos cae pésimamente mal es ver como se van estrechando los lazos alrededor de las arquitecturas de la libertad, y como lo que nos anticipaba Lessig progresivamente se va llevando a la practica, sin que sepamos muy bien como contrarrestarlo, o como separar a libertad de los usuarios de las maquinaciones de distintos agentes, que siempre quieren llevar agua para su molino.

Ya sea generando infinita plusvalía como es el caso del monopolios discográficos, ya sea aprovechándose de las necesidades de los usuarios para terminar marketineando la pireteria. ¿Y donde esta aquí al tercera posición? Después de todo ¿no resulta perversamente gracioso que Telefónica sea el bueno de la película aquí?

Para una cínica crónica de las implicancias de la música gratis y como teóricamente podría ser el fin del capitalismo ver la nota de Jaume Sise «Queremos música gratis«