Los nativos se vuelven adolescentes digitales
Una cosa es preanunciarlo y otra es vivirlo. Una cosa es saberlo y otra experimentarlo. Una cosa es jugar (siendo adulto) en/con las redes sociales y otra muy distinta es crearlas y respirar día y noche en ellas. Venimos hablando ya hace varios meses de los nativos digitales, pero cada vez que los mencionamos al mismo tiempo sentimos un escozor, porque una cosa hablar de las habilidades cognitivas, emocionales y sobre todo imaginativas de los nativos -algo que exploraremos prontamente pero en un sentido inesperado y enriquecedor siguiendo a Paul Harris en El funcionamiento de la imaginación. (Buenos Aires, FCE, 2005) y otra muy distinta es hacernos cargo de que hacen los nativos cuando crecen y pasan la barrera de los 15 años.
Porque si bien nos llama mucho la atención el despliegue de habilidades sociales, comunicacionales y sobretodo interaccionales de los nativos digitales, cuando estos suman a sus nuevas dotes los procesos de maduración y de enriquecimiento hormonal propios de la adolescencia lo que vamos a ver -que ya se esta produciendo- sorprenderá a mas de uno.