Asistir a congresos como una manera de ser
Cada año en el mundo tienen lugar probablemente centenares de miles de congresos. Cada vez mas nos cruzamos con mas gente ya sea en los aeropuertos o en los hoteles, por la calle y cerca de la Rural o el Predio Ferial en Buenos Ares, que porta bolsos, carteras y mochilas que llevan estampados el titulo del ultimo congreso al que ha asistido el feliz portador/a (o la novia o el amigo que gentilmente se la regalo).
A lo mejor el encuentro tuvo lugar hace 10 años, a lo mejor el formato es original y cómodo y merece que lo paseemos, aunque diga 9vo congreso de nefrologia y tortas fritas (el que me acaban de regalar en Túnez con motivo de la Cumbre Mundial de Sociedad de la Información Fase 2, que se convierte en mochila es fabuloso y me lo lleve en mi ultimo viaje al Norte), porque cumple su función aun mejor que la mochila Aamsonite con rueditas que duerme eternamente en mi placard). Otras veces es simplemente la presentación de un titulo, una profesión o un lugar que implícitamente algún status dará.