Palabras y cuchillos
Las palabras son como el filo del cuchillo, se gastan de acuerdo a la dureza de lo que deben cortar. No imaginemos que con un cuchillo de mesa podremos cortar diamantes, ni que con un simple cortaplumas podremos hacer siquiera una muesca frente a un metal noble.
Lo mismo ocurre en el mundo de los símbolos y de los conceptos. No cualquier caja de herramientas puede morder con eficacia y tenacidad a los mas duros y mas nodales. Es por ello que se desgasta el tiempo y las nociones y entidades que mas nos interesan permanecen incólumes, mientras que las teorías y los aparatos conceptuales que quieren lidiar con ellas irremediablemente se desgastan y oxidan.