¿Qué hay que hacer en el aula? Una pregunta mucho mas difícil de lo que parece
Desde hace varios días y con motivo de la amenaza que supone para las clases el próximo mundial de fútbol, las aguas nuevamente vienen divididas. Están quienes insisten en dejar al mundial fuera del aula de clase, y están quienes abogan por su colonización a manos de la pedagogía y el diseño curricular.
Por rara coincidencia aparecen algunos ministros de educación provinciales defendiendo la pureza aúlica, mientras que el Ministro de la Nación hace punta con la versión opuesta. En cuanto a personalidades de la segunda ínea hace pocos días mismo en Clarín se enfrentaron Pedro Barcia de la Academia Nacional de Letras y Roxana Morduchowicz, del programa Escuela y Medios insistiendo cada uno en lo mas mejor.
Como dije hace unos días en una radio capitalina, el fútbol no me apasiona así que no tengo partido tomado en la discusión. Mientras que algunos insisten en que el Mundial, como cualquier otro atractor pedagógico, podría ser un disparador que actualice un tipo de enseñanza cada vez mas distante de las motivaciones e intereses de los chicos, a mi me parece que esta estrategia de caballo de Troya es vergonzosa y reveladora de una frustración muy profunda acerca de la irreversible separación entre el aula y la vida. Que no se solucionará especulando con una paz forzada entre lo que le interesa a los chicos y lo que los grandes decimos que debería interesarles, sino con una profunda crítica del espacio aúlico y al mismo tiempo con una constatacion de la distancia atroz que hay entre los nativos y los inmigrantes digitales.
Las computadoras y los videojuegos son las maestras del siglo XXI
Dado que hace pocos días Marc Prensky, que fue quien acuño el concepto de nativos digitales mucho mas interesante que la mundialización futbolística del aula, acaba de publicar su segundo libro que va al fondo del asunto… «Don’t bother me, mom — i’m learning» : How Computer and Video Games Are Preparing Your Kids For Twenty-first Century Success — and How You Can Help!¨, veamos como nos ayudan sus ideas a atravesar este equívoco liberándonos de la opción Barcia/Morduchowicz, que como todo maniqueísmo no ayuda mucho a ubicarnos en un lugar donde nos sintamos cómodos y al mismo tiempo útiles.
Estas opciones binarias ignoran un hecho contundente, la tecnologizacion del aula se está dando a pasos agigantados de mano de un conjunto de tecnologías que pronto volverán irreconocible el espacio tradicional del aula.
No importa que todavía estemos a un considerable trecho de la clave mágica que es la ecuación un chico=una computadora, aunque el proyecto OLPC sea hasta ahora el intento mas osado en esa dirección. No hace demasiado mella que la conectividad se siga escatimando y que conseguir que las grandes empresas se hagan cargo por si misma de la idea de Internet como servicio universal, seria mucho mas beneficioso para sus negocios que el inmovilismo de la Secretaria de Comunicaciones que busca hacer pasar por estrategia lo que es simplemente miopía (al mejor estilo de Being There de Jerzy Kosinski -inmortalizada en la película del mismo hombre con Peter Sellers en el rol estelar en 1979.
El arco de celulares, cibercafes, PDA´s y dispositivos inalámbricos de distinto porte y alcance está cerrando la brecha cognitivo-digital y borrando diferencias etarias, de clase y de gustos con una rapidez indetenible en todo lados. Por lo cual la pregunta pertinente acerca de la alianza entre tecnología y escuela en las décadas por venir no es la aburrida «¿Que puede hacer la tecnología mas revolucionaria para renovar la pedagogía mas tradicional?», sino mas bien «¿Cuando la tecnología derribará definitivamente las paredes del aula?«, volviendo irrelevante la discusión acerca de permitir o no ver los partidos del mundial en la clase, siendo que esa divisoria (como las miles de otras que aun hoy separan al aula de la vida) se habrán vuelto una cuestión abstracta.
Las4 fases de los procesos de incorporación de tecnología
Prensky muestra acertadamente que los procesos de incorporación de tecnología en cualquier ámbito pasan generalmente por 4 fases: 1) Jugar con la idea; 2) Haciendo lo viejo a la manera vieja; 3) Haciendo lo viejo a la manera nueva; 4) Haciendo cosas nuevas de modos nuevos.
Si los resultados de la incorporación de la tecnología en el aula han sido hasta ahora tan poco prometedores ello se ha debido, basicamente, a que por mas que se nos ha prometido el oro y el moro, la alquimia y la varita mágica de la renovación pedagógica gracias al forceps de la tecnología, en rigor pocas veces se ha sobrepasado la fase «jugar con la idea».
Los infinitos programas que en el último cuarto de siglo han sugerido que era hora de tomarse en serio a las tecnologías en el aula, sucumbieron siempre a la falta de escala, a las limitaciones y a la falta de disponibilidad del hardware, al software que ocasionalmente se destacaba por encima de la media. Pero sin lugar a dudas se trató en todos los casos de mucho ruido y de pocas nueces.
Aunque lo hemos repetido mil veces parece que la reiteración no alcanza nunca. En tecnología educativa estamos como cuando el cine no era mas que teatro filmado, como cuando las Biblias incunables clonaban fielmente a los manuscritos medievales, como cuando el teléfono se usaba como radio avant la lettre. El resultado en todos los casos es mas de lo mismo -aunque con menores costos y mayor eficiencia, lo que no es un detalle menor.
No hay ejemplo de e-learning o de edutainment, de aprendizaje electrónico y de tecnología educativa que no tenga como mayor distinción ser simplemente una forma de distribución electrónica de documentos. Mas de lo mismo, a veces con mayor prolijidad, generalmente con mayor alcance, y en algunas ocasiones con un componente multimedial, que nos hace ilusionar acerca del futuro del medio, pero sin que nunca logremos perfilarlo en forma sustancial.
No hay aquí nada nuevo bajo el sol… a menos que los cursos, la curricula y los planes de clase se vean modificados en forma radical, que se los pueda editar a voluntad, y basicamente que sean generados desde abajo hacia arriba con los chicos, jóvenes y adolescentes como sus principales creadores y usuarios -algo un poco lejano de lo que ocurre hoy en la escuela ¿no les parece?, en cualquier nivel e incluso en la Universidad.
Herramientas interesantes ma non troppo
No nos engañemos. Ya existen herramientas muy interesantes que permiten hacer un seguimiento personalizado de los alumnos como PowerSchool de Apple; Student Information Systems de Pearson o Student Management Solutions de Chancery -algo que ya hace 10 años se introdujo masivamente en el e-learning de nivel superior.
Aunque estas herramientas emprolijan las tareas y dan un tinte de postmodernidad a la gestión y la administración escolares, en realidad no innovan en nada respecto de los problemas centrales del aprendizaje, la motivación, la relevancia y contextualizacion de los contenidos y sobretodo, la mayoría de los rasgos que los comentaristas y vendedores de las nuevas tecnologías alaban como novedad, como son escribir, presentar u compartir materiales digitalmente en la computadora vía email o mensajería instantánea, en realidad no es sino mas de lo mismo. A menos que alguien crea que la muerte de la escritura manuscrita y la omnipresencia del tipeado es en si mismo algo bueno.
Falta muchisimo empero para que las computadoras sean un post-lapiz y papel. No solo en el conurbano bonaerense, sino también en USA -la meca de la introducción masiva de computadoras en las escuelas- se las sigue encerrando en salas ad hoc, se prohibe el uso de los msm, los celulares, las cámaras digitales o un acceso a Internet sin filtrado, o se usa a las maquinas para recopilar información vieja (datos o planes de clase) en formatos viejas (archivándolas).
Haciendo cosas viejas de un modo nuevo
Aunque no son muchas -y el Colegio Marin de San Isidro obviamente descolla en el listado- hay una pequeña cantidad de escuelas que está empezando a hacer cosas viejas de un modo nuevo.
La introducción de demostraciones digitales a través de video y de animaciones Flash, especialmente en las clases de ciencia son un gran aporte en esa dirección.
Hace rato que venimos apuntando a la especificidad de la simulación como tercera vía regia para la producción de conocimiento en la clase y los entornos de aprendizaje. Los ejemplos con los que ya contamos son -sino copiosos- al menos variados y han dado excelentes resultados.
Entre los mas mencionados contamos con SimCity -ya en su versión 4-; y Civilization III; Haciendo Historia de Muzzy Lane, , así como los videojuegos conceptuales y experimentales del MIT como Revolution y Supercharged , que están permitiendo que aun chicos del nivel primario puedan manipular sistemas virtuales, desde ciudades a países en vez de meramente discursear sobre el tema.
Así en el juego Real Lives (Vidas Reales) , por solo 25 dólares podemos bajarnos una versión que permite que los chicos personifiquen a un campesino de Bangladesh, a un operario brasileño, a un oficial de policía en Nigeria, a un operador polaco de computadoras, o a un abogado norteamericano «viviendo» sus vidas lo mas cercanamente posible gracias al uso de estadísticas generadas en el mundo real
Un programa como School Tycoon de la empresa Riverdeep , permite que los chicos creen una escuela a su imagen y semejanza.
Aprovechando estas herramientas de simulación los chicos pueden comportarse como científicos y como innovadores, y ya no son mas la tabula rasa prevista por la mayoría de los programas de enseñanza y el curriculum real (aunque en la retórica se siga siempre insistiendo en las maravillas del constructivismo).
En vez de recibir los contenidos, los argumentos o las posiciones en forma enlatada son ellos los que deben en estos casos, a través de procedimientos de ensayo y error ilustrados (en palabras un poco mas técnicas y ambiciosas, a través de la abducción), generar sus propios contextos significativos.
Pero antes de que nos alegremos demasiado, no nos olvidemos de que durante siglos sino milenios, los mejores maestros siempre han usado modelos interactivos para sus demostraciones y que los mejores alumnos (lo mismo ha sucedido con los planificadores militares), han venido haciendo simulaciones en arena, papel o en sus propias cabezas durante miles de años. Así que quienes se llenan la boca alabando a los simuladores (y a nosotros nos cae el sayo como a muchos mas) deberíamos buscar la novedad, si es que existe en algún otro lado y en usos que hasta ahora no hemos orillado.
Culturas prefigurativas
Estas novedades radicales se pueden apreciar en distintos terrenos y están muy ligadas a la emergencia plena de las culturas prefigurativas, esas, como bien decía hace mas de un cuarto de siglo Margaret Mead en Cultura y Compromiso en las cuales, por primera vez en la historia los adultos aprenden/aprendemos de los chicos.
Lo que los chicos están haciendo también por primera vez en la historia es comprar materiales escolares (ropa, insumos y eventualmente los trabajos hechos por otros como en ese arcon de la piratería compartida que es el rincón del vago www.rincondelvago.com/) en eBay y en Internet; intercambiar archivos musicales en sitios P2P , crear juegos con herramientas modding (de modificación de personajes), armar reuniones y salidas en linea, poner información personal y creaciones (como lo hace la hija del presidente que tiene su fotoblog como infinitos otros adolescentes), para que otros las miren, se encuentran con sus pares a través del celular, trabajan en grupo en equipos autoorganizados en juegos de rol multijugadores en linea; crean y usan sistemas de reputación en linea; usan sistemas de comentarios calificados por pares, juegan en linea, hacen análisis de salvapantallas, fotoweblogging, programación, exploración e incluso practican la transgresión planificada y el testeo de normas sociales.
Quizás la pregunta de todas las preguntas es ¿cuándo los maestros entenderán que significa todo esto?, y mucho mas difícil aun de justipreciar y anticipar, es decelar cuándo todas estas prácticas eminentemente sociales serán integradas en la curricula escolar. Porque la única forma de que la adopción de la tecnología sea sistemática, generalizada, poliforma y sobretodo pedagógica es si los docentes entienden a qué apuestan los chicos actualmente, si valoran los métodos que los estudiantes han establecido para relacionarse y coproducir conocimiento, y sobretodo si lo hacen en forma sistemática, detallada y profunda (como si de incorporarse a otra cultura se tratara)
Lamentablemente por mas que hagamos lo imposible para que esta conversión cognitiva masiva tenga lugar, en el medio se alzan dos enormes barreras, una es de naturaleza tecnológica y la otra de naturaleza social
Dos barreras infranqueables
La primera es la necesidad de que cada alumno tenga una máquina, de que estas maquinas se pueda personalizar lo mas posible y sobretodo que sean baratas muy baratas. A 500 dólares por unidad el sueño de que haya una en manos de cada chico es lejano, especialmente en el sur, pero a 100 dólares la unidad como esta proponiendo Negroponte en OLPC, esta eventualidad es imaginable a corto plazo y todo lo que vinimos esbozando sobre alfabetización digital hasta el momento se queda chico
Hay ya ejemplos (pilotos de una escala realmente significativa ) de usos masivos de maquinas en el aula en relación 1 a 1. Quizás los mas conocidos son los de las Broward County Schools de Florida (con 12.000 escuelas) y los de Lemon Grove School District (con apenas una decena) o el proyecto de las 18.000 laptops (15.000 x alumnos y 3000 para docentes en Maine) financiando a través del Maine Learning Technology Endowment, con una inversión inicial de mas de 40 millones de dólares
La segunda barrera esta siendo explorada sistemáticamente en nuestros escritos del último año y remite al truismo de que la escuela es uno de los mas fuertes agentes de resistencia al cambio que existe en la sociedad
El conservadurismo escolar no está ligado solo al peso del curriculum, al privilegio de ser guardianes de la tradición, o a la necesidad de defender a capa y espada los valores sociales promedio, sino mas bien al equilibro inestable que ha puesto a la escuela en el vértice de una serie de compromisos (políticos, parentales, sociales, organizacionales, de supervisión y financieros) que cualquier cambio tecnológico de monta convertirá en cenizas
La historia de las escuelas de esta la ultima década (computación social masiva, difusión creciente de Internet) ha sido la historia de una resistencia exitosa en contra de la incorporación de tecnología en el aula. Sin embargo esta vez la amenaza es distinta, no tanto por el poder y el alcance de la tecnología (que comparativamente a las anteriores es sumamente distinta por su grado de difusión, granularidad, omnipresencia extraescolar, etc.) sino por la disposición a la conectividad permanente de los chicos y adolescentes.
La conectividad permanente
A diferencia de los chicos de cualquier generación anterior, estos no solo viven, piensan y actúan mucho mas rápido que sus padre o abuelos, sino que exigen estar siempre en contacto con sus pares, y muy especialmente detestan todas las soluciones enlatadas de transmisión del conocimiento y propenden a encontrarlo (descubrirlo/inventarlos) ellos mismos.
Encima los padres son un factor de resistencia al cambio mas acentuado que existe, desviviéndose por impedir que la escuela permita el ingreso de esas tecnologías, e insistiendo hasta el hartazgo en que la buena escuela es la buena escuela que ellos vivieron hace 25 años o mas.
Definitivamente hay una incompatibilidad de raíz entre la vieja escuela y las computadoras en red. Una clase de 45 minutos se desperdicia arrancando y manteniendo prendidas las maquinas, los profesores no tienen en claro cual es la ventaja pedagógica adaptativa de la computadora, y el entorno administrativo detesta la automatización de las clasificaciones, y la posibilidad de hacer un seguimiento informatizado del 99% de las tareas de administración
Dadas todas estas limitaciones diagnosticadas n veces, y todos los fracasos que venimos de inventariar ¿cómo salimos de la trampa que nosotros mismos nos hemos tendido? ¿Qué podemos hacer para no quedar atrapados entre tanta resignación e impotencia? La respuesta es tan obvia y evidente que inmediatamente nos damos cuenta de porque no avanzamos. Porque de lo que se trata es de básicamente preguntarle a los chicos, qué quieren, qué necesitan, qué les interesa. Son ellos quienes están leguas por delante de los educadores en lo que se refiere a hacer uso de las tecnologías digitales para sus propios fines.
Lo que casi nadie quiere admitir es que nosotros no inventaremos el futuro de nuestros chicos, algo que si se podía hacer varias generaciones atrás -gran diferencia atestiguado por el pasaje de las culturas cofigurativas a las prefigurativas. El único atajo disponible es fundir su conocimiento de la tecnología con el que tenemos nosotros de la educación, pero de una educación muy diferente a la que recibimos.
Curiosamente, en una era que hace devoción de responder a la necesidades del usuario, en donde el diseño es cada vez mas usuariocéntrico en vez de productocéntrico, en donde la personalización mas que una opción es una necesidad, no hay ninguna conferencia de educación en el mundo que tenga a los chicos como protagonistas activos.
Del diseño educativo usuariocéntrico al productocéntrico
Esta ausencia de corresponsabilidad de los chicos -que en el caso de asistir a estas tediosas reuniones deberían hacer un esfuerzo inédito para no sucumbir ellos mismos a estos soponcios- es parte del problema. De lo que no cabe duda es de que en esta era digital necesitamos nueva curricula, organización, arquitectura, enseñanza, evaluación, vínculos parentales, procedimientos administrativos y muchas cosas mas.
Contrariamente a quienes postulan cambios incrementales necesitamos cambios radicales, hay que hacer cosas nuevas de modos nuevos. Algunos como Angus King, el anterior gobernador de Maine que logro llevar a cabo parcialmente el proyecto de una maquina por chico, insiste en que los chicos deberían demandarnos judicialmente en pos de una mejor educación. Marc Prensky, Henry Jenkins y otros jugados como ellos insisten que hay que reinventar todo, en todos lados al mismo tiempo. Y que lo que funcione de esta totalidad debe ser difundido y potenciado gracias a la ubicuidad e instantaneidad de la red.
Para quienes se escandalizan y recomiendan no confundir la paja con el trigo, los fuegos de artificio con lo que hay que saber, y que temen que las tecnologías que aquí estamos fomentando terminen encubriendo la sabiduría que siempre se alcanzo con tiza y pizarrón, con tinta y papel (como se solaza repitiendo el maestro del canon occidental Harold Bloom en ¿Dónde se encuentra la sabiduría? ) la respuesta de Prensky y cia es devastadora.
Si los chicos adquirieran un contenido orientado hacia el futuro (nanotecnologia, bioetica, medicina genética y neurociencia, en bellas formas interactivas a partir de su contacto con verdaderos expertos), y si pudieran desarrollar sus habilidades en programación, filtrado de conocimiento, usando conectividad y maximizando su hardware, con tecnología de ultima generación uno-a-uno, seguramente podrían alcanzar el curriculum existente en la mitad del tiempo y con las mejores notas del mundo
De lo que se trata no es de meter con fórceps la tecnología en la escuela, sino de desarmar las aulas existentes, poner patas para arriba gran parte de lo que se vende como obligado y cierto, y reinventar todos los elementos que componen el sistema sociotécnico de la enseñanza, porque lo que tenemos no sirve mas, porque el aprendizaje informal de los chicos es cada día mas intenso, variado y rico para ellos, y porque decididamente el conflicto entre nativos e inmigrantes digitales no cesará de aumentar cada día, sin que nadie tome al toro por las astas y a las astas también.
Dos referencias obligadas para profundizar en el tema son el Proyecto Inkwell, uno de los ejemplos mas contundentes de computación 1 a 1 hasta ahora ensayados, y La wikipedia es una enciclopedia orgánica escrita por los lectores.
Por ultimo conviene consultar, 10 ideas para reinventar la escuela. El articulo que hemos glosado aquí siguiendo un itinerario recorrido previamente por Mark Prensky -autor del recientemente publicado «No me molestes mami. Estoy aprendiendo«- corresponde la idea numero 7 Adoptar tecnología.
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