Logomaquia, jeringoza y mucho menos
Desde el inicio hay que dejar en claro que los neologismos que pululan en esta obra singular La Quinta columna digital. Antitratado comunal de hiperpolitica sirven para mucho. Porque en general lo que encontramos últimamente tanto en el discurso filosófico como en el técnico, en los análisis politologicos tanto como en los sociológicos es mera jeringoza, una logomaquia que reemplaza la incapacidad de pensar el presente, reinventar el pasado y sobretodo avizorar el futuro.
Se cambia por unas pocas monedas de juguetería lingüística la ausencia de alguna pista que invente algo de sentido en un panorama cada vez mas lamentable de aburrimiento, sinsentido, bricolage de absurdos e inimputabilidades.
Quienes nos ayudan en esta ocasión a sobrellevar el previsible insomnio que nos tenía siempre despiertos últimamente fueron dos conocidos de soslayo. Se trata de los vascos Andoni Alonso e Iñaqui Arzoz que empiezan provocando desde el titulo de su ultima obra al esconderse mostrando, que dos apellidos al trasmutarse en un colectivo (aunque en este caso se trata de solo dos y algún eventual) como Cibergolem, se empieza una aventura que conviene pispear.
La ocasión fue el ya conocido Premio de Ensayo Eusebi Colomer de La Fundación Epson, que fuera ganada en ediciones anteriores por conocidos como el propio Carlos Scolari con su Hacer Click, o Joan Mayans con su Genero Chat entre otros.
Esta vez le toco a los mencionadas quienes previamente habían publicado una obra de fondo como La Nueva Ciudad de Dios y otra de divulgación cual fue Carta al Homo Ciberneticus.
Pocos párrafos y muchisimo contenido
De una manera que no le hace ningún mérito al texto, ni a la interesante introducción de Tomas Maldonado, las tesis de los Cibergolem pueden condensarse en unos pocos párrafos, pero bien contundentes y a la altura de sus neologismos.
Hace décadas que venimos hablando de crisis de la democracia. Son infinitos los tratados que reflotan viejas consideraciones y aburren con sus paparruchadas. sin embargo es inútil avanzar en esa dirección que cuenta con obras interesantes como Postdemocracia de Colin Crouch (2004) o Life After Politics. New thinking for the twenty-first century de G. Mulgan (1997) a menos que nos tomemos en serio -como hacen los autores- que la crisis de la democracia es una profunda crisis de la política.
Una de las novedades de cibergolem es que su análisis es mas sutil que el de Pierre Levy y su ciberdemocracia, o el de Howard Rheingold y sus multitudes inteligentes o del de Cass Sustein y su preocupación por el interés general que se perdería en la fragmentacion de la red.
Porque lo que Alonso y Arzoz plantean con una capacidad de engarce pocas veces vista aun, es la intima solidaridad que hay entre esa crisis de la democracia y su reinvencion a manos del nacimiento de la sociedad de la información en la era de la cibercultura.
Para Cibergolem la sociedad informacional es en principio (y no es poco conceder que se trata de solo en principio) mas creativa, igualitaria y participativa que la tradicional hoy exangüe, y ha dado lugar a un modo de entender los problemas y a una expectativa social a la que la vieja política convencional no se ha adaptado suficientemente
De lo que no cabe duda es de que no fue la vieja política la que parió a la nueva política, porque la vieja política -como toda autentica organización egoísta- solo esta interesada en su autopreservacion. Al contrario ha sido la sociedad civil (y no el Estado, ni siquiera algunas franjas progresistas, con lo que progresismo pueda querer llegar a decir) la primera en reapropiarse de estas herramientas electrónicas en un doble movimiento, que si por un lado redescubre el fiasco de la democracia formal, por el otro rescata el acervo de prácticas políticas, antiguas y nuevas, que nos pueden conducir a otro nivel de la política real, a otro espacio mas genuino de la democracia.
Menos discurso y mas prácticas
Porque contrariamente a lo que viene prometiendo la teoría política tradicional, lo que necesitamos no es una nueva visión de la política sino una autentica transformación de las practicas políticas. Así han proliferado distintos aproximaciones a esa reinvencion siempre e limitadas como las de República Digital de Cass Sustein, la extravagante e interesante forma de pensar la política en forma hipertextual que proponen Mauro Calise y Theodore J. Lewy, o la de ciudadano digital como John katz y su correspondiente nación digital.
De todas estas la de Katz es la mas interesante, pero está transida por un elitismo, restringida al ciudadano de clase media, libertario al mejor estilo Wired, pero que poco y nada tiene que ver con nosotros.
También tenemos al activismo digital cuyos protoprogramas esta explorando Marta Oyhanarte en sus Auditorias ciudadanas es otra de las familias de palabras afines empieza a acercar la noción de hiperpolitica tallada por Cibergolem encarnada en colectivos como Oneworld.net mediante el uso por parte de las NTIC para la realización de campañas políticas o para la elaboración de un arte digital reinvindicativo.
Anteriormente hemos deslizado la palabra que condensa todos los neologismos de los autores, y que a través de sus practicas de repropiacion y de mutación conceptual forma el centro de su antitratado, a saber la hiperpolitica. Curiosamente el termino se lo robaron a nuestro queridisimo Peter Sloterdijk quien en una obra muy poco conocida En el mismo barco. Ensayo sobre la hiperpolitica (1994) había post-filosoficamente sostenido que la hiperpolitica es la primer politica para los últimos hombres.
Hiper como arma no como escudo
Mas alla del tono escatológico que capea -en extremos tan antagónicos como Fukuyama por un lado y Sloterdijk en el otro- lo que propone Cibergolem es usar a la hiperpolitica no como ampliación retórica de la política sino como apertura a nuevas posibilidades.
Lo de hiper no apunta a verificar en forma mayestática un prefijo sino a hacerlo funcionar en resonancia con otras elaboraciones horizontales, interconectadas y colectivas provocadas o facilitadas por las nuevas tecnologías hipertextuales basadas en la red.
La hiperpolitica es la hiperfilosofia metida en la arena política, gracias a la extensión de las NTICs a la república global, pero que también va mucho mas alla de esta mera enumeración.
Mas especificamente los autores definen a la hiperpolitica como la política de los ciudadanos, en los ámbitos no necesariamente políticos en la era de la globalizacion posibilitada por el uso de las nuevas tecnologías. En tren de especificar esta definición demasiado amplia la atizan con un montón de variantes anarquistas y libertarias pero basicamente como la politización de todas las practicas sociales y culturales.
Mas alla del matiz correcto, lo que queda claro en el trabajo de de/reconstruccion de Cibergolem es que la política tiene poco y nada que ver con la administración de tecnologías, y que para la hiperpolitica lo cibertecnologico es tan solo el factor desencadenante que posibilita un tipo de sociedad comunitaria y contestaria, heredera de la contracultura de los 60 y vinculada al mundo universitario y artísticos que en esa época osaba con (al menos) pensar cambiar al mundo.
La invención de Internetcomo primer acontecimiento hiperpolitico
En una lectura luminosa Cibergolem plantea que la invención de Internet fue el primer acontecimiento hiperpolitico de transferencia de lo militar restringido a lo social abierto, justo en el surgimiento de la cibercultura.
Lo que revolucionó a la política no fue un factor técnico sino una cultura política latente, que al reapropiarse de una tecnología de uso militar permitió la emergencia de un fenómeno imprevisto y novedoso, lo tecnocivil. Nadie mejor que Chris Hables Gay en Cyborg Citizen. Politics in the posthuman age (2000) expuso con diáfana claridad este periplo: Internet tiene un pasado militar, un presente anarquista y un futuro por decidir. Por ello hiperpolitica es mucho mas que mera ciberpolitica.
Lo interesante del enfoque de Cibergolem es la facilidad con que aúnan fenómenos dispersos y generalmente inconexos dentro de una matriz de practicas convergentes que están en la base y son las primeras manifestaciones de la hiperpolitica.
Entre dichos antecedentes figuran los flash mobs (los mejores ejemplos fueron el derribo mediante el uso de teléfonos celulares del ex presidente de Filipinas Joseph Estrada en el 2001 y el fin de la carrera política de José María Aznar después del atentado de Atocha en el 2003); el uso de weblogs, Indymedia y otras herramientas como dispositivos de contrainformacion incluyendo la antipublicidad contenida en los spoof.
Entran en la misma categoría el software libre, el wireless comunitario (como Fon), el copyleft, así como el arte activista incluyendo colectivos como Wu Ming (antes Luther Blisset) incluyendo los hackers contestarios, la e-democracia, cada una con matices diferentes y alcances muchas veces cuestionables pero no menos provocativos.
Fases de despliegue de la hiperpolitica
Para Cibergolem es bastante fácil periodizar las principales fases de la hiperpolitica ubicandolas del siguiente modo.
* 1960/1985 cuando se produce la creación de Internet y de las comunidades virtuales. Aquí los mojones son la primera comunidad virtual SF-LOVERS en 1978 y culmina con la fundación de WELL en 1985 de la que somos orgullosos miembros desde 1990. Paralelamente en 1969 nace el movimiento hacker en el MIT.
* La segunda fase marca la aparición del software libre con el lanzamiento del proyecto GNU por parte de Richard Stallman. En la misma linea aparece la Free Software Foundation y el ideal de conocimiento académico compartido, cada vez mas golpeado por la política de patentes y por el abandono de la comunidad científica de los ideales newtonianos. Lo mas importante de esta fase es el inicio a manos de Linus Torvald a principios de 1990 de un sistema operativo alternativo que ya en 1994 pudo completar la primera versión completa pasando a llamarse GNU/Linux.
* Las fases mas reciente de esta periodizacion tienen lugar en el año 2000 con el nacimiento del movimiento antiglobalizacion (por una globalizacion alternativa o alterglobalizacion) vinculado a los Foros Alternativos con centenares de iniciativas que buscan cuestionar la globalizacion.
* La Fase 2001-2004 corresponde al deslizamiento que se inicio con el atentado a las torres Gemelas hasta llegar a las primeras etapas de la guerra de Iraq, con un inventario de control político creciente de lo que ocurre en Internet. Pero a la inversa aparecen también las primeras manifestaciones de hibridación entre la política tradicional y la interneteana como fue el caso de Howard Dean que casi le arrebata la representación al insulso John Kerry en su confrontación con Bush.
* La ultima fase tuvo lugar en el 2005 con la popularización de la hiperpolitica que por fin dejo las practicas minoritarias y experimentales (hacking, comunidades virtuales) y se encamina ahora hacia una fase de globalizacion y de fusión con la política tradicional. Tienen razón los autores condensados como Cibergolem cuando insisten en que estamos en la época del activismo y el hackactivismo como practica popular.
Nuevos fenómenos a la busqueda de una teoría que los piense
Como siempre ocurre ni los políticos, ni los sociólogos ni los futurólogas previeron ninguno de estos fenómenos. Menos aun la prensa internacional, que día tras día se sorprende de fenómenos que tomados desde una perspectiva mas amplia empiezan a formar coherencia y sistema.
La hiperpolitica no es un mero juego retórico sino una autentica altermativa a la política. Pero su lectura nada tiene que ver con la tecnoutopia ni con la pseudo-hiperpolitica. Cibergolem rechaza explícitamente la religiosidad oculta, la pseudoreligion digitalista basada en una filosofía tecnohermetica convertida en una herramienta de control.
Para cibergolem el futuro de la hiperpolitica se halla en la utilización del caudal de la alterglobalizacion, pero no desde fuera como hasta ahora sino dentro de la República Global. Para ello proponen el quintacolumnismo como un trabajo de insurgencia y resistencia cotidianas en el interior de las instituciones y la sociedad, de los grupos organizados y de los colectivos activistas.
Según ellos ahora se han empleado tácticas quintacolumnistas exclusivamente en el activismo y el hakactivismo, pero aun no se han diseñado ni practicado estrategias globales quintacolumnistas.
Fuerza y debilidad de una retórica
Hasta aquí las propuestas. Donde los autores se hacen fuertes y al mismo tiempo débiles es en la elección de algunos de sus referentes a los que en ocasiones buscan complementar o superar (como es el caso de Pierre Levy o de Howard Rheingold) y de otros inexplicablemente se declaran deudores, como es el caso de Michael Hardt y Antonio Negri a los que les dedican demasiado entusiasmo y reconocimiento, cuando en realidad (y se lo puede comprobar metiéndose en el capitulo final de Biopoder y luchas en una América latina globalizada la obra mas reciente de Negri esta vez en combinación con Giuseppe Cocco) no se trata generalmente mas que de declamación, retórica y mero declaracionismo.
Estilisticamente la obra de Cibergolem se caracteriza no solo por la síntesis en el colectivo de dos personas, sino también por un tipo de estructura que aborrece sistemáticamente el esquema y la arquitectónica, y que prefiere en cambio moverse antes bien por las orillas del epigrama, la dispersión, el recorte macluhaniano y el inventario que no exceda de una pagina.
Así la parte central de la obra esta armada por una serie de proposiciones temáticas interactivas, unas cuarenta, entre las cuales destacan la alterglobalizacion hiperpolitica, la ciencia ficción alternativa, la hiperfilosofia, la cibercultura ampliada, el cyborg, la energía hiperpolitica culminando en una serie de prótesis hiperfilosoficas que incluyen obviamente la pagina web de la quinta columa digital
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