Participé hace un tiempito un panel. Debe haber sido la enésima en mi vida. En un panel se amontonan personajes, mas o menos conocidos y cada uno desgrana su discurso. Algunos son mejores oradores, otros sufren poco o mucho con lo que tienen que decir, otros sufren lo que tienen (tenemos) que escuchar.
Cuando se trata de un multitud, en este caso éramos seis ademas del moderador, que uso casi el doble del tiempo que cada uno de nosotros tuvo a su disposición, la sesión puede hacerse interminable. Y de hecho ésta lo fue.
En el momento pico hubo 80 personas en el Aula Magna de la Facultad de Arquitectura en el 3 Piso del Pabellón III en la Ciudad Univesitaria (donde deben caber 500 personas). Cuando el moderador cerró la mesa -al mejor estilo del que se vaya último que apague la luz– quedaban menos de 30, y el desgranamiento había afectado sobretodo a los estudiantes, supuestos destinatarios de esta convocatoria hecha por la FADU en su Foro Académico 2006 , destinado a estar a tono con el cambio sustancial de nuestras prácticas en las dos últimas décadas.
En la convocatoria a la charla los organizadores remitían a la crisis de los grandes relatos explicativos, a los cambios tecnológicos y a la imposición de la cultura del entretenimiento a escala global; al crecimiento de la brecha social, a la profunda transformación socio económica y a la modificación de los circuitos productivos tradicionales a escala local, sólo algunas de las situaciones que nos obligan a repensar la fundamentación y el ejercicio de nuestros saberes.
El ciclo se abrió el viernes 5 de mayo, con la conferencia de Arnoldo Rivkin sobre Fábrica Ratiocinatio, Continuó el lunes 8 con la presencia de Gastón Breyer, con su exposición sobre «La heurística en el contexto de la investigación y la enseñanza del diseño«.
Despues fue el turno de Roberto Doberti, «La cuarta posición» 10 de mayo, Norberto Chavez, «La cultura proyectual. Entre el academicismo estéril y el pragmatismo tóxico» 16 de mayo, Horacio González, «Culturas locales» 22 de mayo y de Edith Litwin, «Cambios e innovaciones curriculares» 31 de mayo, Hugo Calello 7 de junio
Como siempre, se puede aprender algo (mucho) de un evento como este. Así pude ver, aunque suene inverosímil nunca lo había hecho antes, los primeros 10 minutos de Naqoyqatsi ( 2002), la ultima de las películas de la trilogía Qatsi precedidas por Koyaanisqatsi: Life out of balance (1982) y Powaqqatsi (1988) dirigidas las tres por Godfrey Reggio con música compuesta por el minimalista Philip Glass y cámara de Ron Fricke.
Y también tuve la suerte de conocer a Patricia Marino, directora del sector de Investigación de Textiles del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), quien formaba parte junto a Rodolfo Hermida (como moderador), Carlos Lerch, Diego Levis, Juan Carlos Versiglia y Estela Iglesias Viarenghi de nuestro panel.
En cuanto al contenido de la charla oscilo entre la declamación y la protesta, la santa indignación y la voluntad de cambio retórica, la enunciación de cosas requetesabidas y la constatacion de que la gente de mas de 50 años, salvo excepciones ha perdido el rumbo hace rato.
Sin hacer nombres y sin querer hacer leña de los panelistas caídos el estilo enunciativo de los oradores oscilo entre:
– la catarata de trivialidades (la tecnología no es neutra, quienes pontifican valores transformadores de las tecnologías son los neo-mistificadores que no han leído a Roland Barthes, necesitamos tecnologías apropiadas)
– el ubamarxismo de insistir que debemos dejar de consumir tecnología importada y generar la propia, vivir con lo nuestro, desentendernos del lavado de cerebro imperial (que en boca de los estudiantes y militantes puede sonar o ingenuo o pastoso, pero en manos de profesional a la hora de jubilarse son una deja vu intragable)
– el voluntarismo energético (las nuevas tecnologías de la imagen y el sonido lo revolucionan todo, la baja de costos es democratizantes, las nuevas sintaxis nos van a sacar del pantano conceptual y material)
– la cólera manifiesta (fue mi caso que ante tamaña sarta de trivialidades, maniqueísmos, santas indignaciones y chicaneos) no pude mas que erupcionar o eructar, profiriendo una variedad de cosas mas o menos inconexas tratando de manifestar mi desacuerdo con casi todo, especialmente conmigo mismo
– el anuncio pausado y chocante de lo nuevo, cual fue la exposición que hizo sobre nuevos materiales en textiles Patricia Marino, la única charla coherente e innovadora, aunque claro tomarnos en serio lo que dijo pone en cuestión la pertinencia de todo lo anterior para un rediseño curricular y discursivo.
Y seguimos con la frivolidad «académica» de repetir blablases varios que para la tribuna del pensamiento políticamente correcto suenan como Mozart. Y lo de Mozart no es casualidad. Les gusta escuchar lo mismo de siempre. Y si se les pregunta si conocen a Penderecki, Berio, Messiaen te dicen: lo queeeeé?? Y, cómo buena parte del auditorio ortodoxo mozartiano, desconoce la exstencia de una obra de don Wolfgang titulada «Leck mich im Arsch» (Chupame el culo).
Piscitelli, lamentable tus cometarios,señor dueño de la «verdad revelada», casi tanto como tu icanpacidad para analizar el fenómeno de la cultura informática. ME encantaría que fueras capaz de debatir conmigo y otros que no pensamos como vos diciendo algo que resulte al menos coherente.
el temor a pisar líquidos vuelve a ciertas mentes, incapaces de tolerar la ruptira de una barrera que los deje sin renglones…
gracias AP por repensar y no dar certezas