El Caos en las Artes
Nuestra segunda estancia/descubrimiento de este puñado de autores desconocidos nos llevó a maravillarnos/entretenernos con Reinaldo Laddaga, un rosarino nacido en 1963, graduado de NYU, que actualmente es profesor en la Universidad de Pennsylvania, que alguna vez enseño en la UNR y que es el autor de dos obras muy peculiares como fueron «La euforia de Baltasar Brum» (1999) y «Literaturas indigentes y placeres bajos. Felisberto Hernández, Virgilio Piñera, Juan Rodolfo Wilcock» (2000), y que ahora movió el avispero con un inesperado texto cual es Estética de la emergencia, Colección Los sentidos, 2006.
Hace rato que la cuestión del caos en las artes, la confusión en los proyectos estéticos, la aparición de nuevos formatos y tendencias, la sustitución de los soportes fijos y consagrados nos estaba llamando la atención. No casualmente los devaneos del net-art, las obras de Vilhelm Flusser y de Eduardo Kac, los señalamientos de Claudia Giannetti -que explorara originalmente en «Ars Telematica – Telecomunicación, Internet y Ciberespacio» (Barcelona, 1998) y sistematizara recientemente en Estética Digital – Sintopía del arte, la ciencia y la tecnología (Barcelona, 2002), nuestro propio coqueteo con los orígenes del arte cibernético eran síntoma de algo, aunque no supiéramos muy bien de que.
Y he aquí que de pronto este caballero nos dice con los dientes bien apretados lo que hace rato estábamos sintiendo. Que decididamente nos encontramos en una fase de cambio de cultura en las artes comparable, en su extensión y profundidad, a la transición que tuvo lugar entre finales del siglo XVIII y mediados del XIX.
Y el señalamiento ademas de preciso y contundentes trae cola, porque cuando estos cambios epistemicos se dan en la filosofía o la ciencia, o al interior de las disciplinas tradicionales, todo esta muy bien, pero cuando lo que rota y muta es el sistema entero de las practicas, en este caso de la propias artes, la cosa se pone mucho mas interesante y el desafío es mucho mas atractivo.
Rotación y mutación del sistema entero de las prácticas
Lo que Ladagga investiga y elabora en sumo detalle es el proceso decisivo de los últimos años en el universo de las artes con la formación de una cultura diferente a la moderna y a sus estribaciones posmodernas.
No solo cambia la estética y la noción de vanguardia, no solo se cuestionan formatos y soportes, no solo esta en duda todo conato de clasicismo o de santificación de nombres y tendencias, sino que empiezan a proliferar iniciativas de artistas destinadas a facilitar la participación de grandes grupos de personas muy diversas en proyectos donde se asocia la realización de ficciones o de imágenes con la ocupación de espacios locales y la exploración de formas experimentales de socialización. Estamos ante nuevas ecologías culturales.
El tema da para muchisimo porque desde una dirección absolutamente independiente vemos emerger decenas de formatos de software social, herramientas informáticas cada vez mas sofisticadas y al mismo tiempo cada vez mas fáciles de utilizar, microgeneraciones juveniles que se apropian de espacios tanto reales como virtuales para domesticarlos a su gusto, dando lugar a una inesperada convergencia donde lo banal se articula con lo trascendental, donde lo antiguo se da la mano con lo moderno, donde lo híbrido y sincrético anula todas las barreras y cuestiona todos los intentos de separar la alta cultura de la cultura popular, el arte de la vida, la ciencia del placer y así sucesivamente
Proyectos puntuales, alcances globales
Los proyectos que Laddaga analiza entre los que descollan el Proyecto Venus, Park Fiction y What’s the time in Vyborg? articulan ideas e instituciones, imaginarios y prácticas, modos de vida y objetos, nuevas formas de intercambio y demás procesos que la tradición inmediata no permitía anticipar. Estética de la emergencia aporta elementos para una lectura de esta reorientación de las artes; de esta transición en el curso de la cual un número creciente de artistas reaccionan al evidente agotamiento del paradigma moderno.
A partir de la descripción y el análisis de algunas de estas experiencias, Reinaldo Laddaga propone un inventario de esta nueva cultura y la vincula a procesos más vastos de modificación de las formas de activismo político, producción económica e investigación científica que definen, en su novedad, al presente.
Claro los eternos guardianes de lo viejo objetarán la hipótesis de un agotamiento del paradigma moderno e insistirán en que se trata de mas de lo mismo, adocenado y mejor adobado. En las antípodas habrá guardia rojos que insistirán hasta el hartazgo en el irreduccionismo de estas nuevas prácticas, en su novedad radical y en su discontinuidad absoluta respecto de pasados intentos.
Sin hacer hincapié en ninguna tercera posición superadora lo que nos interesa de este brutal recorte es la voluntad de entender fenómenos inclasificables como la moneda Venus en el proyecto de Jacoby (ver entrevista en educ.ar ) y que en vez de ser «taggeados» folksonomicamente bajo neocategorias, se dejan boyar por un lado para rescatar su especificidad, pero desde una mirada irreduccionista se anudan en una serie de pasos que merecen el análisis enriquecedor y desentumecedor que nos regala el rosarino, a quien nunca habíamos detectado anteriormente en nuestro radar, y que merece que lo conozcamos y compartamos mucho mas.
Entrevista a Claudia Gianetti, directora del canariasmediafest
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