Primeras filosofías de los videojuegos existentes
Hace ya tiempo que descubrimos que los videojuegos no solo convocan multitudes y movilizan fortunas (como que el mercado que mueven ya se estacionó en alrededor de 35.000 millones de dólares anuales), sino que también están generando una enorme literatura teórica que sirve para pensarlos y pensarnos.
Ya en su momento hicimos referencia a las obras de Henry Jenkins, Mark J.P. Wolf y John Paul Gee, a las que hemos sumado hace poco a los trabajos mas de guerrilla cultural y de política y sensibilización disparados por Mark Prensky y Steven Johnson.
Pero ir por esos margenes puede hacernos perder de vista que en el ultimo año ha aparecido un conjunto de obras teóricas de altísimo nivel que bien pueden merecer la recepción como las primeras filosofías de los videojuegos existentes. Ya sea porque usan enfoques filosóficos, ya sea porque discuten filosofías, ya sea porque sus autores queriéndolo o no, voluntariamente o no, le han dado una hondura a sus aportes que los catapultan sin mayores esfuerzos a la sofisticación, la exquisitez y la capacidad de erosión propia del discurso filosófico en su mejor acepción