El océano de nuestro desconocimiento
El océano de nuestro desconocimiento es infinito. El mío, el de ustedes, el del canillita de la esquina. Hay tantas ciudades que nunca visitaremos y que solamente recorreremos cansinamente cuando aburridos y recién entrados a un avión revisemos el mapa. ¿Alguna vez alguien leyó que existiera una ciudad llamada Boise, Idaho?
Basta jugar con Google Maps para encontrarnos con miles de puntos en el mapa del que jamas tuvimos conciencia. Claro algunos se creen muy vivos porque pueden recitar las capitales de algún continente, pero son pocos los que siquiera oyeron nombrar las de la cincuentena de estados africanos y la de otras tantas de la cincuentena de paises de Asia.
Y si nuestra geografía esta borracha, mas alla de las declamaciones globalizadoras lo mismo nos pasa en cualquier otro campo. Creemos que sabemos de economía porque alguna vez hojeamos algún libro de John Galbraith, o porque seguramente nos atragantamos con Paul Samuelson en Economia 101. Y lo mismo pasa con la biología porque quizás por algún motivo de elecciones equivocada de carrera escuchamos hablar de John Maynard Smith o la divulgación científica nos dejo a los pies de Stephen Jay Gould.
Pero la cosa se pone mas complicada y en mas burros nos convertimos cuando de lo que se trata ya no es de meras disciplinas sino de construcciones y de enseres, de cacharros y de aparatos, de bautismos de nuevas practicas y de reconceptualizacion de las existentes.
No hablo en jeringoza sino que tengo por delante dos grupos de cuestiones. Por un lado la neoarquitectura y en particular las obras mas recientes (o por venir) de Zaha Hadid y de Richard Rogers, y conceptualmente la obra exquisita de Reinaldo Ladagga Estética de la emergencia que nos dara cuerda para rato.
Un señora con gran pedigree
Empecemos por la señora Hadid que tiene un curriculum (con hechos y no declamaciones o papers) impresionante. Se recibio como arquitecta en Inglaterra en 1977 y se asocio al estudio OMA (Office for Metropolitan Architecture), en donde trabajo con Rem Koolhaas y Elia Zengelis.
Su trabajo experimenta con la calidad espacial, extendiendo e intensificando los paisajes existentes con el alcance de una estética visionaria que revoluciona todos los campos del diseño, desde los pequeños objetos, pasando por el diseño de muebles, hasta actuaciones de escala urbana. A pesar de ser más conocida por sus obras construidas (como la estación de bomberos Vitra o el estacionamiento y la estación de tranvía en Estrasburgo), sus intereses también la llevaron a comprometerse con la educación y la investigación.
Su mano quedo indeleblemente asociada a los hotelesThe Victoria & Albert Museum y edificios verticales como el Kurfürstendamm 70, la Vivienda IBA, el Azabu-Jyuban, un hotel en Abu Dhabi, el Spittalmarkt, y el hotel de la Calle 42. Sus proyectos más recientes fueron la Terminal del Ferry en Salerno (Italia) y el Contemporany Arts Centre en Cincinnati (Estados Unidos).
Gano una infinidad de concursos incluyendo el que nos interesa del edificio sandwich en el Besos. Ha diseñado exposiciones como: ‘The Great Utopia’, Guggenheim Museum, Nueva York (1992); ‘WishMachine’ en la Vienna Kunsthalle (1996); ‘Addressing the Century’ en la Hayward Gallery, Londres (1998); Paper Art Biennale, Düren (1996); Venice Biennale Masters Pavilion (1996); Palais des Beaux Arts, Bruselas (2000). Zaha Hadid también ha trabajado en diferentes escenografías como la de Pet Shop Boys World Tour 1999/2000; Charleroi Dance Company, Bèlgica (2000); y la ópera Beat Furrer’s, Desire, encargada por Steirischer Herbst, Graz(2003).
Pero asi como me sorprenden las formas que diseña Zaha Hadid y la locura de sus creaciones, me encanta el cinismo y la claridad de sus dichos y creencias. En una entrevista que le hicieron hace poco en el diario La Vanguardia de Catalunya se autodefinio con un candor y una maldad que pocas veces hemos visto públicamente.
Una dama sin pelos en la punta de la lengua
Así se autopresento diciendo: «Tengo unos cuantos años (no tantos che, 55, uno menos que yo). Nací en Bagdad, pero mi padre me envió a Londres y allí me he quedado. Mi familia es vida privada y mi vida privada es privada. No tengo religión ni ganas. Mi política es la arquitectura para mejorar la vida de todos. NI solo lo publico ni solo lo privado funcionan: hay que combinar métodos y energías de todos».
Con un comienzo así valía la pena hacerle una entrevista. Es lo que el iluso de Lluis Amiguet trato y aunque a el le fue bastante mal, para quienes no padecimos a la genia de Zaha, el resultado es mas que llamativo. Por fin alguien con obras a la espalda se sale del molde y rompe los cojones como corresponde.
Cuando se la critica por no diseñar viviendas residenciales respondió insistiendo en que esta trabajando en el puente de la Expo de Zaragoza. Sostuvo que las Expo permiten a todo el mundo vivir la diversidad del planeta.
Cuando se le insiste sobre el tema dice que la obsesión por la vivienda es un típico negocio español (o argentino), y que no hay nada peor para un joven que atarse a un crédito de 50 años cuando en realidad debería estar mucho mas preocupado por una buena ley de alquileres.
Al pincharla para que reconociera que los arquitectos y los urbanistas no han logrado ayudar a crear mercados que garanticen a los jóvenes viviendas a precios justos, Hadid aceptó el fracaso de los urbanistas porque lo mas importante que tiene una ciudad es ser vibrante, dinámica y vivisima, pero cuando esa tensión no ayuda a que la escalera social funcione se convierte en una trampa.
Educación para todos
En Londres -ciudad de adopción de Zaha- hay cuatro generaciones que conviven bajo el mismo techo y todos están desocupados. Sorprendentemente lo que la arquitecta propone como solución es educación para todos para que la competencia sea cada vez mas equilibrada y enfrente en igualdad de condiciones a los nuevos y a los viejos, a los locales y a los inmigrantes, a los recién llegados y a los que hace mucho que están en cada lugar.
Dio como ejemplo el clubbing, la noche de Londres donde los clubes nocturnos propician creatividad artística y musical y toda una vida que permite la mezcla. Las calles son mas seguras si la gente las ocupa de noche. La gente va a Londres a divertirse y según ella cuantos mas usos tiene una ciudad mejor.
La función del arquitecto es pensar edificios, calles, bancos que hagan sentirse a la gente mejor que si no existieran. Pensando en todos, los que están dentro del edificio, los que se sientan en el banco, los que pasan. Todos debemos obtener placer visual de lo que vemos solo por pasar delante de nuestro edificio. Hasta los semáforos deben generar esa sensación mas alla de su funcionalismo de regular el trafico.
En muchas ciudades una buena arquitectura es el placer mas democrático que existe, solo hay que pasearse por ellas para disfrutar. ¿Que duda cabe cuando uno se pavonea por el Paseo de Gracia y pasa delante de la Casa Batllo? Lo mismo pasa instalándonos en la cafetería enfrente del Guggenheim aquí en Bilbao y los ejemplos podrían repetirse por millones.
Bien concreta la arquitecta y sumando bien sentir y bienestar alrededor de sus creaciones. Con que ganas esperamos que dentro de dos años se inaugure su próxima creación en el Besos.
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