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Día: 23 octubre, 2006

Confundiéndonos (¿mas de lo que ya estábamos?) en Las Vegas

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¿Para qué ir a Las Vegas?

No se como pude perdérmelo durante tanto tiempo. Para mi, que como toda cosa que nos fascina demasiado, lo debo haber hecho a sabiendas (es decir sabiamente manipulado por mi inconsciente). Lo cierto es que nunca antes en mi vida se me había ocurrido ir a Las Vegas.

Claro como coartada puedo esgrimir que pase en el año 1975 por Reno, consideraba la sub Las Vegas del propio estado de Nevada. Pero fue en un Greyhound atravesando USA de costa a costa y sin siquiera amagar bajarme del autobús, aunque en una fortuita parada de dos horas en Salt Lake City, ahi si estire las piernas y me allegue hasta el Tabernáculo Mormón, y no dude en pasar una noche en Albuquerque, Nueva México, cuando me pareció que 72 horas de viaje de un solo tirón era un poco exagerado (en ese momento un pasaje con infinitas escalas de 15 días costaba la friolera de U$ 75 dólares de la época).