No se de que se trata pero me opongo
Hay ideas, proyectos o fantasías que erizan la piel. A veces la propia. Muchas otras la ajena. Los argentinos aplastados por la combinación de frustraciones, desinteligencias e impotencias varias tenemos siempre una razón para justificar lo injustificable, pero sobretodo todo paraver la paja en el ojo ajeno.
Oscilando permanentemente entre la critica demoledora y el desinterés mas abyecto, cuando surge una propuesta o promesa de transitar un atajo, de romper algún molde o de intentar algo distinto, se suman las voluntades en contra y se escuchan los argumentos mas previsibles y los cuestionamientos infinitamente repetidos que buscan parar la pelota o en todo caso tirarla afuera.
En esta oportunidad el chivo expiatorio es el proyecto OLPC de Nicholas Negroponte, pero mas genéricamente los modelos de computación a 1 a 1.
Mientras se trataba tan solo de una hipótesis de trabajo los críticos ya estaban preventivamente en contra. Ahora que el proyecto se ha demostraba factible desde el punto de vista de un hardware revolucionario, un software innovador, una interfaz que rompe con 30 años de hegemonía de las ventanas (windows desktop) y que trae incorporado un modelo pedagógico a la altura de las habilidades cognitivas y la resonancia atencional de la generación de nativos digitales, los argumentos que empiezan a proliferar son de otra naturaleza.
Antes el fuego cruzado había sido disparado por las compañías de hard y de soft que tildaban de utópica e impracticable a la propia idea. Vaporware era el slogan. Del lado opuesto las almas bellas, los defensores de lo prístinos intereses de los docentes y de la escuela se desgarraban las vestiduras no menos ferviententemente.
¡Ignora la realidad tercermundista! ¡Son espejitos de colores para atrapar incautos! ¡Mejor pagarle mas a los maestros y poner seguridad en las calles para los chicos! ¡Que haya mas crecimiento económico! ¡Definamos mejores curricula! ¡Formemos mas a los docentes! Cualquier cosa menos… esto.
Ahora que el dispositivo (máquina + modelo) aparece en el horizonte, las preguntas van virando, y lo que se pone en cuestión no es ya la viabilidad tecnológica, sino la epistemología subyacente, pero sobretodo el riesgo que el proyecto supongo para la ecología aúlica
Cacharros en el aula. Lo mismo de siempre, pero mas y peor.
¿Otra vez cacharros en el aula?, si todos lo que se usaron en las últimas décadas no sirvieron para nada. ¿Máquinas de 100 dólares que en realidad cuestan U$S 150 y que con costos agregados podrían salir U$S200, cuando en realidad lo que hacen falta son copas de leche y mejores salarios? ¿Fortalecimiento de la capacidad autodidacta de los chicos cuando lo que se necesita es una planificación mas adultocentrico de la clase? ¿Computadoras donde no hay conectividad? ¿Máquinas donde no hay electricidad? ¿Despilfarro en aparatos en vez de capacitar a los docentes que son lo mejor que tenemos (o que deberíamos tener)?
¿Acaso somos indios a los que nos quieren vender espejitos de colores? ¿No saben el ministro y sus chirolitas que Negroponte es un yanqui, y que USA es un país muy mal rankeado en las pruebas PISA, y aun así nosotros les vamos a comprar caramelitos de insulsos sabor, en vez de convertir a nuestros chicos y docentes en japonesitos, coreanos, finlandeses a través de alguna alquimia manual, leyendo tal vez el Martín Fierro en esos idiomas o comiendo helados Laponia?
Si vamos a lo que verdaderamente importa la solución es de pizarrón (nunca electrónico como en México, sino endiosando a la insuperable pizarra y la tiza). Con salarios de 2000 dólares mensuales, con doctorados masivos en el nivel secundario y maestrías en el primario, con vacaciones los únicos 3 meses del año cuando hay sol, con beneficios impositivos que no existen en la industria, y con una estabilidad política, una educación bilingüe perfecta y un entrenamiento profundo en ciencias ingenieriles y exactas, solo pueden salir los mejores maestros del mundo. Y correlativamente los mejores alumnos. Y esa es la realidad de Finlandia. Un país de 5 millones de habitantes en un poco mas de 300.000 k2
Pero nosotros no somos ni coreanos, ni finlandeses ni japoneses y aquí ninguna de esas condiciones se da. Ergo hay que tomar atajos (con blindaje epistemológico como acabamos de exponer en un seminario en Santiago de Chile) y los atajos pasan por proyectos como los modelos 1:1, una de cuyas instanciaciones puede ser el modelo OLPC.
Por lo tanto antes de seguir chapoteando en el charco de las criticas mas triviales vayamos a la fuente de todas las criticas y hagamos esgrima conceptual y operativa con las personas que mas se han dedicado en las ultimas décadas a cuestionar la introducción masiva de tecnología en el aula. Entre esas espadas mayores esta el señor Larry Cuban (tiene casi 1.200.000 referencias en Google por lo cual parece que la critica en serio del digitalismo en el propio ámbito digital también concita seguidores)
¿Quién es Larry Cuban y porque importa discutir con/contra él?
Larry Cuban, es un historiador de la educación y profesor emérito de educación en Stanford University. En las ultimas dos décadas ha publicado una seguidilla de libros muy críticos de la introducción de tecnología en el aula. Se trata de la trilogía Teachers and Machines: The Classroom Use of Technology Since 1920 (1986), Oversold and Underused: Computers in the Classrooms (nueva versión 2003) y The Blackboard and the Bottom Line: Why Schools Can’t Be Businesses (2005) -ademas de múltiples otros opúsculos y libros en coautoria sobre temas afines.
Comencemos por la tercera obra que pone en perspectiva desde donde escribe Cuban y que le preocupa grandemente. Horrorizado por un discurso de Rod Paige el entonces secretario de educación norteamericano en el 2003, para quien Ford Motor Company no podría haber sobrevivido a la competencia si no hubiese sido por el énfasis en los resultados, Paige -al mejor estilo Bushonomics- había descerrajado que debíamos ver a la educación del mismo modo.
Todo el último libro de Cuban está dedicado a mostrar que las escuelas no tienen que ser como los negocios y que la larga y fatídica historia del modelo educativo norteamericano muestra a las claras que ningún modelo económico exitoso puede ser aplicado a la educación.
Porque esto es lo que obsesiona a Cuban (¿pero quién podría estar en contra?). El Ministro argentino no lo está, nosotros no lo estamos, la mayoría de los pedagogos tampoco). Ninguno de nosotros alienta la subordinación de la escuela al ethos empresarial, la reducción de la curricula a un mero entrenamiento en servicio, subordinar la gestión de la escuela a criterios mercantilistas pensando mucho mas en el bolsillo de los emprendedores educativos que en la calidad educativa y en la formación de buenos ciudadanos.
Cuban desgrana en su ultima obra -culminación de las anteriores donde el énfasis estaba orientado mas instrumentalmente a mostrar, como veremos a continuación, que la introducción de la tecnología en la escuela no es un necesidad educativa sino tan solo una estrategia marketinera de los compañías siempre ávidas de negocios fáciles- todas estas mas que fundadas quejas.
Crítica a la taylorización escolar y d eproque la tecnología no haría sino reforzarla
Pero Cuban va mas allá en sus críticas y descree de la taylorizacion de la escuela, es decir de las estandarizacion de los tests, de las medidas de la calidad en términos de resultados y perfomances. Justo el otro día en un seminairo en Río de Janeiro se insistía en que no debíamos quejarnos ahora de la introducción de medidas duras de evaluación de rendimiento en el aula (encarnadas mayestáticamente en programa PISA) porque la propia institución escolar las habría pedido como criterio de legitimación.
En todo caso llama la atención que cuando los modelos tayloristas hace rato -casi medio siglo- que vienen siendo desacreditados en la gestión de negocios, se hayan enquistado en los últimos 20 años en al escuela. Por lo cual mas alla de sus buenas razones lo que Cuban esta criticando es un hombre de paja,
El discurso de la crítica corre y corre durante páginas interminables. ¿Porqué debería pensarse en términos de unas escuelas que son mejores que las otras? ¿Queremos que las escuelas solo generen adaptados? ¿No seréa mejor el entrenamiento en servicio, etc. etc.?
Si remitimos a estas criticas un tanto triviales es porque la obsesión con la mercantilizacion atraviesa de un lado a otro las dos obras mayores de Cuban y muy especialmente a la mas citada de todas que es Sobrevendido y subutilizado, cuando se buscan argumentos canónicos en contra de la utilización masiva de tecnología en el aula.
Las máquinas, sobrevendidas y subutilizadas
La tesis básica de Cuban -y la que repiten los críticos de la alfabetización digital y que ahora redescubren con 20 años de atraso los periodistas devenidos en políticos educativos- es que la reiterada introducción de tecnología en el aula durante las ultimas décadas no ha cambiado prácticamente para nada la manera de enseñar de los docentes.
Como Cuban cree saber de lo que habla y ademas es un antideterminista tecnológico -que razón tenia Heidegger cuando decía que la inversa de una frase metafísica es otra frase metafísica de sentido contrario– Cuban insiste en que la tecnología tampoco cambiará NUNCA la forma de enseñar de los docentes.
Investigando en detalle el uso de tecnología en el Silicon Valley recorrió una y otra escuela y para el la repuesta es inequívoca. No pasa nada. Como era de esperar Cuban ante el anoticiamiento del proyecto de Negroponte ha retomado sus criticas clásicas y se ha mandado al ataque con todo.
En una nota publicada a mediados del mes pasado en Edweek y con el previsible titulo La Revolución de OLPC esta desnuda, Cuban vuelve con sus conocidos argumentos. Aunque se sabe acusado de Luddita, su campaña antitecnologia en el aula había cesado gracias a los recortes impositivos de una administración como la de Bush. Interesantisimo esto de que un gobierno conservador y antieducacion terminara siendo un aliado de los críticos de la tecnología.
Cuban se alegro del recorte porque según el esto obligaba a los tecnofilos ingenuos (¿nosotros?) a hacerse preguntas que aparentemente estarían ausentes de nuestras capacidades inquisitivas tales como ¿Porqué los docentes no integran las nuevas herramientas en el aula de clase? ¿Cuánta plata del presupuesto tecnológico se usa para capacitar a los docentes? ¿Porqué es tan difícil mostrar que el uso de herramientas tecnológicas en el aula mejora el rendimiento académico?
La tranquilidad de Cuban se ha visto sobresaltada en los últimos meses con los anuncios de la maquinita de Negroponte. Y de ahí la renovada preocupación de Cuban que cree que este proselitismo reedita las mismas promesas y anticipan los mismos fracasos que en los casos anteriores.
Las clases Apple del Futuro y los puntos de vista irreconciliables
Cuban es una persona meticulosa, y es capaz de reproducir con exactitud argumentos de los que disiente -a diferencia de otros críticos mucho mas ingenuos. Retomando la postura de OLPC Cuban la resume así. Dado que todo alumno tiene un libro de texto, una lapicera y un papel todo chico debería tener una laptop.
Las computadoras son gajes del oficio. Así como ningún empleado de un hospital o una repartición pública compartiría su máquina con los demás, los chicos deberían poder hacer lo mismo con sus instrumentos escolares digitales. Si se trata de generar empleados mas productivos del futuro ¿que mejor que darles una máquina a cada uno en el colegio?
Mientras tanto hay ya varios ejemplos de uso de maquinas 1:1 en las escuelas, como el que alguna vez visitamos en Maine, así como casos similares -generalmente bajo el paraguas de Apple- en Henrico County, Va.; Fullerton, Calif.; y algunos mas.
Según Cuban las autodescripciones de estos casos en general hablan de un aumento de la motivación, el rendimiento y el aprendizaje. Y Negroponte y los tecnofilicos comulgan mucho con estas valoraciones. Cuban insiste, en cambio, en que se trata de registros demasiado impresionistas, que se necesitaría una observación directa en clases por parte de investigadores capacitados, y que el poco trabajo hecho en esta dirección como el realizado por Judith Sandholtz y sus colegas en el proyecto Apple Classrooms of Tomorrow ( ACOT), desplegado entre 1985 y 1998 no ratifica las presunciones triunfalistas.
Cuando los diagnósticos se convierten en pronósticos
A partir de 1984 -y hasta 1998- Apple distribuyó dos computadoras de escritorio (una para el colegio y el otro para la casa) a todos los estudiantes y profesores de cinco clases primarias y secundarias en una muestra desparramada por diferentes regiones del país.
La respuesta de los docentes fue enormemente positiva acerca del enganche de los estudiantes, la colaboración y el trabajo independiente. Pero aparentemente para los docentes esa tasa 1:1 era innecesaria, ya que con unas 6 computadoras por aula (una relación de entre 1 a 4 y 1 a 8) se podría haber logrado lo mismo y al mismo tiempo mantener todas las otras tareas que tradicionalmente se hacen en la clase.
Según Cuban es en parte como desconocimiento del proyecto ACOT, que los impulsores del proyecto OLPC prefieren que los chicos se la pasen tipeando en el aula, usando dineros públicos para favorecer los intereses de la industria y al mismo tiempo dejando de largo otras tareas no cognitivas que provee la escuela tales como la alfabetización tradicional, el comportamiento moral, el compromiso ciudadano y la construcción de una sociedad mejor
El salto mortal que hace la critica de Cuban es increíble al pasar del diagnóstico al pronóstico sin solución de continuidad. A partir de un recorte que hace de la experiencia ACOT -que nada tenia que ver con las laptops, y menos con las inventadas por Negroponte, cuando no había Internet y en una utilización que nada se asemeja a la que le queremos dar nosotros- llega a la misma conclusión que los críticos mas convencionales, insistiendo en que encima el acceso 1:1 no ha mejorado los tests de evaluación estandares (¿no seria hora de desembarazarnos de esos tests?). Cuban remata diciendo que 80 años de uso de tecnología en el aula desde los proyectores originales (epidiascopios) hasta las maquina de Apple a mediados del los 90 no han tenido un impacto duradero, mensurable, pero sobretodo útil en el aula. Sus conclusiones son por lo tanto ¿para que seguir intentándolo?
¿La tecnología: máquinas o conversaciones?
Según Cuban el mal diagnóstico preside todo estos intentos de introducir masivamente computadoras en el aula. Porque los abogados de las NT estaríamos cometiendo la terrible miopía de confundir al medio de instrucción (trivial según los críticos) con lo único verdaderamente relevante, que es entender como enseñan los que enseñan.
En la visión de Cuban y la de los críticos las computadoras son tan solo un nuevo método de transporte instruccional y como las máquinas son inconmensurables con los docentes, porque son incapaces de hacer nada de lo que los singulariza a estos tales como: hacer preguntas, dar ejemplos, dar clases magistrales, guiar la discusión, hacer memorizar, trabajar en pequeños grupos, individualizar la instrucción, organizar aprendizaje basado en proyectos e inventar mixtos de todas estas categorías, entonces no sirven de mucho, cuestan demasiado y están condenadas de antemano al fracaso.
Acudiendo a teóricos que substancian su enfoque de la tecnología -de la discordamos completamente ya que para nosotros las tecnologías son conversaciones en las que se inventan nuevas prácticas para mejorar la vida humana (Fernando Flores)- como el psicólogo cognitivo Richard E. Clark de la afamada Rossier School of education en The University of Southern California, para quien los nedios como la televisión, las películas, y las computadoras «transportan instrucción pero no influencian el logro de los estudiantes mas que lo que el camión que transporta nuestras compras de alimentos en el supermercado afectan nuestra nutrición» (sic), Cuban cree haber dado por cerrado el debate, cuando éste en realidad no hace mas dispararse en múltiples y afortunadas direcciones.
Refugiándose en Alan Kay, curiosamente uno de los abogados mas convencidos del OLPC, Cuban cita a Kay contra si mismo y le hace decir que las escuelas confunden la música con el instrumento ya que Kay habría dicho que uno puede poner un piano en cada aula pero que eso no desarrollaría una cultura musical porque ésta está corporeizada en la gente. La música está en el maestro no en el piano.
¿Porque es tan fácil rebatir a las critica facilistas de Cuban y sus adlateres menores? De pronto el rey esta desnudo, pero quien ha quedado al descubierto no es tanto el intento de OLPC por subvertir malos usos y prácticas de la computación en la escuela sino la táctica de los críticos de OLPC que tiran alegremente al chico con el agua sucia de la bañadera.
Aunque una respuesta mas detallada al análisis de Cuban requiere transcribir in extenso las respuestas que el propio proyecto OLPC ha hecho a sus comentarios, podemos resumir las respuestas en un par de acápites
Un principio de respuesta a Cuban que se continuará
Cuban junto a David Tyack (en particular en su libro En busca de la utopía. Un siglo de reformas de las escuelas públicas) viene defendiendo desde hace décadas la necesidad de brindar a los jóvenes marginales a entornos de educación de calidad. Cuban & Tyack fueron los primeros en detectar el poder omnimodo de las gramáticas escolares, es decir de como las gramáticas de la escuela reforman a la reformas antes de que las reforma pudieran reformar a las escuelas
Pero Cuban ha caído preso el mismo de estas gramáticas al comprar la reducción de las computadoras a meros mecanismos de transmisión, lo que niega el único uso posible (especialmente en escala masiva) de las máquinas, cual es el de ser mecanismos generadores de expresión, construcción, diseño, monetización, imaginación, creación y colaboración, es decir de generación de nuevas conversaciones para crear mundos inéditos de interacción y socialización impensables en su ausencia.
Mutilar a la computadora de su rol transformador es negarse a ver como la cultura computacional está generando nuevos descubrimientos, codiseñando teorías, multiplicando puntos de vista, etc. etc.
Si OLPC insiste en que los chicos deben usar computadoras no es porque tendrán que usarlas si o si cuando sean adultos como herramienta para ganarse el pan. Los chicos tienen que usar las computadoras ahora del mismo modo en que los profesionales las usan hoy, para aprender y para crear y para aprender a crear. Porque el «negocio» de los chicos es aprender y la computadora es la herramienta mas poderosa para aprender que jamás se haya inventado.
Quizás lo mas débil de toda la critica de Cuban y en lo mismo caen los críticos ingenuos es gastar toda la energía hablando de los maestros y de la enseñanza sino reconocer que hace rato que el divorcio entre enseñanza y aprendizaje se ha convertido en infinito. Por enloquecernos en tratar de enseñar ya nos habíamos olvidado de que el aprendizaje era otra cosa muy distinta de la enseñanza simplemente dada vuelta.
En todo el mundo hace ya al menos una década o dos que los chicos aprenden casi todo lo que saben fuera de la escuela y fuera del aprendizaje formal. Tomar en serio este aviso antes de que las aulas colapsen por falta de uso o se vuelvan desiertos por falta de atención es lo que nos lleva a alentar los logros potenciales y la forma de asegurarlos de los modelos de computación uno a uno y en particular del OLPC.
Pero sobre estos modelos de aprendizaje y la computación 1:1 hay mucho aun por decir y hacer. Así que en pocos días publicaremos la respuesta detallada que OLPC ha hecho a las críticas de Cuban
Libros generados por la experiencia ACOT
Para mas criticas
Todd Oppenheimer The Flickering Mind: Saving Education from the False Promise of Technology
Para mas críticas de las críticas
John F. LeBaron Technology in Its Place: Successful Technology Infusion in Schools (Jossey-Bass Education Series) by
The George Lucas Educational Foundation Edutopia: Success Stories for Learning in the Digital Age
Ahhh, bueno. Mire uno desde que fecha, desde el 2006, era usted tan ingenuo e irresponsable, con afirmaciones que seguro que ni usted se cree!!! Ahora que la revolucion OLPC esta muerta y casi enterrada, y solo en paises con gobernantes soberbios e irresposables tenemos que hacernos cargo de estas desproporciones, leer esto me causa muchisima gracia.
Se bien de que se trata, y me opongo, claro que si.
Saludos cordiales, señor Piscitelli, si por casualidad llega a leer esto.
Jorge Nelson Olivera.
Ya que estamos pasando por acá…El texto de Cuban no es sobre tecnologías sino sobre mejora escolar, y sobre procesos de cambios…usando como excusa el principal motor del cambio que nos ha sido vendido durante el siglo XX y el actual, la incorporación de tech como la ventana a la inovación escolar.
El libro de Cuban es sobre proporciones y prácticas. Las prácicas no se condicen con el monto de la inversión que deberían haber producido grandes innovaciones…
Bué, tipo nah