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Nuevo y entretenido encuentro con Derrick de Kerckove

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Cuando los teóricos mas que teóricos son amigos

Hace unos días me llamaron de la Fundación Telefónica para invitarme a compartir una mesa redonda con Derrick de Kerckove. El lugar es hermoso, la compañía no podía ser mas que indicada y una mesa no se le niega a nadie.

Como siempre no sabia de que trataría el tema, tampoco que mi amigo Alejandro Prince sería de la partida, que en realidad no se trataba de una mesa sino de dos, que después le sucedería una cena en Million a la que finalmente no concurriría.

Pero bueno such is the life in the pampas. Una mezcla de improvisación y buenos deseos que como en este caso «dio certo» y todo fue bien sucedido. Aunque a la hora señalada éramos tres gatos locos, aunque en algún momento se pensó en invertir el orden de las exposiciones, aunque casi creimos que como pasó alguna vez solo íbamos a charlar entre nosotros mismos. Y de pronto en un santiamén 100 personas colmaron la sala.

A Derrick lo conocí presencialmente a fines de los 90. Habiendo leído y gozado sus dos libros publicados La piel de la cultura e Inteligencias conectadas en Gedisa, coparticipé de un panel con él y con el portador de apellido Eric McLuhan en una remota feria del libro en Buenos Aires. Después cruzamos impresiones y compartimos la visión de hermosas feminas en el Hotel Holiday Inn de Córdoba en el 2001 cuando Hugo Diamante intento evangelizar digitalmente a los empresarios nacionales.

Volvimos a vernos hace un par de años ya en educ.ar y también coincidimos en alguna reunión internacional como la CMSI en Túnez. Así que nos conocemos los pelos y las mañas, cada uno sabe en que anda y como ve las cosas el otro y lo curioso -y mas que agradable- es que cada vez que nos encontramos la pasamos mejor, no solo charlamos acerca de bueyes e ideas perdidas sino que compartimos cotidianeidades, recomienzos, viajes y amigos comunes aprovechando lo hermoso que es ir y venir, merodear y consumar, imaginar y concretar.

Se dice de él

Contrariamente a lo que algún mito fundacional dice Derrick no fue nunca ni el mejor ni el mas afamado de los discípulos de McLuhan -en esa época se acercaba mas a un drop out que a un groupie o a un fan y apenas alcanzó a traducir alguna obra del númen y siempre giró en su periferia. Su llegada a la dirección del celebre Programa Mc Luhan en Toronto surgió a partir de una combinación de casualidades y curiosidades que vale la pena refrescar para entender un punto o dos que los seguidores de Derrick desconocen y que quienes lo denostan deberían tener en cuenta.

McLuhan murió a fines de 1980. A mediados de ese año no pudo asistir a la entrega de un merecido reconocimiento que se le hizo en Toronto en medio de una multitudinaria reunión acerca del futuro en la cual coincidimos Miguel Grinberg, Heloisa Primavera y este coeditor.

Inexplicablemente y siendo que a esa altura McLuhan era uno de los pocos pensadores o visionarios canadienses de proyección mundial, la Universidad de Toronto dejo languidecer su cátedra y su Instituto, miró como siempre hacen los uniburócratas para otro lado y alegremente mató a la gallina de los huevos de oro declarando finiquitado el emprendimiento con la desaparición física del creador.

Aquí viene la parte mas divertida e inesperada de la historia. Porque no fue Derrick, ni ningún discípulo famoso el que forzó a revisar la decisión, a reabrir al instituto y a dar un salto cuántico en la reconstrucción de la visión de Mc Luhan y su prolongación valiosisima en el entorno digital.

Quien cumplió ese rol catalizador fue nada mas ni nada menos el propio Woody Allen (quien había incluido en a Mc Luhan en un papel cameo en Annie Hall) quien removió cielo y tierra hasta que los burócratas se dieron cuenta de la canallada que habían cometido y la imposibilidad de salirse con la suya.

Ya corría 1983 y la Universidad necesitaba poner al frente del programa a un académico de cierta prosapia. Fue así que el cargo le fue ofrecido a David Olson, nuestro reconocido autor de El mundo sobre el papel. Olson después de algunos titubeos finalmente acepto la pega y empezó a levantar el abandonado Instituto

Cuando ser director interino no es menor cosa

Pero la tarea era extenuante, la paga mas que escasa, los fondos que la Universidad otorgaba al proyecto eran mínimos y Olson quería dedicarse a menesteres mas académicos. Fue por eso que David que conocía a Derreck de larga data lo llamó, cuando éste estaba por establecerse con su familia y todos los cacharros en Europa por una larga temporada y lo tentó con el cargo de director interno.

Derrick no lo pensó ni un segundo, cruzó el Atlántico, algo que hace semanalmente (tiene tres residencias, aparte de la principal en Toronto, goza de una enorme casa en Niza y de un coqueto departamentito en Nápoles) y empezó la ímproba tarea de conseguir por afuera (igual como lo hizo Nicholas Negroponte en el Media Lab), lo que la universidad no le brindaba por dentro.

Fue así que en poco tiempo recaudó dos millones y medio de dólares, terminó con el ostracismo del instituto, recatapultó el nombre de Mc Luhan e inició una tarea de producción y divulgación de la cultura digital que cada día trasciende en mayores direcciones, potencia a becarios, genera publicaciones y sobretodo ayuda a difundir las ideas básicas del propio Derrick acerca de la sociedad conectada, la cultura electrificada y la convergencia creciente entre lo espiritual o lo energético.

Convergiendo en las pampas

Fue en ese marco que Derrick dio su charla del pasado viernes sucediendo a los aportes macros que comentó Alejandro Prince y a aquellos mas ligados a la ecología de las ideas que yo vertí en mi nueva estrategia shuffle, que busca en vez de seguir un orden jerárquico o analítico en las presentaciones dejarlo librado al azar de las palabras claves o de las ideas organizadas alfabéticamente que es el mas arbitrario de todos lo criterios imaginables para su presentación, pero no por ello menos creíble o apetecible.

Al día siguiente cenamos en La Unión en Juan B. Justo con Eric (después de un grotesco incidente con un policía que nos agarró de contramano en Gorriti) y allí abundamos en comentarios y pareceres. Le interesó mucho el devenir de educ.ar. Nos contó de sus clases en la Universidad de Nápoles, de su estancia de mas de 10 días en Chile incluyendo la ignota Talca, nos anunció su regreso en Marzo para asistir al Festival de Fin del Mundo que tendrá lugar en Ushuaia, y después de una mas que exquisita cena y de degustar un rico vino lo dejamos ya tarde en su hotel.

Antes Derrick había gozado enormemente de su inmersión en la Gay Parade, lo paseamos involuntariamente por medio Buenos Aires, le regalamos una visión de Palermo Hollywood en su momento pico y sobretodo anudamos una amistad que se asienta en cada viaje y que permite comprobar que con afines memeticos es posible hablar mucho mas alla de lo previsible y compartir una cotidianeidad mas que agradable y simpática.

Publicado enCrónicas

Un comentario

  1. Hola Alejandro: es maravilloso advertir en tu weblog que la naturalidad de tu persona es similar al modo en que escribes. Esa es una gran cualidad. Gracias por este weblog.

    Te confirmo que finalmente De kerckhove no estuvo en Ushuaia, aunque sí tuvimos la suerte, como imagino que sabes, de disfrutar en Chile, poco antes del 22 de marzo en Buenos Aires, del amable y gran intelectual, el sociólogo Hervé Fischer.

    Yo digo que cuando personas de este nivel visitan mi actual país, entonces la ciudadanía debemos sentirnos dichosa.

    La ignota Talca sigue despertando, va poquito a poco. Camina prudentemente por lo cual llegará a madurar responsablemente. Espero.

    Te paso fotos de Ushuaia, el Festival (1a. Bienal del Fin del mundo) fue realmente maravilloso. Sus gentes innimaginablemente hospitalarias y bondadosas.
    http://picasaweb.google.es/lucia.amoros
    Cariños, Lucía

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