¿La Guerra es un Medio o un Fin?
La Guerra nos puede. Para muchos es la encarnación del altruísmo extremo y de la defensa del interés del colectivo. Para otros es apenas un mecanismo psicopático inventado por unos pocos para cada tanto renovar el pool genético gracias, a la carnicería a la que somete a millones de otros seres humanos en pos de una supremacía racial, étnica o cultural.
Cada tanto hay empero tesis y libros que tratan de salirse de la visión instrumental de la guerra y le buscan una justificación filosófica. En estas lecturas la guerra es un medio para un fin superior. Trátese de la culminación de la política por otros medios en la visión de Clausewitz o bastante retorcidamente, como es el caso de Matanza y Civilización Batallas decisivas en el auge de la civilización occidental. FCE, 2006 de Victor Davis Hanson de proclamar a través de una de sus modalidades mas destructivas e implacables, la guerra total, la forma de imposición de una civilización privilegiada.
Porque la tesis básica de Hanson, famoso en el mundo académico por este voluminoso tratado acerca de la guerra y la civilización publicada originalmente en el 2001 y recién traducido al castellano por FCE es concreta y monocorde -y reiterada hasta al hartazgo en cada uno de los capítulos-.
La dominación militar de la civilización occidental iniciada por los griegos en Salamina el 28 de septiembre 480 AC, continuada en Gaugamela (el 1ro de Octubre de 331 AC), pasando por la carnicería de Tenochtitlan entre Junio 1520 y Agosto de 1551 hasta llegar a la batalla de Midway (4 al 6 de Junio de 1942) incluyendo varias derrotas estridentes como la de Cannas (2 de agosto de 216 AC) o la ofensiva del Tet (a principios febrero de 1968) ha sido el resultado de ciertos rasgos claves de la cultura Occidental.
Guerras asimétricas y devastadoras
Congruentemente la principal preocupación militar de cualquier ejército occidental ha sido otro ejército occidental. Pocos griego murieron en la batalla de Maratón (490 AC), pero varios miles cayeron en los enfrentamientos que posteriormente tuvieron lugar en Nemea y Coronea (394 AC), porque allí luchaban griegos contra griegos.
En las Guerras Médicas (490-479 AC) cayó un número de griegos relativamente reducido. En cambio la Guerra del Peloponeso (431-404 AC) un conflicto intestino entre los propios Estados griegos, fue un atroz baño de sangre. El propio Alejandro mató a mas europeos en Asia que los cientos de miles de persas que lucharon al mando de Darío III.
Las guerras civiles de Roma estuvieron a punto de arruinar la República, algo que a Anibal le quedó muy lejos. Waterloo, el Somme y la Playa de Omaha (inmortalizada en esos 10 minutos iniciales horrendos en Salvar al soldado Ryan de Steven Spielberg) confirman el holocausto que se produce cuando un occidental ataca a otro occidental.
Hanson sabe de que esta hablando y se da el lujo de comparar su obra con otros estudios sobre batallas como Las Quince Batallas decisivas de la historia de sir Edward Creasy un clásico de 1851, o Batallas Decisivas desde Waterloo de Thomas Knox o Batallas decisivas del Mundo Occidental: de Salamina a Madrid (1985) de J.F.C. Fuller.
La guerra total como factor explicativo
En esas y decenas de obras parecidas se apunta generalmente a demostrar que la civilización occidental o dependió de un pelito (del valor o del azar del resultado de una batalla, las probabilidades humanas que se oponían a las corrientes fatalistas de la historia), o se estudiaba a las batallas porque se las consideraba dignas de un análisis ético y moral
Hanson empero no se dedica al género decimonónico de las grandes batallas ya sea para revelar lo que sucedió en las horas decisivas de la historia o para establecer algún postulado acerca de la gallardía de la guerra.
Para él la guerra implica una cristalización cultural, en la batalla los principios mas sutiles y ocultos de una sociedad adquieren un carácter explícito y acerado y con una impiedad y resolución desconocidas se aplican a una sola finalidad, el asesinato organizado. Las batallas decisivas elegida lo fueron no tanto por su importancia histórica sino porque descubren de que modo combate una sociedad. ¿Qué precio está dispuesta a pagar por su continuidad histórica y cuanta certeza tiene en la extensión de sus privilegios y mirada del mundo?
Nueve Batallas y una sola idea
Compositivamente esta obra, mucha mas rica en el detalle y en la selección de ejemplos, en la descripción de los actores y en el inventario de las acciones bélicas, que en sus tesis ordenadoras y que en sus supuestos conceptuales está estructurada en tres partes con sendos subtemas: Creación (dedicada a las batallas de Salamina (480 AC; ciudadanos libres), Gaugamela (331 AC; la batalla de aniquilación final) y Cannas (216 AC; militarismo cívico), Continuidad (donde se analizan las batallas de Tours/Poitiers (732; infantería), Tenochtitlan (1521; tecnología y razón) y Lepanto(1571; capitalismo) y Control (donde se da cuentan las acciones que tuvieron lugar en Rorke’s drift (1879; disciplina), La batalla de Midway (1942; individualismo) y La ofensiva del Tet (1968; disenso).
Según Hanson cada una de estas batallas ilustra un rasgo distintivo de la maquina de dominación y aniquilación total que es lo propio de la guerra de exterminio y devastación occidentales. Para Hanson -algo de lo que no s ejacta peor de algún modo le complace- los occidentales somos matones ilustrados.
Como Hanson no carece de vuelo literario sus descripciones de las carnicerías y la desproporción entre la capacidad de asesinar de Occidente y la foránea marca los momentos mas llamativos (y al mismo tiempo mas criticables) de su obra.
En una escena memorable de La guerra de las galaxias en el preciso momento en que un planeta entero es destruido por el rayo de la muerte de Darth Vader Obiwan Kenobi exclama consternado «I felt a great disturbance in the force. As though millions of voices cried out in terror, and then suddenly silenced«.
Cuando la admiración es otra forma de la justificación
Esa misma sensación de consternación (en vez de la admiración fascinada y cierta alegría de estar del lado de los buenos de la película que aflora en muchos pasajes de la obra de Hanson) es la que sentimos nosotros cuando recorremos morosamente el libro.
Así nos llena de espanto enterarnos que en Salamina en nombre de la libertad occidental 40.000 marineros persas se ahogaron y murieron a las pocas horas de iniciarse la batalla junto a sus 200 trirremes hundidos finalmente en el fondo del golfo de Egina en las cálidas aguas del Egeo.
Y qué decir de los 50.000 súbditos persas que fueron exterminados en cuestión de horas también alanceados y descabalgados por la espalda en una carrera para alcanzar la salvación a través de las llanuras del valle del alto Tigris – en esa ocasión quinientos persas murieron por cada macedonio, asi como en Kuwait murieron decenas de miles de iraquíes por cada marine.
Y a pesar de que los caídos fueron monstruosamente ocasionalmente del bando occidental, tampoco nos alegra mucho que en el espacio de 24 meses desde su descenso en los Alpes en octubre de 218 AC hasta la carnicería de Cannas el 2 de agosto de 216 AC, Anibal haya matado o capturado en batalla unos 100.000 legionarios romanos (un tercio de las tropas operativas romanas)
Y que decir del millón de muertos que les costo a los Mexicas la campaña de dos años durante la cual Cortez hostigó y finalmente derrumbó al imperio azteca, siendo que de los 1600 hombres originales que comenzaron la conquista finalmente solo perdió a 1.000. Sin contar que como estrategia querida o no, una combinación de viruela, sarampión, peste bubónica, gripe, tos ferina y paperas diezmó una población original de 8 millones de habitantes dejándola por debajo del millón y medio, medio siglo mas tarde.
La forma de producción bélica de Occidente
La tesis central de Hanson es que las civilizaciones no occidentales pueden ganar ocasionalmente alguna batalla mayor a Occidente pero que todas las guerras en las que estuvo presente le arte de la guerra occidental terminó inevitablemente imponiendo su primacía.
Según Hanson lo que la lectura de estas batallas (y muchas otras mas que podrían servir de ejemplo o de escarmiento) nos debería dejar es una sensación de deja vu, la extraña idea de que falangistas, legionarios, soldados con cota de malla, conquistadoras, casacas rojas, GI y marines comparten ciertas ideas básicas acerca de como se libran y se ganan las guerras.
En ninguno de los ejemplos aquí estudiados puede decirse que la victoria occidental fuera consecuencia de una inteligencia superior innata, de la moralidad cristiana o de algún tipo de particularidad religiosa o genética.
Hanson tampoco dice que Occidente sea mas moral (en general es mucho mas sanguinario) que sus enemigos. Tampoco que su poder está en la tecnología en si misma. Lo que admite ninguna discusión es que las guerras tal como las llevaron a cabo los occidentales siempre terminaron en masacres caracterizadas por un poder de devastación y una crueldad sin limites al momento de definir al suerte de las batallas.
Explicaciones que se dicen irreduccionistas pero que terminan siendo reduccionistas como la peor
En lo que en principio aparece como un explicación irreduccionista, Hanson rechaza las explicaciones raciales de esta preeminencia militar. Del mismo modo niega las explicaciones ecológicas propuestas por un Jared Diamond tal como éste postula en Amas, Gérmenes y Acero, donde Diamond plantea que el desarrollo agrícola y la complejidad son función del clima. En este tipo de enfoques la explicación no está centrada en la humanidad sino mas bien en los recursos escasos, la geografía y el clima mas o menos benignos y la disponibilidad de comida y abrigo.
Por el contrario en la propuesta de Hanson los valores occidentales tales como la libertad política, el individualismo, la democracia, la investigación científica, el racionalismo y las formas abiertas de discusión combinadas y aplicadas a las estrategias bélicas convierten a Occidente en imbatible en su propio terreno y en una fuerza de conquista formidable en los ajenos.
Hanson no es un autor menor. Ostenta en su bagaje mas de 15 libros dedicados a estos temas entre los cuales descollan The Western Way of War, Warfare and Agriculture in Classical Greece, The Soul of Battle, Hoplites: The Classical Greek Battle Experience Why the West Has Won y el mas reciente de todos An Autumn of War. What America Learned from September 11 and the War on Terrorism publicado en agosto de 2002.
Como pasa muy comúnmente-y en ejemplo de hanson lo corrobora- la historiografía se trasviste demasiado fácilmente en política, el análisis supuestamente frío y distante se nutre de las pasiones mas extremas y dado que el libro tuvo su primer edición apenas unos meses anteriores al ataque del 11 de septiembre, no extrañó a nadie que poco después fuera reeditado con un epílogo que curiosamente no figura en esta edición, convirtiéndose en un best-seller.
USA uber alles
Porque el mensaje final de Hanson no deja dudas, Estados Unidos prevalecerá en la guerra contra el terrorismo, por el mismo motivo que los occidentales ganaron todas las decisivas batallas anteriores contra los bárbaros. Y aunque no queremos acudir a la psicohistoria es bastante interesante hacer un breve recorrido por los datos biográficos y políticos de Hanson para reponer su monumental obra en una perspectiva mas personal e ideológica que la tesis machacona de la superioridad cultural de occidente.
Basta hojear su obras mas reciente, en especial la ya citada An Autumn of War compuesta generalmente por ensayos publicados previamente en National Review Online para detectar la inclinación del historiador, su total alineamiento junto a Bush y la defensa de los intereses occidentales en la forma mas cruda y burda que se pueda hacer, confundiendo banalmente los intereses de nuestra civilización con las políticas suicidas e irracionales del señor Buch, la empresa Halliburton y sus ideólogos del Pentágono.
No, decididamente una civilización capaz de masacrar concienzudamente a sus rivales, de generar estos terrorismo de aniquilación no puede justificar su dominación en 3 párrafos escudándose en las nociones de individualidad, racionalidad, tecnologización y civismo. Habrá que buscar por otro lado y mas alla de tanto simplismo y ramplonería, mas alla de las bellas descripcioens y del astuto encofrado montado para defender una tesis por demeas endeble.
No sé sobre qué datos se basa Hanson para sostener loq ue dice. Pero en el caso de la campaña de Cortez en México, independientemente de su ánimo despiadado de conquista, la verdad es que casi todo su ejército estaba compusto por grupos indígenas que aniquilaron a los mexicas en represalia por lo que estos les hicieron a ellos. Tomaron a Cortez como aglutinador para vengarse de los mexicas. Lo mismo puede decirse de Pizarro quien tuvo la fortuna de desembarcar en el perú en el contexto de una brutal guerra civil por el poder del imperio incaico entre Huascar y Atahualpa.