Sobreexpectativas y subrealidades. Pero al vesre también
Como nuestras sobreexpectativas frente a lo que sucederá son tan grandes, como hemos visto y leído tanta ciencia-ficción, como estamos hartos del vaporware y nos cuesta imaginar lo distinto cuando algo realmente sorprendente, llamativo o excepcional frente a un hecho, un dato, un aparato, una experiencia o una idea ocurre (en el plano conceptual, del prototipo, pero mucho mas de la implementación) generalmente caemos en el estado opuesto y no lo percibimos como debida magia y disrupción.
A menos que tengamos la neurona entrenada, a menos que hayamos afinado lo suficiente el diferencial, a menos que sepamos contrastar y articular debidamente la mirada de lo nuevo junto a la latencia de lo viejo y el pulso del porvenir. Tareas nada fáciles es cierto y para la cual no nos prepara ningún master, ni la lectura de parvas de libros, ni mucho menos ejercicios no muy felices de múltiple choice o de redacción de monografías universitarias pacatas y adocenadas.