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La saludable y olvidada costumbre de escribir

Durante casi 12 años escribí casi a diario estas editoriales y a partir de este farragoso fluir de la conciencia emergieron libros enteros, capítulos a granel, cursos y conferencias, lamentaciones (pocas) e hipótesis (a raudales).

Curiosamente mi entrega total al proyecto educ.ar/Encuentro en los últimos meses han golpeado duro mis ganas de escribir y me están sumiendo en un exilio lingüístico difícil de tolerar.

Por eso aprovechando un hueco entre la entrega final de un informe que me ha tenido a mal traer en las últimas semanas (y que mañaná será ineluctablemente enviado) y la amansadora que es la gestión día a día aquí me pongo a cantar al compás de la vihuela.

Curiosamente mis últimas semanas han estado dedicadas mas que nunca a la lectura en papel y no en las pantallas. Por motivos de los mas pueriles he tenido que sacar la inmensa pila de diarios que estaba sobre el viejo lavarropas y hacerlos desaparecer. Aunque siempre vuelven.

Metiendo el hocico entre tanto Fishwrap siempre se encuentra alguna nota amena, algún escándalo que habíamos perdido de vista, alguna noticia de esas que nos sacuden mas y el listado no termina nunca.

Por algún mecanismo incomprensible cada día hojear el diario matinal se me parece cada vez mas a la navegación sin ton ni son de la red. No tanto en la deriva libre que ésta hace posible sino en la ensalada de temas y cuestiones que siempre vienen en un diario.

Porque dar vuelta la página es comprarse un nuevo mundo. ¿Qué tiene que ver la manipulación de los índices de precios del Indec con la guerra entre La Policía Aeronáutica y la Aduana?, ¿qué tiene que ver la repatriación de cerca de 500 científicos en los últimos 4 años, con un comentario ditirambico sobre la película Imperio de David Lynch?

Los cortocircuitos mas asombrosos se producen en el tiempo récord que tarda dar vuelta las páginas. Es cierto que un click no se le niega a nadie y que el empaquetamiento de los temas y las cuestiones que se ven en los diarios se acerca tanto a ese palimpsesto medieval que seria una pena perderlo.

Claro que no es lo mismo un editor ajeno que serlo nosotros propios. Por supuesto que el ordenamiento de las secciones no tienen nada que ver con nuestras folksonomies. Obviamente el sesgo editorial e ideológico corrompe toda posibilidad de justicia o aleatoriedad en el tratamiento o la selección de las noticias.

¿Y aun así será tal vez que estamos tan acostumbrados a navegar que ahora por mas que el diario venga todo armadito igual lo navegamos nosotros? ¿Sera esta una de los usos a los que nos acostumbraron las leyes de los medios de McLuhan o la noción de remediacion de Bolter y Grusin?

Algo queda claro mas alla de la discusión aparecida ayer en la revista Ñ acerca de Roberto Bolaños convertido en el mas grande escritor del ultimo medio siglo, independientemente de las escaramuzas infinitas acerca del canon y fuera de toda discusión acerca de oropeles literarios y bambalinas cognitivas, algo queda cierto.

Hojear diarios es uno de los placeres supremos. Igual o tanto como navegar vanamente por la red. Pero bueno la hacemos corta porque en minutos nos vamos a Ezeiza nuevamente a tomarnos un avioncito que nos llevará a Panamá y a Guatemala por un dia o menos en cada país. Bye hasta mañana AP.

Publicado enHipertxt/LectoescritReveladores

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