Plata Dulce en Manhattan
Libros sobre Wall Street hay unos cuantos y los mas importantes y valiosos (como Liar´s Poker de Michael Lewis y When Genius fails de Roger Lowenstein) son profusamente citados al cierre de esta saga escrita por el joven periodista argentino radicado en Nueva York Hernan Iglesias Illa.
Pero si esta obra tiene un valor especial, no es tanto por dedicarse a un tema que hace mucho concita el interés y la envidia de muchos millones de argentinos, cual es la plata dulce que embolsan los traders, los brokers, los banqueros y los analistas que habitan ese mundo inmarcesible y siempre soñado que ocupa las manzanas presididas por un toro, sino algo mucho mas interesante y difícil de desentrañar, cual es el rol jugado por los chicos dorados en la década maldita menemista y mas específicamente aun su rol -si es que les cupo como cree el imagianrio colectivo- en la caída de la convertibilidad.
Porque esa es la obsesión de Iglesias Illa, quien en un tour de force interesante a varias puntas con un resultado en general positivo y valioso y con algunas pifiadas no menos llamativas, teniendo en cuenta el asesoramiento con el que contó y la especial factura de su libro que fue premiada como el mejor proyecto a armar por el Premio Crónicas Planeta/Seix Barral en el año 2006 y para cuya factura le adelantaron la nada menor cifra de 20.000 dólares, dice tanto del objeto en cuestión «vida y muerte del Dasein para la ganancia fácil«, como de la desesperación de un pichón periodista por resolver una ecuación de vida o muerte, tal como el mismo se plantea al medio de su libro: ¿quién es mas real Riquelme o Macaya Marquez?, ademas de reiterar la frase (no queda demasiado en claro si critica o autocomplacientemente) de que cualquier periodista que se precie no puede dejar de recordar la indispensabilidad del periodismo.
Jugando al futbol con el enemigo
Hay varios planos en los que se mueve Illa y su trabajo tiene muchos ribetes interesantes ligados básicamente a su elección del método trabajo cual fueron las entrevistas en profundidad -incluyendo compartir partidos de futbol- a decenas de involucrados directos en lo que es el valor agregado de su trabajo: los 300 argentinos que en forma permanente y hasta hace poco tiempo atrás nomas fungieron como la creme de los traders y los banqueros y los analistas en Wall Street.
Los testimonios son muchas veces antológicos, el conocimiento profundo del entorno cultural, de la forma de pensar y operar, de la construcción de la cotidianeidad es lo mas rico y fascinante del trabajo. Los capítulos mas logrados están enteramente armados a partir de los testimonios de esos centenares de compatriotas que desde fines de los 70 y principios de los 80 con Daniel Canel a la cabeza se adueñaron del negocio latinoamericano de los bancos de inversión, después del grifo de dinero para AL y terminaron siendo árbitros y sumos sacerdotes de las crisis latinoamericanas, hasta coauspiciar con el default argentino.
Y el regusto fantástico esta generado básicamente por las estrategias y recursos propios de la narrativa de ficción con larguísimo párrafos escritos en primera persona y dichos por los propios protagonistasIlla hizo bien su trabajo y descubrió decenas de nombres que ninguno de nosotros, que nos creemos bien informados, jamas habíamos oído mencionar. Porque si bien hace referencias laterales a algunos personajes conocidos (también ellos Golden Boys) como Alfonso Prat Gay, Martín Redrado- y Daniel Marx (no casualmente los tres habiendo estado de los dos lados del mostrador) las historias que hilvana puntillosamente y que generalmente comienzan con un encabezamiento tan nuestro como… Canel, hijo de de un mecánico de autos con taller propio y una ama de casa, nació y creció en Congreso.. fue al Don Bosco, un colegio de curas, jugo mucho al fútbol, trabajo mientras estudiaba economía en la UBA ya los 23 a nos entro en J.P.Morgan…. son numerosas y representativas.
Una época heroica que no volverá
Así revisando las distintas décadas, además de ver evolucionar los negocios, ir detectando su complejidad creciente y ver subir al pedestal de los ganadores a los intuitivos y aguerridos argentinos hasta perder finalmente la partida doblemente, frente a la quita de la deuda con la consiguiente desaparición de la Argentina de los mercados emergentes en la era kirchnerista y correlativamente la sustitución de los argentinos listos, verborrágicos, elegantes, displicentes post-ideológicos y básicamente cancheros frente a los matemáticos provenientes de China, India y Rusia especialistas en derivados y tecnicas cada mas mas abstractas para generar plata con el mínimo de riesgo y donde la contabilidad creativa es el grado 0 de la imaginación.
En capítulos densos que combinan esos testimonios invalorables de primera mano con lecciones de economía general y con aclaraciones permanentes acerca de la evolución de la macroeconomía argentina -algunas veces tediosas y reiterativas-, Illa hace desfilar a personajes desconocidos como Ramiro Perez, Luis Blaquier, Pablo Pereyra Iraola, Martin Benegas Lynch, Ignacio Alvarez de Toledo, Roberto Ruiz, Raul Ponte, Carlos Agote, Marcelo Blanco, Federico Eisler, Federico Carballo, Carlosd el Carril, Guido Mosca, Raul Ponte, Pablo Calderini, Miguel Gutierrez, Jorge Jasson, Juan del Azar, Gustavo Dominguez, David Sekiguchi y tantos otros mas.
El libro esta escalonado por historias y personajes norteamericanos y otros extranjeros particularmente interesantes, como Martin Schubert -el Llanero Solitario neoyorquino, tapa de Forbes de 1987- que co-invento los swaps y guió y formo a muchos de los nuestros, y muy especialmente por Nick Rohatyn y muchos talentos financieros de estos quilates que sirvieron de modelos y de ideales de identificación para los centenares de argentinos que se hicieron la Wall Street -muchos de los cuales después volvieron a la Argentina y hoy viven paradisíacamente en la zona Norte.
La vida cotidiana de los millonarios jovenes
Los capítulos que mas nos encantaron del libro de Illa fueron obviamente los dedicados a rastrear y reconstruir la vida de los argentinos en USA en particular Little San Isidro donde se releva ese centenar de familias permanentes que se afincaron en Greenwich (Connecticut) uno de los 5 condados mas ricos y caros de USA, y en menor medida Patota de Manhattan, donde cuenta las albures de quienes prefirieron quedarse del otro lado del río en Nueva Jersey.
Escuchar las autojustificaciones de estos Golden Boys cuyo lema podría haber sido perfectamente el que Dalila Puzzovio y Eduardo Gimenez colgaron en el Buenos Aires de los 60 como distintivo de la generación di Tella «¿Porqué somos tan geniales?«, tomar nota de que para ellos sus convicciones mas íntimas no deberían ser tildadas de ideológicas, cuando son tan ideológicas como cualesquiera, y sobretodo deber entrar en un diálogo de que apostar en contra del país buscando defender la maximización de su bono, era tan solo una decisión técnica y no una elección de vida, llama la atención y pone en cuestión la credibilidad de sus razonamientos y exhibe un doble discurso que Illa trata de suavizar o directamente anular pero que se trasluce permanentemente y que muestra la arista mas débil el recorrido hecho por el becario.
Porque yendo al meollo del asunto Illa cree haber un hecho un camino difícil pero sincero que le permitió salirse del maniqueismo que veía a los Golden Boys y a Wall Street como los malos de la película, proponiendo una tercera posición equidistante fuera de toda teoría conspirativa, y saldando cuentas con individuos que mas alla de sus buenas o malas intenciones no habrían actuado concertadamente, ni habrían respondido a ninguna directiva malvada o nefasta responsable de la caída estrepitosa en el default argentino.
Ni tan buenos ni tan malos como los creíamos o como nos los quieren hacer creer
Al final del libro Illa retoma unas columnas de Marcelo Bonelli publicadas en Clarin en Agosto del 2007 en donde sobresale esta versión maniquea, e interroga a uno de los mas grandes traders de todas las épocas como es Alberto Ades quien se ríe despiadadamente del periodista económico local y sostiene que la actitud de Bonelli de ver fantasmas corporativos donde no los hay, es apenas una estrategia comercial de autobombo y promoción de la resistencia contra el dragón corporativo que segun los progres argentinos -anche economistas- anidaría en Wall Street.Cuando Illa empezó el trabajo quería descubrir si era cierto que Wall Street era el cuco que la mayoría de los argentinos creemos que es.Los argumentos en danza estuvieron mas que desarrollados en el Libro de conversaciones entre Ernesto Tennebaum y Claudio Loser que en su momento reseñamos y que nos pareció un monumento a la incomprensión mutua. (Ver Dos monologos de sordos. Enemigos que no son tales)
Maniqueismos de distintos colores
La gran cuestión es saber si después de todo el trabajo que se tomo Illa estamos en mejores condiciones de entender el papel jugado por los 300 argentinos muchos de los cuales shortearon los bonos argentinos (es decir los vendieron y hundieron conscientemente en el 2001 con el resultado conocido a sabiendas de que bajarían de precio en cualquier instante y con ese mismo gente convirtieron en realidad la profecía de autocumplimiento) en la caída del modelo de convertibilidad.Asi mientras les dio decenas de paginas a los traders, banqueros y analistas, tambien tuvo tiempo para hablar con algunos ex-funcioanrios menemistas y alfonsinistas y tambien en particular con Domingo Cavallo que le parecio un autista sin remedio -con suma razon.Lo curioso de la estrategia de Illa es que al dar vuelta la vision tradicional de que un grupo de ambiciosos e inescrupulosos especuladores no tuvieron empacho en hundir a su pais con tal de salvarse ellos (algo parecido dice Loser en Enemigos exculpando de este modo a los personajes del FMI y resolviendo todo en un individualismo metodologico al peor estilo popperiano), Illa termina haciendo lo mismo en sentido inverso.
La crisis argentina fue multideterminada. Difícilmente podamos adscribirla enteramente a la apuesta en contra de los traders, los banqueros y los analistas argentinos instalados cómodamente en Wall Street y desesperados por vivir la vida loca alla y la vida tranquila acá cuando se retiraran. Por eso el ejemplo de la Pagina 228/9 cuando un trader le dice a su broker «(..) No se que hacer. Si reventamos esta posicion hacemos concha el mercado» sin animarse o sin hacerlo finalmente debemos verlo como el extremo o como la excepción que confirma la regla. No como una conducta generalizada.Pero no menos cierto es que ellos eran los mercados, esa frase grandilocuente con que hasta entrada la era Kirchner los gurues locales, muchas veces empalmados o a cuenta de los grandes bancos que empleaban a los golden boys (desde el mítico J.P.Morgan, pasando por Merril Lynch, UBS, Credit Suisse, Citibank, Deustche Bank y Chase) atizaban el cuco del riesgo país, se llenaban de plata mientras el pais explotaba en pedazos.
Los ausentes análisis topológicos y netológicos Hay que darle las gracias a Illa por haberle puesto nombre y apellido a ese fantasma de los mercados. Es interesante haber recogido una visión psicológica de esos millonarios jóvenes que con su temeridad y su desapego se llenaron de plata mientras el país iba a la ruina, aunque ellos no lo buscaran o quisieran. Pero imaginarlos tan inocentes y desafectados, suponer que sus pobres teorías de la ideología justificaban su disociación entre ciudadanos y oportunistas, e ignorar la dimensión topologica, reticular y fundamentalmente endogamica de sus relaciones, con el poder financiero internacional y con un talento que era valorado infinitamente por sus jefes locales y que ellos vendían al mejor postor, no les limpia el karma ni les salva el alma.
Por otra parte Illa pasa por alto los escandalos financieros de la época que involucraron a muchos de estos bancos, fondos e instituciones que supuestamente estaban mas alla del bien y del mal. Y si un par de capitulos deja bien mal parados a estos aparentes buenos muchachos son los finales dedicados al grupo Varenike y a shortear a la Argentina en donde el hundimiento del país se había decidido a principios del 2001 mientras Cavallo se sumaba a la fiesta y ayudaba con su miopía y fantasías rayanas en lo psicopatia a desatar la catástrofe.
Illa insistió hace poco en ADN La Nacion que un buen libro de periodismo de investigación no debe hacer enojar a los lectores. Yo hace rato que estoy enojadisimo con lo que paso en estas ultimas décadas y si bien su libro me muestra costados y aristas fantásticas de la vida cotidiana de estas pelusas en el ombligo de las finanzas globales, me parece que haberse sacado de encima el abrazo del oso de las explicaciones reduccionistas de cuño economicista o sociologista ha llevado este vez el fiel del otro lado del psicologismo y del individualismo.
Por eso necesitamos aun otros recortes y lecturas, mas estructurales, mas reticulares mas topológicos. Quién se ocupara?
Algunas referencias
http://www.palabrasmalditas.net/portada/
index.php?option=com_content&task=view&id=578&Itemid=4
http://www.clarin.com/diario/2006/04/29/sociedad/s-06001.htm
Me parece que el no concordar con parte del contenido del libro, te hizo perder imparcialidad en el análisis.
Llamás pichón de periodista a un periodista de 34 años, que trabajó en la redacciones de diarios de tres países distintos (Argentina, España y EE.UU.), además de colaborar con medios de estos países y México, y que además tiene estudios de grado y posgrado en comunicación… También lo llamás becario. Era becario quizás antes de escribir el libro, después es escritor, periodista, cronista, autor o como quieras llamarlo, pero no becario.
Qué bueno que quedó el rediseño!!!!!
Alejandro,
Quería saber cuáles son las pifiadas que comentás.
Aún no termino el libro pero de verdad me interesaría conocer tu opinión sobre en dónde la está errando.
Es bastante narrativo-descriptivo de hechos (gran parte de los cuales son incluso contados por los mismos protagonistas).
Pero lo que sí veo es lo que vos también comentás: un juicio de valor un poco ambiguo de parte del autor de ciertas cuestiones morales.
Saludos y muy bueno el blog.
Abel
…libro sta en ingles ??
is the boock in inglish?
Daniel Joaquin Canel vivia en Caballito , nunca en Congreso.
Hicimos unas cuantas materias juntos en Economicas y despues le perdi el rastro.
daniel canel trabajo conmigo en el iose y estudiamos juntos en la uba.
graciela tiene razòn, daniel vivia en caballito en la calle Rojas y su papa era taxista. Daniel tenia claro lo que queria desde siempre y cuando entro al Morgan con su mezcla rara de «calle» y conocimientos del mercado se los comio a todos crudos……
Daniel trabajo conmigo en el Iose y en Arfina compañia financiera de la familia Soldati vivia efectivamente en la calle Centenera hincha de San Lorenzo muy amigo de Gustavo Marchesini comparti con el tiempos de contaduria en el Iose con tipos como Ferrace Hector Gatario Carlos y otros con los que teniamos un gran equipo de futbol donde el era un diez exquisito
Aldo si no me equivoco vos jugabas de 5 no me acuerdo tu apellido y vos graciela si sos la negrita que yo conoci y que compartiamos escritorio con la colorada de jefa escibanme haber si podemos vernos alguna vez a mamaciel06@gmail.com o a mbconsultora@ciudad.com.ar
se nota que no podés leer el libro sobre esta gente más allá de tu prejuicio. No fueron buenos ni inocentes, pero el libro tiene el valor de ponerlos en un lugar más parecido al que tuvieron: engranajes de una maquinaria que hubiera funcionado con o sin ellos…si bien decís que no, abonás las teorías conspirativas…una lástima.
Suponer que una máquina preexiste a los actores (como la machina ex deus) de los griegos, es tan conspirativo como suponer que estos actores reales crearon esa máquina.
En ambos casos la ineluctabilidad o inevitabilidad parece ser la norma.
Me gustaría saber si existen Golden Boys en otras economías (ahora que se caen a peazos) y si esos Golden Boys apuestan tan cinicamente a la caída de su país, porque eso les engrosaria en forma tan astronómica sus bolsillos.
No quiero creer que hay alguna GEN argentino (como dicen el anodino de Jorge Lanata), que fabrica Golden Boys argentinos, para que sirvan de modelo para el mundo. En este momento los bancos españoles estan desesperados por contratar expertos argentinos en corralitos y otras técnicas tan creativas para la defensa de sus intereses corporativos (en contra de sus clientes).
Sin embargo muchas veces identificarse demasiado con sus protagonistas también tiñe al autor.
El ensayo fue uno de los que mas me gusto en los últimos tiempos. Solo que me parece que Hernan no consiguió tomar mas distancia de los dueños de la Argentina.
Yo no creo en conspiraciones, si creo en gente -generalmente unos pocos centenares o miles en cada pais y en el mundo- que con sus decisiones (consciente so no, deliberadas o no) hunde o abre mundos. Curiosamente personajes como Bush, Soros, Madoff y los 30 ladrones de Wall Street pertenecen a la primer categoría. Si queres dame vos ejemplos de la segunda. O major explicame que los primeros no pertenecen a la categoria que yo supongo.
Saludos y Gracias
Aldo,
Francamente, sin ser antropólogo ni sociólogo, no creo que exista un gen argentino del tipo que comentás.
Sí, en cambio, estoy convencido que el hombre en general tiene tendencia a la codicia.
Tendencia que sin una adecuada formación, y ante situaciones de cierto poder, les es más dificil dominar o encauzar hacia fines más constructivos.
Saludos,
Abel
Daniel Joaquin Canel es mi padrino y un crack como persona y lo digo en todos los sentidos. Nunca lo vi jugar, pero mi viejo siempre me dijo que fue un gran numero 10. ES HINCHA DE BOCA. Muchos tiene razon, vivia en Caballito y sobre la calle Rojas, a unas pocas cuadras de Primera Junta. Fue al Don Bosco con mi viejo, y toda su familia fue y sigue super honesta. (Que por cierto son de Rosario).
Si bien algunos datos estan mal siempre me conto anecdotas de cuando laburaba en Manhattan para el Morgan y me entretiene muchisimo, voy a comprar el libro a ver de que mas me entero.
Por cierto, las anecdotas que tiene con sus amigos de facultad, colegio y futbol son las mejores lejos. Creo que se podrian hacer tomos de esos cuentos.
saludos
El argentino que más se destacó en Wall Street fue un argentino, rosarino: Pablo E.Calderini. Bajo perfil y ponderado por su inteligencia. Renunció de su funciones en el Deutsche Bank y está asociado al Graham Capital.