¿Otro loco de los Museos?
Siempre me gustaron los museos, aunque muchas veces deploré las versiones exageradamente minimalistas y hasta casi paupérrimas que caracterizan a los nuestros.
Mas de una vez fuí al Museo de la Plata, y también en un par de ocasiones fui al Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia en Parque Centenario, incluso en una variante extravagante una noche, cuando las huestes multimediales de la Universidad Maimónides lo convirtieron en una plataforma de experimentación, combinando el supuesto poder exploardor de las nuevas tencologías utilizando la dimensión histórica del Museo como pantalla, aunque bien podría haber sido al revés.
Hay excepciones a la pobreza museística local y en un lugar destacado esta el Museo Paleontológico Egidio Feruglio en Trelew, que me deslumbró en el 2000 y que revisitado en el 2008 seguia preservando su encanto y calidad de entonces.
Esas inconmensurables distancias infraestructurales
Claro la distancia entre ellos y nosotros no es abstracta, y se evidencia con una fuerza suprema cuando de infraestructura se trata. Y los museos para cumplir con su función (mutante es claro como bien lo expresó Nelly Decarolis, Presidente del >Comité Internacional para la Museología (ICOFOM), en su charla inaugural Museos, Museología y Nuevas tecnologías en la era de Internet, en la Jornada Comunicación y Nuevas Tecnologias. Su aplicación en Museos y Centros Culturales, a la que asistí el pasado viernes) necesitan de una enorme infraestructura, que es la que hace en gran parte la diferencia.
Porque la distancia que hay entre el Museo del Hombre del Palais de Challiot en París y los nuestros, es semejante a la que hay entre el Exploratorium. : the museum of science, art and human perception de San Francisco o el Parc de la Villete en París y nuestros museos interactivos. Abismal, inconmensurable, indescontable.
Por eso conviene no confundir los tantos. Y mejor no hacer comparaciones ridículas, y mas bien centrarnos en dimensiones mas micros de la museística, mas ligado a los afectos y, sobretodo, al color local, a nuestra historia, a nuestras comunidades imaginadas.
Lo bueno de lo nuestro y lo bueno de lo suyo que no es lo mismo, pero a veces se parece
Así de los últimos que visité me encantó el Complejo Museográfico Provincial «Enrique Udaondo», que brinda un panorama bastante convincente de la locura rosista de la época. También me sigue gustando el Museo Casa histórica de la Independencia de Tucumán con su recreación de jornadas épicas. Recientemente estuve en el Museo de la Estancia Jesuítica de Alta Gracia – Casa del Virrey Liniers, bastante rejuvenecido, y también me gustó como recreación (con los pocos recursos que tenemos) de nuestro pasado, tan olvidado y tan necesitado de guiños y de puestas en resonancia.
Así que sin ser un loco de los museos, y con un gusto mucho mas enderezado hacia lo high-tech que a la madera, a lo que vendrá que a lo que fue, a las tecnologías del futuro, que a las de la memoria, mas de una vez me dejé arrastrar por la provocativa frase de McLuhan para quien en el futuro próximo las ciudades se convertirán en museos.
Eppur.. recientes visitas a Museos Españoles como el de Museo Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial, ni que hablar del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y Museo Nacional del Prado, me mostraron las ventajas de tender un arco entre lo viejo y lo nuevo, sobretodo si uno conoció muchos de esos espacios hace 3 o 4 décadas, y ahora los ve recreados con el auxilio de tecnologías multimediales, interactivas, etc. Mostrando que hasta los museos son dignos de actualización y aggiornamiento, y de que el adjetivo virtual puede hacer mucho para su revalorización y para adentrarlos en conversaciones que importan.
Jornada Comunicación y Nuevas Tecnologías. Su aplicación en Museos y Centros Culturales
Ya estamos cansados de mezclar a las Nuevas Tecnologias con cualquier cosa, y que muchas veces el resultado sea lo peor de la cosa asociada con lo peor de las propias nuevas tecnologias. Pero esto de meterse con los Museos, reiniciando un diálogo que tuvo su puntapié de partida el 14 de mayo del 2008, en oportunidad de conmemorarse el Día Internacional de los Museos, nos llamó la atención y quisimos participar.
Que gente que quemó sus pestañas en los archivos, que tiene que pelear dia a dia para que sus esfuerzos se conviertan en acontecimientos y espacios colaborativos y que para ello acudan a los contenidos en la red, se planteen la relación museos-generación de nativos digitales y el uso de las nuevas tecnologías en la difusión de conocimientos y actividades de los Museos, valía la pena. Y así fue. Y aunque solo asistí a las 2 o 3 charlas finales conozco a varios participantes y por comentarios presenciales y una cálida nota de María Carmen Maza pude corrobar que bien valió la pena asistir.
Culturas de la participación
Los organizadores tuvieron el tino de iniciar la charla con una contribución de Carolina Gruffat de las Escuelas ORT y ayudante de nuestra cátedra quien se pregunto si estamos yendo hacia una cultura de la participación? para lo cual hizo un recorrido por los medios del siglo XXI.
Lo bueno es que hubo mucho relevamiento de experiencias prácticas, desde una revisión de lo que se está haciendo en materia de Políticas Culturales por parte del Banco de la Provincia de Bs. As, una visita virtual al Museo Larreta, un Cuadro interactivo 22 de Mayo de 1810 como propuesta del Museo Histórico Nacional del Cabildo, las bases de la construcción del “Museonotarial.org.ar” donde se insistió en que las actualizaciones tecnológicas, posibilitan otra mirada sobre el patrimonio” y lo que para mi fue la mejor intervención de la tarde, la que hizo la Lic. Mónica Gorgas. con su presentación del Museo de la Estancia Jesuítica de Alta Gracia – Casa del Virrey Liniers.
Como ella mismo lo dijo, porque su webmaster le había dicho que lo dijera, el pasaje de una página estática en html a otra dinámica en php impidió (en realidad no era tan asi pero el webmaster seguro quería quedarse con algún secreto) que pudiera presentar en vivo el museo.
Por lo cual ella se vio obligada a mostrar un PPT bastante aburrido y estático, pero que de todos modos mostraba la calidad del acervo del Museo. La cosa se puso mucho mas interesante cuando Mónica, verbalizó lo que varios de los participantes y presentadores anteriores habían solo aludido parcialmente o no habían encarando con la fuerza y claridad como ella lo hizo.
De lo museos virtuales a los museos de nosotros mismos
Porque saliéndose de libreto, olvidándose la pleitesía que hay que rendirle a las ciberculturas y la reverencia que las nuevas tecnologías muchas veces solicitan, Mónica dijo dos cosas que me sirvieron de testimonio para hacer una posta mas que fuida con mi presentación.
Para ella el gran desafío y la gran propuesta no es hacer buenos museos virtuales, algo que después de todo se viene haciendo cada vez mejor desde 1995. De lo que se trata no es de mejorar la visualización, los lenguajes que permitan recorridos mas inmersivos y un acercamiento cada vez mas intenso a la experiencia real, pero en el espacio virtual. Eso esta muy bien y siempre gozaremos de la navegacion en VRML que nos permite circular en esos espacios, y ejemplos de interfases como Second Life u Open Croquet seguramente se convertiran en estándares en las próximas versiones de esos sitios.
A Mónica le interesa mucho mas que la virtualizacion de los museos, la mutación de las audiencias en dirección de experiencias cada vez mas personales e interactivas, y logró sintetizar en una buena imagen y metiéndose de lleno en la problemática de la cultura de la participación que es lo que (no) está pasando con los Museos.
Nuevos públicos, otras dietas cognitivas, otros sensorios emocionales
Los jóvenes no quieren asistir a los Museos para ver a otros,y menos a los grandes personajes del Pasado. No les interesa reverenciar a los objetos y las representaciones de los siglos pasados, sino que al mejor estilo de la tapa de Time del diciembre del 2006 que sostiene (no sin trampas) que los protagonistas de la noticia y de la realidad somos nosotros, lo mismo sucede con el público y la audiencia de los museo -Monica dixit.
No se trata de virtualizarlos para que las nuevas generaciones capten ese lenguaje, sino que se trata de cambiar su rol de soporte de la memoria, pero sobretodo de agentes de la policía cultural del pasado. Se trata de abrirlos y de democratizarlos a nuevas experiencias, pero sobre todo a su contemporización en términos de nuevos vectores de cultura y de las arquitecturas de la participación.
Con estos antecedentes mi charla “Los Bárbaros de Google y la Cultura de la Convergencia” no fue otra cosa que un comentario y una profundización de las intuiciones de Mónica. El plato fuerte estuvo en el video que la gente de la campaña de Obama me dedicó Obama’s Loss Traced To Alejandro Piscitelli y que aunque en esa ocasión no pude proyectar en vivo, su sola mención icónica provocó mucha risa, pero sobretodo mucho entendimiento.
Alejandro:
Estoy seguro que no es necesario explicar el funcionamiento de un sitio web programado en PHP. Aunque tengo mis serias dudas de que todos estén realmente al tanto. Pero sí debo contarle a tus lectores, que a mi se me avisó un día antes de las Jornadas que no existía la posibilidad de una conexión a Internet para la presentación del sitio del Museo.
Si, claro… pude haber montado un servidor XamppLite en una notebook y una copia del sitio. Pero el Museo no tiene tal máquina.
Las otras opciones: 1) Enviar las instrucciones de instalación y configuración a las Jornadas. Todos sabemos que el que organiza una jornada lo último que quiere es dolores de cabeza el mismo día del evento. 2) Reprogramar el sitio para que simulase ser lo que en realidad es pero en html. Bueno… ni el tiempo ni los fondos o los 10 minutos de presentación lo justificaban. 3) Deben existir otras posibilidades… a mí se me escapan, en especial con tan poco tiempo.
Lo que sí me asombra sobremanera, debo ser sincero, es que en Buenos Aires no pudiesen brindar una conexión de internet para una Jornada.
En Alta Gracia para la presentación oficial del sitio en el Día Internacional de los Museos coloqué una conexión de banda ancha 3GP más otra de reserva por WiFi.
En el caso que hoy nos ocupa hubiese enriquecido enormemente la presentación de Mónica, sin hablar de permitir la reproducción de videos como el de Obama al que haces referencia u otros materiales.
Esperemos que la tecnología empiece a asomarse en estos eventos, saliendo de esos aburridos y tan poco dinámicos Power Point.
Saludos.
Rafael
No puedo estar más de acuerdo con la idea de que los museos pueden dar un paso para democratizar la cultura de la participación.
Por un lado hay una necesidad desde los museos de abrirse e integrar nuevas tecnologías a riesgo de quedar fuera de lo que está pasando. Con el uso de herramientas de colaboración en Internet, los visitantes y toda la comunidad relacionada al museo generan y comparten material relacionado a las exposiciones. Muchos museos se dieron cuenta que fotos de sus exposiciones (incluso de aquellas exposiciones en donde está prohibido sacar fotos) aparecían en Internet vía algún servicio virtual como Flickr, Facebook y otros. El museo puede beneficiarse y motivar la colaboración con su comunidad usando prácticas ya instaladas. El mejor caso de esta colaboración es el Museo de Brooklyn donde a través de concursos de video utilizando YouTube como plataforma, incentivaron a sus visitantes a participar en el museo. Vean esto que es muy divertido: http://www.youtube.com/watch?v=mxpSS12qdRA&feature=related
Por otro lado los museo tienen en sus manos la posibilidad de ofrecer una introducción a nuevas tecnologías y de esa manera contribuir a achicar la brecha digital. Exploraciones en tecnologías móviles y ubicuas tienen un nicho ideal para su introducción y testeo en los museos si estamos preparados para aceptar los desafíos que un museo participativo presenta. Cameron presagió ya en 1971 la conversión del museo de templo a foro de discusión. Mi visión es muy positiva y creo que ahora si, hay una verdadera posibilidad para construir museos más accesibles y democráticos.
Me hubiera encantado participar en la charla, quizás la próxima vez.