Bruno Latour nos enseñó tantas cosas, que es difícil agradecerle todas y bien. Pero una de las mas duraderas ha sido la noción de modalizacion de los discursos. Importa tanto lo qué se dice acerca de qué, como cómo se dice acerca de, quién dice qué, cómo se instalan los temas y los tropos, quiénes los definen y bautizan, quiénes los explican y los rearticulan. Y esto vale tanto acerca del mundo real como del virtual. Y muy especialmente del virtual. Donde las operaciones de marketing, visibilización, esponsorización y de puesta en circulación requieren de figuras, de promotores, de usuarios.
La modalización tiene sus riesgos cuando se presenta como academización. Tuvimos un excelente ejemplo cuando nos enfrascamos en la lectura de Ciberculturas Juveniles coordinada por Marcelo Urresti de la UBA, donde fenómenos que son vibrantes, confusos, e desinstitucionalizantes, fueron barridos por la mirada ubamarxista, pasteurizados por las viejas dicotomías y distinciones de siempre, y en definitiva englobados bajo una mirada ideologizante previas a cualquier lectura y que se impone mecánicamente llevando a conclusiones sabidas de antemano independientemente de que objeto se analiza.
No nos perderemos aquí en los meandros de las Ciberculturas Juveniles sino que nos convoca otro fantasma, y antes de exorcizarlo queremos tratar de cernirlo en su especificidad y en vez de reducirlo al maniqueísmo habitual de las ciencias sociales, tratar al contrario -latourianamente- de irreducirlo. Se trata esta vez de una incipiente etnografía de Facebook, uno de los atractores mas fascinantes que tiene la red actualmente.
Y para hacerlo seguimos los pasos (siempre hay alguien que nos ganó de mano por 6 meses, por un año o por una vida) de Ian Bogost el brillante autor de Unit operations y The Persuasive Power of Viodeogames, quien a mediados del 2007 inició una investigación/acción semejante a la que nosotros estamos emprendiendo en este momento.
Irreduciendo Facebook
Hay muchos motivos por los cuales un profesor debería/querría estar en Facebook. Ya sea para compartir fotos, videos, o notas. Ya sea porque la mayoría (especialmente en USA) de sus estudiantes ya lo están, ya sea porque hay experiencias pioneras y muy interesantes, de ensayos educativos en su seno.
Dado que Facebook aspira a hacer realidad la fantasía de Roberto Carlos de tener un millón de amigos, la fenomenología de su uso debe pasar irremediablemente por una auscultación de ¿qué es un amigo en Facebook? , seguramente algo muy distinto de lo que entendemos por tal en el mundo real.
En otros sistemas como Linkedin la cosa es mas clara. Como se trata de una red social de intereses profesionales, los otros no son amigos sino, apenas, contactos. Para Bogost las redes sociales funcionan como una reserva en espera, uno junta contactos o relaciones con distintos grados de intermediación, y frente a un hecho o necesidad puntual las activa. Y en el caso de Linkedin, queda claro que se trata de eventuales empleadores, socios o intermediarios laborales.
La unidad de referencia en Facebook es mucho mas laxa, compleja y turbia. De mis 300 y picos de amigos/contactos, hay algunos que son docentes de la cátedra o docentes tout court, hay algún alumno cursando y varios ex-alumnos, hay algún amigo de antaño, hay un grupo de desconocidos con los que compartimos el apellido, hay asistentes a charlas, conferencias y cursos, hay muchísimos que son amigos de amigos de amigos y el denominador común se angosta y se difumina. Y hay una categoría nada residual de gente que me conoce (y con los que comparta de una a una decena o veintena de otros conocidos en común) pero que yo no conozco.
La opción detalles de amigo (que casi nadie llena) no sirve de mucho para ir definiendo categorías de relación, y según lo comprobado por Bogost, la idea de amistad en Facebook viene contaminada porque el sistema las exige como mutuas, idénticas,y bidireccionales, algo muy diferente de lo que ocurre en el mundo real.
La conmutatividad generalizada que es la marca ontológica de Facebook, vuelve casi imposible determinar grados de amistad, grados de tipo de contacto que se quiere tener, grupos a los que se podría pertenecer por default, etc.
Arquitecturas que son destino
Bogost insiste en que la arquitectura de Facebook ni siquiera permite discriminar entre los tres tipos de amistad que Aristóteles distinguía: a saber basada en la virtud, en la utilidad y/o en el placer. Peor aun no permite identificar en qué momento un tipo de amistad se convierte en otro. Mas grosero aun le parece el dictum que el sistema asume de la amistad como un úkase digital (el mundo se divide en un antes y un después de que alguien nos concede generosamente su amistad o viceversa), y no en un continuum que requiere previamente del tiempo para madurar, yendo en una u otra dirección de su eje ¿qué pasa cuando nos enemistamos con alguien?, muy poca gente sabe como desembarazarse de un ex-amigo y muchos no se animan a hacerlo.
La ontología de la temporalidad de Facebook, que solo concibe al tiempo como un presente perpetuo genera en ocasiones (especialmente cuando uno añade su status emocional), un cambio lingüístico que no se corresponde con ningún estado en el mundo real. La actualización del perfil muchas veces determina un cambio en el status de la relación que genera muchos equívocos (gente que se alegra de uniones y se lamenta de separaciones que ocurrieron alla lejos y hace tiempo), y muestra una de las caras mas curiosos de la arquitectura emocional generada por el código sin corresponderse a ningún estado simultáneo en el mundo real.
Privacidad, amistad y algo mas
Hace rato que las discusiones acerca de la privacidad de Facebook vienen sonando mal. Danah Boyd una de las expertas en el tema lo reveló en detalle un par de años atrás en Facebook’s «Privacy Trainwreck»: Exposure, Invasion, and Drama, pero quizás lo mas significativo de la cuestión es la incapacidad (o deseo de los diseñadores) de que el sistema sea sutil en estos rasgos, que permita mostrar qué tipo de información quiero revelar o no, y la (in)capacidad que los usuarios tenemos (no mucha parece) de sintonizar a medida la revelación de nuestros perfiles.
Aquí hay varias lecturas posibles. Hay quienes insisten en que Facebook es una plataforma de contactos light a costo mínimo. Puede ser que la relación que tengamos con la gente sea mucho mas superficial de lo que llamaríamos amistad en la vida real, pero tenemos acceso a cierta faceta de su cotidiano sin tener que preocuparnos mucho por cuanto y como saberlo. Para Bogost en cambio la información que da Facebook dice poco y nada acerca de la variación, la riqueza, los gustos o los tipos de interacciones que las personas tienen con su mundo vital, y si tan solo acerca de los usos (y los abusos) o los desusos que los usuarios hacen de las herramientas (la arquitectura) segun él comercialmente orientadas del sistema.
Si la critica la hiciera Sergio Sinay (que compendió en Conectados al vacío. La soledad colectiva en la sociedad virtual, la lista completa de tonterías que cualquier analista silvestre puede hacer de los mundos virtuales, esforzándose bastante eso si para trivializarlo todo), ni siquiera nos agarraríamos de los pocos pelos que nos quedan. Pero cuando la crítica la hace un diseñador y analista de los videojuegos de calibre mundial como Bogost, especialista en diseñar mundanidad (hacer cola en la seguridad aeropuertaria, desayunar, hacer mandados como hitos importantes en los videojuegos) e insistiendo en que es sano identificar lo que el otro hace en el día a día (y no solo los premios Nobel que eventualmente podría recibir) hay que barajar y dar de nuevo.
Cuando el mundo virtual busca comerse al real. ¿Mismo destino que Second Life?
Porque Bogost pega duro donde mas duele. Las sinopsis que nos enfrascan cada día en Facebook dicen poco y nada de quiénes son nuestros amigos, de qué hacen, y qué los define. Al revés registra mas bien que hacen con y dentro de Facebook. Ironizando al extremo Bogost insiste en que Facebook le recuerda al libro Soliloquy de Kenneth Goldsmith, una transcripción de todas las frases pronunciadas por el autor durante una semana. Para Bogost esto remeda al arte conceptual y poco o nada tiene que ver con la interacción social.
La referencia apunta hacia dos lados precisos. La rapidez y volatilidad con que los usuarios adoptan las aplicaciones (o widgets o gizmos) que el sistema ofrece, y que a esta altura, un año y medio después de iniciado el trabajo de Bogost, están en el orden de los muchos miles (de 7.000 a fines del 2007 pasaron a 33.000 a mediados del 2008 y a 55.000 hoy).
Porque de aplicaciones tienen poco y nada, ya que se trata básicamente de billboards o superficies que permiten «pegar» imágenes, videos o sonido convirtiendo a Facebook (a diferencia de otras experiencias como Wikipedia, o Netvives o Ning) en uno de los entornos mas variados, donde y como publicar, pero al mismo tiempo de los mas limitados en cuanto artefactos expresivos (especialidad de Bogost como su libro mas reciente Persuasive Games sobre videojuegos no deja de recalcar)
La critica de Bogost es interesante (aunque en un próximo post veremos si en los 18 meses que ha transcurrido desde su formulación no han sido contestados por usuarios y desorrolladores desde la misma dirección que el indica) porque mas que etiquetar (negativamente) al medio, al entorno, a la práctica o a los usuarios pone el énfasis en la tesis omnímoda de Lawrence Lessig «La arquitectura es la política de la red» amplificada para decir ahora «La arquitectura es la retórica de la red«.
Desarrollo de plataformas, potenciación de la expresividad y simplificacionitis comercial. A veces.
Hay mucho para discutir acerca de las mejoras en las aplicaciones permitidas por la plataforma de desarrollo F8 de Facebook. Y si bien gran nuúero son irrelevantes, pretenciosas y una excusa para hacer negocios baratos, hay otras que prometen y cumplen.
Para quienes como Bogost y muchos otros estamos obsesionados por las plataformas de software la inquietud es que este país formado por 140 millones de usuarios de los cuales casi 30 millones están en USA no se convierta una vez en un erial autista de fantasmas virtuales.
Quizás el sobreénfasis de usuarios noveles azuzados por posibilidades por en encima de su capacidad expresiva, está en la creación fatua en vez de la transición de la competencia al sentido- solicitada por Bogost y sobre la cual hemos insistido muchísimo en nuestros seminarios web 2.0- .
Pero Facebook tiene mucho aun para explorar antes de pronunciar muertes que solo ven los denunciadores.
Evolución socio-cultural acelerada
Internet es un laboratorio del mundo real y también su replica, mejorada o empeorada. Es sobretodo un testeo acelerado de relaciones y prácticas sociales. Si la tecnología es biología acelerada, otro tanto pasa en el mundo virtual respecto del real. Lo que en éste lleva años o décadas y experimentación lenta y pausada en aquel se dispara con una velocidad inaudita.
Si se tardó décadas en colonizar al lejano Oeste, apenas fueron tres o cuatro años los que cambiaron para siempre a los sitios emblemáticos de la red. En el caso de Facebook en 4 años se pasó de una comunidad cerrada sobre los estudiantes de Harvard (aunque en solo un mes logro captar a la mitad de los estudiantes de toda la universidad), a incluir a los alumnos de Stanford, Columbia y Yale. Poco mas tarde a la de todos los miembros de la Ivy League, hasta finalmente incluir a la mayoría de las universidades de Canadá y USA, Facebook lanzó una versión para las escuelas secundarias en Septiembre de 2005. Posteriormente se estiró hasta incluir a los empleados de compañías high-tech como Apple y Microsoft, hasta que finalmente en Septiembre del 2006 Facebook se abrió para todo los mayores de 13 años en el mundo.
Demografía básica y transformación sociocultural significativa
Con 140 millones de miembros, la mitad de los cuales no son universitarios y con un crecimiento acelerado de la franja etaria de los que tienen mas de 25 años, muchos de los supuestos y prevenciones originales acerca de cómo encarar a los alumnos, o incluso de no interferir en sus rutinas, lentamente se van desvaneciendo, y la comunidad virtual aquí formada empieza a mostrar la misma variedad, los mismos desafíos, los mismos problemas y las mismas confusiones que los que vemos en la vida misma.
Estos datos son importantes porque obligan a revisar el trabajo hecho por Bogost, ya que la demografía actual es totalmente distinta a la experimentada por él. Sin embargo varias de sus preguntas se mantienen vigentes. ¿Deberíamos incluir a nuestros x-estudiantes (en nuestro caso son ellos muchas veces quienes piden que los añadamos como amigos), ¿si solo admitimos a los muy buenos eso seria favoritismo?, ¿dejar que nuestros estudiantes nos admitan implica algún compromiso o deuda?
Porque un conocimiento somero de la plataforma nos muestra que ella está en el borde mismo en que lo educativo se trasviste en comercial, que lo productivo se pervierte en consumo, que la tecnología mas que empoderar a los miembros tiende, por el carácter irrisorio de la mayoría de esas 50.000 aplicaciones, a la trivia, la pavada y la perdida de tiempo.
Expandiendo las áreas de intersección entre docencia, proyectos y vida
Los yanquis son también persecutos, y por eso Bogost parecería recaer en la trampa del encuadre psicoanalítico (¿si veo a mí analista en una fiesta lo ignoro o me lo tranzo?, para ridiculizar aun mas la alternativa) cuando se pregunta si es contraproducente o no que nuestros estudiantes vean detalles de nuestras relaciones profesionales con otros docentes, o colegas del mundo corporativo (aquí curiosamente esa movida se vería como elogio de la transparencia).
Y sin embargo al abrir la problemática y finalmente aceptar que ese conocimiento debe circular, que el estudiante no solo va a la facultad a ingerir datos, o a desarrollar una supuesta postura crítica, la postura de Bogust sale eniquecida y abre nuyevos horizontes.
Como bien anticipaba Richard Sennett al final de La cultura del nuevo capitalismo, y como desarrolló a fondo en su último libro The Craftmanship (en las antípodas de El Aprendiz de Donald Trump). La «artesanidad» (algo bastante mas interesante y complejo que el aprendizaje), supone mucho mas que aprender una disciplina, oficio o cuerpo de ideas, se trata básicamente de un aprendizaje/interiorización contextual/concreta, que permite poner en resonancia lo que uno hace laboralmente con lo que uno es socialmente en todos las otras áreas de existencia.
De grandes maestros a grandes mediadores
Al borrarse progresivamente la frontera entre lo que nos da de comer y lo que nos gusta hacer, entre el espacio público y el privado, entre el mundo formal y el informal (o contextos de afinidades) el mentorazgo se convierte en el camino clave para la formación y la transmisión. No es ninguna novedad que los buenos tutores o mentores proliferan en los primeros años de la carrera pero desaparecen (¿amenazados por la brillantez de los discípulos? una de las variantes que explora cínicamente Georg Steiner en Lecciones de los Maestros, 2004) cuando de entrar en la vida profesional se trata.
Bogust contesta muchos de los interrogantes que inundan el mundo académico cuando a alguien (a él, a nosotros) se nos ocurre sumergirnos en los meandros de Facebook, como un modo de entender la mutación de las relaciones sociales tan efervescentes hoy. Ni él, ni nosotros tenemos la menor idea de como «aprovecharlo académicamente», pero lo que es aun mas riesgoso y fascinante, de como puede alterar una plataforma como Facebook, las redes sociales que conformamos, profesores, ex-alumnos, alumnos actuales y sobretodo alumnos futuros, pero tambiény sobretodo futuros empleadores.
Y sin embargo no podemos dejar de embarcarnos en este viaje y estas preguntas, traducidas en el caso de nuestra Cátedra de Procesamiento Datos, tal como hemos venido estudiando en los últimos años, da lugar a las siguientes modalizaciones
Modalizando Facebook
Al hacernos estas preguntas queremos ser coherentes con un proyecto de cátedra que en las actuales circunstancias se ha convertido en sinónimo y eco y potenciación de la disrupción, la novedad y la incertidumbre. Que contradictorio es decir que se teoriza/practica el cambio, sin asimilarlo ni institucional ni organizacional, pero sobre todo pedagógica, práctica y evaluativamente.
Para ir cerrando es interesante la observación de Bogost acerca de la contradicción central de Facebook. Ya que al mismo tiempo que genera la mas grande de las redes sociales del mundo potenciando la amistad, al mismo tiempo se trata de una plataforma cerrada y comercial que vela mucho mas por sus intereses, que por el de las amistades propiamente dichas en el sentido mas lírico del término. Lo cual dispara otro conjunto de preguntas-marco.
La tensión insuturable entre innovación y democracia (¿a pesar o gracias a Von Hippel)
Desde que existen estudios en innovación, invención, generalmente la misma se atribuyó (tautológicamente) a la existencia de genes, genios individuales, a veces a instituciones y financiamientos ad hoc y generosos no menos idiosincráticos. El advenimiento de Internet y la promesa de un sabiduría de las multitudes , la generalización del crowdsourcing, formas de producción par a par, pateó el tablero. La publicaciòn de Democratizing Innovation de Eric von Hippel no ha hecho lo suficiente aun para revertir lecturas y paradigmas ancestrales. Sin embargo una lectura somera de sus ideas exige plantearnos -especialmente en el caso de Facebook-
No es la menor de las paradojas que todos nos llenamos la boca con la supuesta habilitación masiva en la producción de nuevos contenidos hechos posibles por la web 2.0 y 2.1 y que al final terminamos consumiendo paretianamente el 80% de nuestro tiempo usando programas, plataformas y servicios como Facebook, YouTube, iTunes, Second Life, donde nuestro único rol es el consumo mas o menos pasivo de «lo que hay».
Por eso como lo hizo Bogost hace año y medio lo mejor de nuestro experimento Vivir/Estudiar/Exopandir Facebook sea no tanto imaginar usos inéditos, reapropiaciones pedagógicas, reinvenciones milagrosas del ethos de la clase universitaria gracias a nuestra identificación con los nativos digitales y al uso de Facebook como un Caballo de Troya, sino al revés -y simétricamente- a través de su cuestionamiento permanente. De un cortocuito constante frente a sus limitaciones, arbitrariedades y denegación de libertad que supone cualquier definición (porque como bien decía Spinoza toda determinación es negación). Y correlativamente de un corrimiento permanente de sus límites a través de usos que tanto alumnos y docentes podamos descubrir/inventar sobre la marcha.
Algunas referencias preliminares
A professor´s impressions of Facebook. Musings after several months of use, as I prepare to start the semester
Estadísticas actualizadas del sitio
140 millones de usuarios. 100 amigos promedio por usuario. 2600 millones de minutos de conexión diaria mundial. 13 millones de actualizaciones diarias de perfiles. 700 millones de fotos subidas al sitio cada mes (casi 5 veces mas que Flickr). Se comparten mas de 15 millones elementos de contenido (web links, news stories, blog posts, notes, photos, etc.) cada mes. Se crean 2 millones de eventos mensualmente y hay 19 millones de grupos activos
Build social applications on Facebook Platform
10,000 aplicaciones en Facebook
Ya se llegó a las 55.000
http://images.google.com/imgres?imgurl=http://stephenslighthouse.sirsidynix.com/facebook_activity2.gif&imgrefurl=http://stephenslighthouse.sirsidynix.com/archives/2007/09/what_do_people.html&usg=__vdAQzByCQbrEvH49anAc8wqXGyM=&h=442&w=350&sz=22&hl=es&star>14 million people interacted with Facebook Applications in August
Viejo pero interesante el formato del gráfico acerca de usos
Ranking de productos que tienen mas fans.
Coca Cola es 1, Youtube 6 y los huevos Kinder con sorpresa 7, cada uno con mas de 1 millon de fans.
Alejandro: Te dejo algunas reflexines que «anoté» en mi facebook hace unos días atrás. Un tema que me interesa especialmente: El facebook en un espacio en la web donde las personas se ponen en contacto con más personas, que se ponen en contacto con más personas, formando una red de personas conocidas o no pero que pueden saber todo aquello que quieras publicar acerca de tu vida, tus pensamientos, tus ilusiones, tus fantasías, tus fotos. En fin, lo que quieras decir a tus amigos, lo que quieras que se enteren, en el lenguaje que se te ocurra (fotos, videos, palabras, música), todos los sentidos pueden estar alerta. Pero una, una de las opciones es la que me desvela.
El facebook tiene una opción que dice “¿qué estás haciendo ahora?” y allí la idea es que comuniques a toda tu comunidad de amigos virtuales (que muy probablemente coincidan con tus amigos o conocidos de “carne y hueso”) lo que estás haciendo en ese mismo instante. Y en ese territorio de la palabra ocurren cosas maravillosas, que no podrían pasar en una situación “cara a cara”, que serían una aporía, una falta de respeto, una contradicción..
A la pregunta qué estás haciendo ahora, hay respuestas de lo más variadas: “en la pileta fumando un cigarrillo”, “pensando”, “en el subte, leyendo”, “escuchando un blues”. Algunos enunciados son perfectamente compatibles con la noción de tiempo y espacio que tenemos internalizada: estoy escuchando música mientras estoy escribiendo en el facebook, es algo que tiene lógica. Sin embargo, estoy en el subte leyendo cien años de soledad, mientras escribo en el facebook, nos plantea una contradicción en las nociones de tiempo y espacio tal como las conocemos.
Estoy totalmente interesada en esa línea de interacción, en esas afirmaciones que rompen con el control y con el disciplinamiento, que ponen el cuerpo en un lugar incierto y que, por supuesto, parecen más expresiones de deseo, que actos de la realidad.
Cómo si todo acto de la realidad no fuese, en verdad, una expresión de deseos…
Miriam
Alejandro:
Leí este artículo y es MB. Seguramente lo vuelva a hacer con más detenimento.
Por ahora mi reflexión es que Facebook en un Canal de comunicación, un medio más de la Web 2.0, que usamos VOS Y YO para comunicarnos e intercambiar conocimiento.
Antes no lo habíamos hecho, Hoy gracias a esta herramienta, SI.
Esto es facebook, un canal donde vos y yonos comunicamos y en este caso específico Gestionamos nuestro conocimiento.
Bueno, sin aburrirlos más, cuando lea en profundidad este excelente artículo seguiré participando.
saludos
Mariana
[…] Filosofitis: Etnografías de Facebook. Irreduciendo el software social. Cuando la arquitectura es la retórica de…. […]
Alejandro, un gran abrazo republicano de navidad compañero.
La radiografía de Facebook es fantástica !
Aquí dejo algunas reflexiones que fueron surgiendo a medida que leía:
El significado de “amigo”: Es obvio que una persona no tiene 300 amigos, en el sentido profundo de la palabra que me enseñaron mis padres. La preocupación es qué significará la palabra amigo después de 10 generaciones de Facebook y otras redes sociales que contaminaron el significado de esa palabra.
Alumnos en Facebook: Hace poco hablábamos con un grupo de docentes el dilema de aceptar o no alumnos como “amigos”. Respetando a todos los docentes que piensen lo contrario… tener un alumno en la red social es una forma de mentoría, un vinculación más allá del proceso educativo, una posibilidad de conocer el alumno e interesarme en el como persona. Después de todo, siempre puedo elegir a qué alumno aceptar y cuándo.
Facebook es para las personas congruentes. Es muy difícil ocultar algunas acciones sociales. Por ejemplo, en el supuesto caso de que fui a un evento y no quiero que nadie lo sepa lógicamente no subo ninguna foto relacionada con ese evento, sin embargo, quizás, en el evento en cuestión, hay muchas personas que tienen Facebook y están encantadas de compartir toda su vida a través de las fotos, lógicamente me verán en las fotos. A eso me refiero.
Otro ejemplo: hay parejas que se divorcian, ese hecho es lamentable y por alguna tonta razón parece que hay que elegir entre ser amigo de uno u otro. Si acepto como amigo a uno, el otro lo sabrá qué le comenté exactamente y es probable que se moleste.
Pienso que en Facebook hay que hacerse cargo de lo que uno hace y dice. Y saber que no siempre tiene el control de la información que puede surgir. Ese es el precio, nada difícil para los que no tienen nada que ocultar 🙂
Además todo está programado para que el pasado el presente convivan, es por eso que se necesita inteligencia emocional. Cuantos más amigos, más inteligencia se necesita.
¿Qué estás haciendo?: Me parece interesante el aporte de Miriam. Coincido en que muchas veces lo que se escribe en ese lugar no es así literalmente.
Por otra parte, qué aburrido sería que todos pusiéramos, “estoy en Facebook” . Creo que la aplicación corresponde a la pregunta ¿Qué quiero que piensen que estoy haciendo?
Muchos saludos y Feliz Año Nuevo!!!
Thelma
Porque a mi hija de 15 , no le gusta el face book, ella me hace reflexionar mucho, me gustaria saber que piensan ustedes al respecto