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Día: 24 julio, 2009

Amandla! Awethu! Genio y figura de Nelson Mandela

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El factor humano y los cuentos de hadas

1. John Carlin El factor humano. Nelson Mandela y el partido que salvó a una nación. Buenos Aires, Seix Barral, 2009.

Entiendo vuestra ira, pero si estáis construyendo una nueva Sudáfrica, debéis estar preparados para trabajar con gente que no os gusta (Nelson Mandela)

En 1985, cuando Nelson Mandela llevaba veintitrés años en prisión, se propuso conquistar a sus enemigos, los más fervientes defensores del apartheid. Así obtuvo su libertad y consiguió convertirse en presidente. Pero la inestabilidad de un país dividido por cincuenta años de odio racial cristalizó en la amenaza de una guerra civil. Mandela comprendió que tenía que conseguir la unión de blancos y negros de forma espontánea y emocional, y vio con claridad que el deporte era una estrategia extraordinaria para lograrlo.

John Carlin ha descubierto el factor humano que hizo posible un milagro: la capacidad innata de Mandela para seducir al oponente y su tenaz deliberación de utilizar el mundial de rugby de 1995 para sellar la paz y cambiar el curso de la Historia. La final de aquel mundial culminó con la victoria sudafricana en el último minuto, y fundió en un abrazo a negros y blancos en el ejemplo más inspirador que ha visto la humanidad.

No casualmente Carlin al principio del libro insiste en que este relato (¿inventado a partir de su propuesta, o planificado al dedillo por Mandela antes de que nadie lo inventariara?) teniía los dos condimentos propios de un cuento de hadas: era una gran historia y contenía una verdad eterna.

Small Worlds. El gran Nigel Holmes en Buenos Aires

El hombre que amaba las revistas

Uno de mis sueños de pibe fue tener a mi disposición durante semanas, meses y años una veintena de revistas para estar «informado». Estábamos a mediados de los 70 y ese proyecto fue posible porque el lugar adonde trabajé entonces contaba con un grupo de 30 personas con quienes hicimos una vaquita, contratamos al diariero de la esquina, y cada semana revistas como Times & Newsweek, L’Express y un puñado de nacionales nos daban un panorama de lo que pasaba en el mundo en esos días aciagos.

20 años mas tarde y de la mano del dólar barato me hice mi propio dieta de suscripciones incluyendo en la época previa a la primera burbuja de Internet mas de una decena de revistas, la mayoría de ellas difuntas, como Wired, Fast Company, Business Week, The Industry Standard, Business 2.0, How!, Fortune, I.D, Leonardo, que cada semana me desentumecían la croqueta y me ponían en contacto con temas y cuestiones que aquí no pegaban ni con cola.