El hombre que amaba las revistas
Uno de mis sueños de pibe fue tener a mi disposición durante semanas, meses y años una veintena de revistas para estar «informado». Estábamos a mediados de los 70 y ese proyecto fue posible porque el lugar adonde trabajé entonces contaba con un grupo de 30 personas con quienes hicimos una vaquita, contratamos al diariero de la esquina, y cada semana revistas como Times & Newsweek, L’Express y un puñado de nacionales nos daban un panorama de lo que pasaba en el mundo en esos días aciagos.
20 años mas tarde y de la mano del dólar barato me hice mi propio dieta de suscripciones incluyendo en la época previa a la primera burbuja de Internet mas de una decena de revistas, la mayoría de ellas difuntas, como Wired, Fast Company, Business Week, The Industry Standard, Business 2.0, How!, Fortune, I.D, Leonardo, que cada semana me desentumecían la croqueta y me ponían en contacto con temas y cuestiones que aquí no pegaban ni con cola.
En el medio -y antes también porque en tiempos muy pretéritos coleccioné desde la revista cuasiesotérica Planeta hasta Primera Plana el mejor semanario de la historia – pasaron decenas de otras revistas, muchas académicas, colecciones incompletas de referencias sobre los temas mas variados, y temporadas enteras pasadas en bibliotecas norteamericanas (antológicas mis estancias en las de Louisville, Stony Brooke e Indiana) fotocopiando centenares sino miles de artículos, que después diligentemente encuadernaba en infinitos volúmenes, que de pronto en alguna mudanza desaparecieron por entero.
Hoy pasadas las intermitentes etapas de la plata dulce son muy pocas las revistas que pispeo (sobre todo cuando viajo como Intelligent Life, o Esquire, Internet cambió mucho los hábitos de lectura, pero permaneció intacto mi amor por los diagramas, las representaciones gráficas, los pictogramas, las infografias y las variadas manifestaciones bidimensionales del conocimiento visual.
Diciendo cosas con imagenes
Varias de las revistas de antes, de en medio o de ahora descollaban en gráficos, pero aun revistas de texto detallado como Time me llamaba la atención por sus gráficos alegóricos o ilustrativos. Estamos hablando de mediados de los 70. Y si me resulta casi imposible recordar los nombres de esos ilustradores hay uno que siempre resonó en mi memoria, al punto que quedó idealizado como uno de los mas grandes pictografistas de los ultimos tiempos. Se trata de Nigel Holmes en ese entonces graficador estrella de la revista Time.
Tan llamativas eran sus ilustraciones, que no tuve empacho en una época en que solo existían las transparencias (acetatos) y los retroproyectores como última tecnología expositiva, en hacerlas copiar en blanco y negro a dibujantes profesionales, para reforzar un tópico o para iniciar la primera etapa de mis presentaciones audiovisuales, llegando a juntar centenares de filminas, algunas curiosamente inexistentes todavía hoy en formato digital.
Cada semana Holmes me sorprendió con sus hallazgos y metáforas, con la capacidad de antropomorfizar relaciones abstractas entre precios y mercancías, o entre variables económicas y expecativas de los usuarios. Cuando empecé a fines de los 70 y principios de los 80 a visitar muy seguido Barnes & Nobel en nueva York, uno de mis rincones favoritos era diseño, arquirtectura & fotografia donde me agencié de una obra hoy vetusta de Holmes que sin embargo junto con otra, mucho mas grafica y punchy , fijarian para siempre mi gusto y voluntad por estos temas.
Asi, hace ya casi dos décadas me agencié de dos libros de Nigel, Designer’s Guide to Creating Charts and Diagrams y de Pictorial Maps: «History, Design, Ideas, Sources» (1991), el primero es una pionera taxonomia de representacion de informacion en terminos visuales, y el segundo es una extraordinaria enciclopedia que compendió grupos temáticos de representaciones: Historia, USA, el mundo, guerras y clima y distintos tipos de mapas ejecutados parsimoniosa y bellamente por Holmes en sus 16 años de artista en residencia en Time antes de crear a fiens de los 90 su propia empresa Explanation Graphics .
Nigel Holmes en Argentina, casi un deja vu.
Si hoy desempolvo estos recuerdos y mágicamente estoy hojeando las bellas imágenes de Pictorial maps, todo se se debe a una intersección feliz, a los mundos pequeños, a esa sensación cada vez mas comprobada de que el mundo es un pañuelito. Algún mail perdido me anotició de que a fines de septiembre tendría lugar en Buenos Aires la 31ra sesión anual de la Sociedad para el Diseño de Periódicos, titulada esta vez Hemisferios, con sede en El Planetario y en el Centro Cultural Borges, y que el keynote speaker de la reunión que incluye un programa fascinante, y de la que participarán luminarias como Karl Gude Gabriela Schmidt, Eduardo Danilo Ruiz, Jeff Goertzen, Alberto Cairo, Francisco Gálvez, James de Vries, Jaume Serra y Julius Wiedemann será abierta nada mas y nada menos que por el propio Nigel Holmes.
5 años atrás el libro anual de los premios Malojief (cuya browseada síntesis apareció como encabezado ayer en la primera parte de esta nota) le hizo una larguisima entrevista de 22 páginas a Holmes, donde éste hacía una recreación biopictográfica de su trayectoria. De allí extractamos algunas notas salientes.
Un gran maestro, mi tío
Al igual que el genial Oliver Sacks un maestro de los cuentos clínicos, quien fue inciado en la química y de alli en el método científico por su tío materno Dave «Tungsteno», Holmes tambien tuvo un tío George quien le enseñó (como quedo retratado en Pictorial maps) que era posible tejer representaciones bi- y tridemesionales unas junto a las otras, logrando efectos inesperados cuando él apenas tenìa 6 años.
Al morir George legó una suma importante de dinero como para que Holmes y su hermano fueran a una escuela pública entre 1955 y 1960. De allí migró al Hull College of Art, donde la pasó bomba, y en 1963, fue aceptado por el Royal College of Art, en Londres, para estudiar dibujo. Ya en 1964 empezó a interesarse por la información gráfica y uno de sus grandes inspiradores fue Brian Haynes, entonecs director de la London Sunday Times Magazine, quien en 1964 publicó una fascinante infografía del gran robo del tren a manos del famosisimo Ronald Biggs (y actualmente en una prisión inglesa, después de casi 3 décadas de vivir libremente en Australia y Brasil).
En la recreación de su propia carrera, Holmes insiste en que aprendió mucho mas en los pocos meses que trabajó con Hayes, que en los 3 años que despilfarró en la escuela de arte. A pesar del chantaje con las notas que le hizo la Universidad, por trabajar free-lance mientras estudiaba, igual consiguió una beca de 4 meses para visitar USA, esperando hacerse de un trabajo freelance x hacer en Inglaterra, y aspirando a ganar mucho mas plata de la conseguida en Inglaterra hasta que fue contratado por la revista Time en 1978.
Deudas meméticas
Holmes no es avaro cuando de mencionar a los artistas que lo moldearon se trata. Desde directores de arte de revistas, a ilustradores, posteristas, un diseñador de tipografia como Eric Gill, Harry Beck (que creó el hermoso mapa del subterráneo de Londres), Edward Muybridge (eccéntrico fotógrafo del siglo XIX especializado en hacer fotos secuencias de animales y humanos en movimiento), Amedeo Modigliani (el mas sexy de todos los retratistas de desnudos) o Paolo Uccello , quien ya en 1450, inventó la perspectiva,combinando imágenes planas en con planos en perspectiva en sus pinturas.
Holmes se congratuló de que durante los años de oro de su permanencia en la revista Time entre 1978 y 1988, el departamento de gráficos y mapas tuviera su propio equipo de investigadores que exhaustivamente le brindaban la información impecable para que el se dedicara exclusivamente al diseño gráfico.
Holmes está convencido de que esa etapa maravillosa no casualmente ocurrió antes del advenimiento de la computadora. De hecho hoy trabaja con la misma metodología de siempre. Solo usa Freehand en un 10% de sus potencialidades y deplora la utilización alambicada y muchas veces efectista de los efectos especiales en los gráficos. El por el contrario prefiere adherirse a los pictogramas y dejar libertad de acuñarlos al mejor postor.
Es la simplicidad, estúpido
Una y otra vez -merodeando los territorios de John Maeda, autor de Las leys de la simplicidad– Holmes insiste en la mejor ilustración es la mas simple, y que el mantra de un buen diseñador infográfico debe ser la apreciable claridad. Eso tambien vale para el color, que según Holmes, debe ser utilizado lo menos vangoghianamente o gauguinescamente (los adjetivos los invente yo, pero me caen simpáticos), o sea el mínimo de color posible y supeditar su añadido a su valor explicativo.
Como cualquiera al borde de la jubilación, pero con su elan creativo al máximo, Holmes trata de concentrarse en escribir y dibujar a su manera, en vez de aceptar letárgicamente las vanas demandas de la industria editorial. Pero como habia que comer, aparte de soñar, durante 6 años hizo 75 columnas con Jim Collins para la revista de abordo Attaché, de US Air. También escribió casi una decena de libros junto a Richard Saul Wurman, pero ahora quiere ir y hacer por las suyas y sobretodo, crear libros para chicos pero atiborrarlos de gráficos y diagramas. Lo que se dice un hombre fiel a su ADN infográfico
Referencias
Nigel Holmes (entrevusta) Simplifying the complex
Nigel Holmes Entrevista del Poynter Institute
No hubiera estado mal algunas fotografias de esas obras de arte que hacia 🙂 saludos