Propagando la filosofìa edupunk, una y otra vez

Que lata las presentaciones institucionales. No siempre

Durante los exactos 5 años que fui GG de educ.ar casi nunca en las innumerables charlas y conferencias que di hice presentaciones institucionales. Invariablemente hablaba de mis obsesiones de siempre, y muy de vez en cuando intercalaba algún bocadillo acerca de la reingeniería organizacional que estábamos haciendo, acerca del doble juego de nuevas funciones y nuevos roles y consiguientemente de nuevos productos e interacciones que allí estábamos generando.

Eso muchas veces desentonaba en las reuniones mas institucionales, cuando nos juntábamos gobiernos o ministerios, cuando RELPE empezaba a constituírse como grupo de trabajo, o cuando nos mezclábamos con ONG’s y demás instituciones, que siempre hacían preponderar el deber ser sobre el hacer, o en todo caso siempre destacaban lo bien que hacían y no tanto cuanto era valorado su hacer por parte de sus respectivas audiencias, públicos, cliemntes o usuarios.

Si eso me paso en 5 años de gestión, la situación se agravó muchísimo mas y duro muchísimo mas tiempo desde que soy titular de la Cátedra de procesamiento de Datos de la UBA en marzo de 1996, habiendo regularizado el cargo por concurso recién en el año 2004.

La UBA como máquina de discurrir

Porque en estos casi 15 años, y salvo el último año y medio, ser profesor de la UBA no merecía en mis charlas o conferencias mas que un guiño curricular, o una mera mención a autores o temas, o alguna referencia a un excelente equipo de profesionales, muchos bautizados en las lides docentes desde la experiencia de la cátedra, pero sin demasiado entusiasmo o sorpresa. Tal era el peso agobiante de lo instituído sobre lo instituyente.

Sucedía que lo que hacíamos en la cátedra no mostraba mayores diferenciales, ni generaba demasiadas expectativas. Era un buen trabajo. El material trasmitido era rico. Lo que nos singularizaba era la rotación permanente de temas y bibliografía. Y cierta sensación de estar acariciando el presente y el futuro, mucho mas que la mayoría de las otras decenas de materias de la Carrera de C,municación, obstinadas en llorar pasadas glorias, imaginar que el pasado fue un vergel, y de explorar los dolores de parto del Tercer Milenio Tecnofílico, inequívocamente acusándolos de traicionar los valores del humanismo, y de ser una máquina de injusticia y de borrado de la dignidad y la identidad como nunca antes ocurrió en la historia de la civilización.

Una epistemología experimental que no se decidía a embeberse en la vida cotidiana

Si bien mi vida universitaria en la UBA es mucho mas amplia que el tiempo transcurrido en esta cátedra, ya que se inició en la prehistoria revolucionaria montonera de los años 1973/4, y se reanudó con la primavera alfonsinista en la carrera de Sociología en 1984 y después en la de Comunicación en 1988 junto a Aníbal Ford, lo que siempre guío nuestro trabajo fue el rigor epistemológico, la actualización científica y la sensibilidad hacia la complejidad y formas de entender y abarcarla, con ocasionales incursiones en el rediseño organizacional.

Pues bien esa etapa hace largo que está enterrada, y ha sido reemplazada por un trabajo que se inició hace casi 18 meses, que logró una recombinación inesperada y fantástica de energías y expecatativas, y que está empezando a ser reconocida, comentada, discutida, ocasionalmente criticada, pero que se ha convertido en un modelo de practica colaborativa impar.

Se trata de nuestra conversión de una cátedra universitaria en un laboratorio/taller, y hasta de un thriller. En donde por primera vez y en forma sistemática dimos vuelta todos los remaches que mantienen firme a la clase universitaria convertida en un aparato de reproducción social (y mas aun en aquellos múltiples casos de docentes que dicen cuestionar a las instituciones, parasitándolas para criticarlas). Y que por una feliz combinación de azar y necesidad, y una arriesgada maniobra de cabalgar la ola del tsunami tecnológico que está destrozando a todos los sistemas de broadcast (periodismo, política, impresión, profesorado, publicidad), pero desde una visión integradora y reprogresiva, de pronto aquello de lo que hablamos y trasmitimos en todas nuestras intervenciones se convirtió en algo muy diferente.

De decir que hacer a hacer para decir

En vez de hablar de lo que habría que hacer, especialidad de todas las profesiones P (Profesorado, Periodismo, Publicidad, imPrenta y Política) amenzadas por la extinción, pero muy especialmente la de los Políticos, empezamos a hablar de lo que está(ba)mos haciendo. En vez de denunciar el mundo de la educación (existente), empezamos a contar qué est(áb)amos haciendo efectivamente por transformarlo y reinventarlo.

A raíz de esta notable inversión, logramos finalmente encarnar lo que comentábamos en foros abiertos, acerca de las sorpresas sin fin que nos brinda cada día el mundo digital de transformaciones, en un proyecto de rediseño colectivo. Quedó claro que se podían fusionar el hacer/decir, quedó de manifiesto que nuestras perspectivas bottom-up no eran una utopía discursiva, sino una guía para la acción, y quedó contundentemente explicitado que décadas dedicadas a entender el mundo -las tantas veces reiteradas 10.000 horas de Gladwell que hacen de uno un experto (aunque Godin discrepe), y las probablemente 20.000 que hacen falta para soldar esa expertise con capacidades de liderazgo y transformación social- habían estado bien invertidas, y podrían servir de inspiración y motivación a otros colectivos.

Eso se comprobó en nuestras 7 intervenciones en la Madre Patria hace un par de semanas atrás. Mientras mas que contento con los resultados del proyecto #rediseñar2010, fascinado con la sintesis que hizo Guadalupe López del Proyecto Facebook (es el atrevido Prezi que abre este post) y sorprendido por la linda tapa que tendrá el libro que se presentó ayer en Buenos Aires.

Aquí síntesis audiovisuales de las presentaciones hechas por un alumno que se autoerigió en documentalista por las suyas, mostrando que a todo edupunk, le sale un grano mas edupunk aun. Enhorabuena

Primera Parte

Segunda Parte