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El diablo sabe por diablo pero mas sabe por viejo. Cuando crepúsculo y lucidez increíble van terriblemente juntos

Colombia, tierra querida

Quien sabe porque motivo me ocurrió con Colombia y no con México o con Brasil. Porque en estos dos últimos países estuve innumerables veces desde hace tiempo inmemorial. Mi primer viaje a Brasil data de 1979, y a México fui pro primera vez en 197, mientras que a Colombia recién llegué a Bogotá en 1990 y a Calí en 1994, y recién volví a Bogotá en el 2004 para la inauguración del portal Colombia Aprende.

Pero aunque el motivo es insondable las consecuencias no lo son. Ya sea trabajando con la gente del Ministerio de Educación, habiendo pasado por la Universidad Luis Amigó en Medellín en el 2003, por EAFIT en el 2008, por la Universidad de Lasalle el año pasado, y con dos encuentros en la buchera para Octubre de 2010, sin contar los seminarios Educamp que hicimos con Diego Leal en Pereira, Montería y Cartagena, lo cierto es que Colombia cada dia me es mas afin.

Me gusta su gente, me gustan sus sonidos y colores, no en vano vienen de pelear una guerra y de ganarla relativamente, y hay mucho en sus usos y costumbres que denotan la supervivencia y las ganas de vivir. Los colombianos son infinitamente diversos, su generosidad es enorme y las ganas de aprender (y de enseñar) que tienen son siempre llamativas.

El reciente seminario que hice en la Universidad Distrital se salió del común y fue sin dudas el mas edupunk con máquinas 1@1 a granel, que haya hecho hasta ahora, ayudado en eso por el altísimo nivel de los participantes, todos ellos maestrandos y doctorandos.

La que piensa es la red

Había estado por ultima vez en Colombia el año pasado junto con Carlos Scolari y compartimos una tribuna en la Universidad Javeriana, adonde no había vuelto desde mi primer viaje en 1990. Allí en ese lejanisima época de CLACSO y de las ciencias sociales, habíamos compartido tribuna y el festejo de un rubicundo décimo aniversario de FELAFACS, nombres propios de la comunicación latinoamericana de primer nivel como Nestor García Canclini, Jose Joaquín Brunner, Raul Fuentes Navarro y muy especialmente Jesús Martín Barbero, uno de los anfitriones.

Radicado desde tiempo inmemorial en estos parajes (llegó a Colombia a los 27 años en 1963 y se nacionalizó colombiano en el 2004), el avilés Jesús, que vivió en Cali hasta mediados de los años 90 cuando fue echado de Colombia por la avanzada de las FARC en connivencia con la izquierda universitaria, la muerte de varios de sus amigos mas queridos y un clima de violencia y desazón que tardaria años en disiparse, es un referente clave en los estudios de comunicación en América Latina.

Como no pasé por estudios formales de comunicación, y mis intereses siempre estuvieron mas cerca de la epistemología y de la filosofía de la técnica que de la innumerable gama de temas trabajados por estos padres fundadores, sus obras nunca me afectaron demasiado, y aunque los conozco a casi todos tampoco hice (salvo un tiempo con Anibal Ford) demasiadas buenas migas con ellos.

Siempre los vi demasiado atados a los convencionalismos de la investigación académica, a los circuitos endogámicos meméticos, básicamente atrapados por el paradigma letrado y el paréntesis de Gutenberg. Con pocas y saludables excepciones cuales son la de José Joaquín Brunner, quien fue el primero que se animó con un desparpajo que todavía me llama la atención, a enunciar en el precámbrico 2004 que ya no había grandes pensadores latinoamericanos (o si es por el caso mundiales), sino que desde principios de los años 2.000 la que piensa es la red. Vaticinio que no hace mas que confirmarse cada día para quienes respiramos ese oxigeno virtual/real cotidianamente.

Volver a Barbero es siempre una fiesta

El otro padre fundador que siempre me atrajo mas que por la lectura de sus obras que solo hice a los saltos de rana, por sus conversaciones, su vivacidad, sus ganas de incursionar en lo digital cuando el resto tardó mas de una década en llegar, fue Jesus Marttin Barbero.

Durante mi estancia en CLACSO entre 1988/1996 nos cruzamos en innumerables reuniones y saraos. Compartimos tribunas y publicaciones. Me alegré infinitamente cuando le vi entre sus manos el libro único de Ezio Manzini Artefatti: Verso una nuova ecologia dell’ambiente artificiale y aunque nunca pasamos mucho tiempo juntos, salvo por interposita persona, desde lejos nos tenemos un afecto y una estima sin igual.

Por eso me alegré mucho el sábado a la mañana cuando aprovechando un escaso hueco en mis estancia bogotana, triangulé su teléfono via Carlos Scolari, me mandé en un taxi junto a Omar Villota de El Punzón, y al rato estábamos en su bella casa en la Traversera 1A desde donde se atisba (por ahora) una Bogotá etérea y fantasmal.

Había visto a Jesús hace unos meses en Barcelona y allí pasamos un par de agradables horas en compañía de Carlos y otros conocidos en el 22@, a pasos de la Universidad Pompeu Fabra. Ya me había anticipado Carlos, en su anterior visita donde el mismo había recorrido esa subida y había pasado la mañana en su casa, de la lucidez infernal del otoñal patriarca.

Pero una cosa es que te la cuenten y otra es vivirla en oído propio, asi que recuperemos lo que escuche/vi/sentí, que seguramente rescata malamente, lo que fue una experiencia de intensidad muy especial.

Emociones encontradas en un grande entre los grandes

Jesús que estuvo muy enfermo hace un tiempo, hoy retoza sus 72 años como si fuera un pimpollo y sus opiniones, comentarios y señalamientos oscilan entre el sarcasmo, la lucidez y la esperanza.

Viene muy conmovido de su reciente estancia de 3 meses en Paris. Para quienes como él vivimos los gloriosos swinging sixties, la Europa de hoy en día es una mezcla de nostalgia y decadencia. La síntesis de su estancia cabe en un tweet «Pobre Francia, tan lejos del Mayo del 68 y tan cerca de Berlusconi«.

Con un puntapié inicial de tal calibre la hora larga durante la que nos permitió intercambiar recuerdos y futuros no paró nunca. Sirvió para revisar su juventud tardía cuando vivió en Bélgica durante tres años a partir de marzo de 1969 (yo había llegado a París donde me quedé casi un año en enero) sintetizando y publicando tesis de doctorados latinoamericanos sobre temas candentes. Hasta finalmente entregar su propia tesis en 1972

La suya fue/es una vida larga e intensa. Con viajes interminables, con radicaciones en múltiples lugares, solo en la ultima década vivió un año largo en Puerto Rico, cuatro en Guadalajara, México, aparte de los innumerables visitas de varios meses en Berlin, Stanford, Lima, San Pablo, Barcelona e incluso Buenos Aires.

Diciéndole no a la eutanasia lingüística

Furioso con la eutanasia lingüística (que llevó a rebautizar como falsos positivos a los campesinos asesinados por el ejército), no dando por el presidente electo Francisco Santos mas que la expectativa que brinda un cambio de estilo, pero saludando el destierro provisorio del actual presidente Uribe, quien le vendió a Colombia la seguridad democrática eufemismo del gobierno vía tierra arrasada, harto de las camarillas universitarias y de la incapacidad de los viejos de convivir con los jóvenes, Jesús rezuma vivacidad y critica, brinda detalles oportunos y sugerencias, entusiasmo y contagia con su potencia explicativa atravesada por el cuidado por la complejidad.

Dos de sus amigos y discípulos favoritos como son Omar Rincón y William Fernando Torres vieron tronchadas sus carreras en una universidad de primer nivel por el boicot de los viejos, por la impenetrabilidad de la universidad a nuevas corrientes y enfoques, por la incapacidad de la casta sacerdotal de combinar su sapiencia y expertise con la valia única de las nuevas generaciones, negando la necesidad de reinventar un tejido esclerosada, sin ninguna capacidad de autorenovacion.

Jesús recibe innumerables invitaciones a disertar y espolear a las nuevas generaciones como sucedió en el cierre que hizo de la eweek en Abril del 2010 en Vic o, su mas que sonada intervención en la edición 11 del Zemos98 Educación Expandida que tuvo lugar en Sevilla en Marzo de 2009.

Zemos98 un modelo a seguir

De los muchos héroes y vanguardias que Jesús rescata, el colectivo Zemos98 brilla en el pedestal mas alto. Si el grupo en sus inicios fue apenas desarrapado de estudiantes, a partir del vigor de ideas firmes, de desarrollos entusiasmados, de mucho estudio, pero sobretodo de mucha producción hace mucho que tienen en vilo a una ciudad como Sevilla cada año, al abrigo de encuentros desentumecedores, y trasmitiendo sin parar energía y visión. ¿Porqué entoneces deberíamos conformarnos con las universidades que tenemos devenidas en tumbas de la alegría y en apoteosis del fisgoneo y el cotilleos?

Encontrarlo a Jesús fue producto de una extraña serendipia. Ya que Elvira su mujer estaba en Cali, su hija quien lo cuida en su ausencia y vive en el mismo edifico se había quemado malamente la mano con una hornalla, el coche familiar no estaba presto, tuvieron que tomar un taxi hasta el hospital y mil y un inconvenientes mas.

Aun así se abrió la ventana de la oportunidad, pudimos hablar largamente de un gato heredado que finalmente le fue usurpado por su hija que lo trata, para su consternación, como a un ser superior. Mientras Jesús se resigna a que su maravilloso ventanal sea tapado por una insidiosa torre, que algún maquiavélico constructor consiguió elevar, pese a las protestas de los vecinos, que hace años que están tratando de preservar la vista.

«Sed realistas, pedid lo imposible»

Pero ni esa tapia física, ni la defección de las autoridades administrativas que hacen la vista gorda frente a auténticas canalladas, ni lo difícil que resulta 40 años después del Mayo francés mantener y operacionalizar sus mantras como el celebérrimo «Sed realistas, pedid lo imposible» amilanan a Jesús.

Que en vez de sentir asco y hastío frente al presente solo piensa en su reinvención. Quien en vez de imaginar un pasado mítico y maravilloso apuesta día a día a una juventud que esta my lejos de ser la caricatura pasotista que los medios construyen, y que tanto ella como él dan a diario ejemplos de voluntad de autotransformación.

Fue una suerte inmensa que desandando mi pachorra lo fuera a ver a Jesús Martín Barbero en su refugio bogotano. Si bien mucho de lo que dijo y las risas constantes frente a los comentarios no quedan reflejadas en esta pálida crónica el mensaje es claro. Hay alguien en Bogotá, con mucha inquietud e historia que trabaja y piensa y nos ayuda a entender. Gracias Jesús.

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7 comentarios

  1. Alejandro:
    Me ha encantado la crónica. Por lo bien escrita, y por el cariño que le pones. Hilvanas conexiones entre épocas, lugares, culturas y personas de un modo agradable de leer. No conozco a casi nadie de los que mencionas, pero apenas me ha importado. Disfruté leerte.

  2. Patricia NIño Patricia NIño

    Hola!
    hasta hoy me acerco a tu blog y me encanto, me cautivo. Un estilo entre lo acadpemico, lo coloquial y el romanticismo del lenguaje.
    Sòlo una aclaraciòn, el presidente electo es Juan Manuel Santos, no Francisco Santos como lo mencionas. Este ùltimo, es el actual vicepresidente.
    Un abrazo

  3. Monica Duplat Monica Duplat

    Hola Alejandro, este artículo me llamó la atención por que habla de Colombia y oh sorpresa, las bellas palabras de Martín Barbero. Es muy interesante como explica las dimensiones escenciales de la educación y también cómo enumera las competancias que determinan la forma cómo las personas adquieren conocimientos. Importante para entender las problemáticas cortoplacistas y represoras de las que son victima las juventudes del presente y que también tocaron nuestra generación adulta. Gracias por la «comunicación» de estos temas.

  4. Maestro: La aclaración anterior es importante! Se trata de ¨Juan¨ y no de ¨Francisco¨ Sin embargo también es claro que el negocio queda en familia. Otro asunto interesante es el del hecho de «ganar la guerra relativamente» … no sé que pensar de eso… a lo mejor sí, pero porque las guerrillas también han comprado acciones en el mismo negocio.
    Con seguridad, Bogotá sabrá apreciarlo como ud. a ella (espero). Soy estudiante de pregrado de la U. Distrital, y como ud. bien lo menciona el ambiente y la filosofía Edupunk se difunde. Tal como lo exponía el profesor Barbero en Octubre, en la U. Distrital tambien, la escuela necesita de docentes rebeldes, cuestionadores, lideres, autores y no autoritarios¨. Hay muchas esperanzas puestas en Bogotá.

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