Baenzaedupunk sniff sniff. Ahora a des/repedagogizar

Evaluaciones que le pegan al corazón

En el inicio de la evaluación por parte de los alumnos del #edupunkbaeza el primer comentario le cupo a Sandra Cuevas quien junto a Jordi, a Arantxa y a Lucia Caro llevaron la voz cantante en lo que a apropiación y gozo de la experiencia se trató. Y según Sandra esta experiencia fue única e irrepetible, y una de las que mas le habían golpeado en su vida. Aparte de una de las mejores vacaciones que jamás haya pasado. ¿Cómo no debíamos sonrojarnos?

Frente a tamaña declaración las que vendrían después empalidecerían, porque Sandra había dado en el clavo. El curso #edupubkbaeza poco había tenido que ver -aunque volaron recursos por el aire y nos saturamos de referencias a libros e itinerarios de navegación- con la ingesta (desapasionada) de conocimientos, sino que fue un auténtico plexo al corazón y las inteligencia múltiples.

Habiendo terminado hace pocas horas de coparticipar de la experiencia, lo que nos llevamos, especialmente los animadores y VJ´s que fuimos Carlos, Ruth, Dolros, Tiscar y yo, no fue tanto nuevas referencias, temas o enfoques, que tambièn los hubo por parte de nuestros pares y tambièn de los alumnos, sino la alegría de haber diseñado una comunidad real/virtual que en el futuro seguramente se convertirá en nodo de algún colectivo mucho mayor (ya tenemos una lista y un wbelog en funcionamiento) que la treintena de personas que vivimos una semana de ensueño en esa ciudad mágica de Baeza.

Baeza, ciudad monumental

Y aquí no hay hipérbole alguna. Difícilmente podría yo, un fóbico contumaz, haberme reconciliado con los tiempos lentos de las sobremesas, las ritos diarios de ir a los 3 o 4 lugares contumaces, de no haber salido jamas del casco histórico, de no haber intercambiado palabra alguna con alguien que no fuera del endogrupo, sino hubiese sido que el entramado que armamos resultó tan agradable, que cada día de camaradería se convirtió en el inicio de nuevas amistades, que la ruptura de las paredes del aula fue de la mano de un intensa intercambio presencial, como pocas veces ocurrió antes.

De remotos orígenes – se han localizado restos de una necrópolis argárica de la primera Edad del Bronce – todas las culturas han dejado su huella en Baeza: la ibérica, la romana, la visigótica, la musulmana. Conquistada definitivamente por Fernando III el Santo en el año 1227, Baeza ostentó la capitalidad civil y religiosa del Alto Guadalquivir hasta la conquista de Jaén, jugando un importante papel en toda la reconquista de Al-Andalus, lo que le hizo merecer el apelativo de Nido Real de Gavilanes. Pero fue el siglo XVI y a lo largo del XVII la época del esplendor de Baeza en cuanto a producción agrícola, ganadera e industrial, y en el de su cultura, de lo que es testimonio las estancias en la ciudad de notables místicos como San Juan de la Cruz o San Juan de Ávila, así como la creación de la Universidad baezana (desactivada durante siglos y relanzada hace 31 años) y la mayoría de sus monumentos civiles y religiosos.

La ciudad es la experiencia

Claro que una ciudad que actualmente centra su vida alrededor de los cursos de verano ayudó mucho en ese sentido. Si como Guyot dijo y a mi me encanta repetir «La escala hace al fenómeno«, en esta oportunidad cabe sostener «La ciudad hace a la experiencia«, colabora en su construcción, fomenta la participación, y al encontrarnos todos todo el tiempo recorriendo los mismos senderos, permite, en casos como éstos -no séamos ingenuos también me repiquetea la frase sartriana «el infierno son los otros» encarbado en Peyton Place-, a que si hay aprendizaje, éste sea expandido, si hay encuentro, que éste se potencie en las sobremesas, si hay camaradería que ésta haga aflorar lo mejor de nosotros y lo haga rebotar en todos los rincones del lugar.

Baeza/Linares no queda en ninguna ciudad. Al menos la estación de tren, que e sun menro apeadero. Y si no se viene en coche, como nos pasó a unos cuantos, tendremos que tomar un taxi, viajar 15km y meternos en un tren que no es un AVE para casi 4 horas mas tarde y una media docena de estaciones mediante, escaparnos dell gran hervidero que es Madrid a fiens de Agosto. Pero si se vuelve en coche, como me paso a mi, también tomará por lo menos 3 o 4 horas hacer el camino de regreso si es que no se quedan en algún parador intermedio como son los de Manzanares o Almagro ayudando a la descompresión, indispensable en casos de tanta intensidad cognitiva y emocional como la que acumulamos durante esta semana en los cursos de verano de la UNIA.

Identidades digitales

Al despedirnos de los alumnos en Baeza les dimos un pendrive que contenía presentaciones y links a nuestras identidades digitales. Cronològicamente nos presentamos asi : la mía (edupunk, por ahora), la de Carlos (transmediática), de la Dolors (PLE), la de Ruth (avatares), la de Tiscar (VJ).

Sobre esa base fue infinito lo que dijimos, hicimos, movilizamos, sedujimos, atrajimos, repelimos, instalamos y revocamos. Como anteanoche fui a ver Inception, quedó claro que la nuestra fue una auténtica tarea de inseminación memética. Desfachatada. Pero ¿se puede instar a ser libres? Algunos tildan nuestra cruzada de evangelismo, otros de reduccionismo tecnofilico, la discusión es interminable.

Sin embargo a la luz de una exquisita literatura sobre la escuela que recorrí anteayer en la Casa del Libro en la Gran Vía, mucho de lo que hicimos y dejamos de hacer, queda mas claro. Porque no se trata de oponer nuestro portafolio abierto a la clase magistral sino de entender con mucho mas detalle de lo que vinimos haciendo hasta ahoa, ¿qué es lo que no funciona casi nunca de la transmisión magistral (porque a veces funciona), y como el rediseño institucional es indispensable si queremos que lo edupunk deje de ser una rareza pero que tampoco se convierta en un commodity?

Despedagogizándonos/Repedagogizandónos

orque al final de cuentas todos tenemos/practicamos una/varias pedagogìa(s), aunque como pasa con la epistemologia generalmente no sabemos cual es. Hasta que nos harta la que tenemos, o hasta que nos seduce aquella de la que carecemos.

Sumergiéndonos en obras (varias las compramos) como las de Ken Bain Lo que hacen los mejores profesores universitarios, Daniel Pennac Mal de escuela, Gregorio Luri La escuela contra el mundo. El optimismo es posible.

Pero muy especialmente en un universo presidido por La escuela sin funciones. Critica de la sociologioa de la educación critica de Enrique Martin Criado, De la buena y de la mala educación. Reflexiones sobre la crisis de la enseñanza de Ricardo Moreo Castillo y en algunos volúmenes increíbles de la coleccion Laertes como Alteraciones Pedagógicas. Educación y políticas de la experiencia de Francisco Jodar, o Frankenstein Educador de Philippe Meireieu (en la onda Ranciere/Jacotot), pudimos comprobar que mucho de lo que hicimos en Baeza o estamos haciendo en Buenos Aires tiene mucha mas cola o fundamento de lo que generalmente creemos, pero especialmente de lo que creen los alumnos críticos.

No es lo mismo ser profundos que haberse venido abajo (María Elena Walsh)

Porque esporádicamente los comentarios de los alumnos aluden a cierto superficialismo en nuestro tratamiento de los temas. En eso ñes puedo asegurar que muy raramente cualquier cátedra (ya sea que defienda a las clases magistrales o las critique) trata estas cuestiones con la profundidad que merece la educación siguiendo los lineamientos dados por estos autores mencionados mas arriba. Los niveles de circularidad de los bucles entrelazados, de dudas y tensiones que alli aparecen y que nosotros hacemos reverberar en nuestras propuestas edupunk/edupops sobrepasan en mucho la discusión banal acerca del como, del cuando y del cuanto de la introducción de máquinas en la escuela y en la universidad.

Si nuestro «superficialismo» consiste en no seguir enunciando lo que está mal en macro y en vez tratar de transformar lo que es posible/deseable en micro, mucho de lo contenido en esta lmáquian de guerra para- o post-pedagógica encarnada en estos libros, avala nuestra estrategia, aunque sugiere mejorar infinitamente nuetsra táctica.

Ahora que el reparto de máquinas se está convirtiendo en default (lo que nos alegra en tanto implica zarandear al sistema educativo, pero dificilmente tuerza sus cimientos y probablemente los refuerce), debemos volver a hacer una reflexión cada vez mas archicompleja sobre el porque de los fracasos de las reformas educativas y el porque de la asimetría creciente entre credencialismo y aprendizaje significativo. Como trata con enjundia Martín Criado en sus obras mostrando la pardoja de un sistema que dice desasnar pero consigue reasnar.

Si la experiencia de Baeza fue un éxito es porque a pesar precisamente del ametrallamiento del meme edupunk (en términos de Inception), sirvió para reflotar las dudas que siempre tuvimos acerca de porque lo que hacemos pocos no puede escalarse mucho, y de como la escuela (o la universidad), especialmente las que se dicen filoedupunk, probablemente sean las que mejor desarmen nuestras deconstrucciones. De eso y de mucho mas hablaremos/haremos las próximas semanas.

Gracias al colectivo #edupubkbazeza por lo mucho que hizo pero también por las semillas que nos sembró acerca de las trampas que cualquier buena intención conlleva sin saberlo.