En el año del 100mo aniversario del nacimiento del santo Patrono Marshall McLuhan
De porque leer es algo muy raro
Leer es una cosa muy extraña. Durante centenares de miles de años nadie lo hizo. Pasaron al menos 90% de la vida humana antes de que alguien pudiera mover sus ojos sobre alguna superficie de arcilla adornada por marcas, y que eso significara algo, mucho, casi todo lo que importa en la vida y en el mundo.
Porque mientras que hoy para un letrado encastrar el sentido, decodificar esas marcas y convertirlas en drama y emoción, en promesa y decepción, en sentido e ilusión se ha convertido en una caja negra y nos parece el proceso mas natural del mundo se trata de un misterio muy bien retratado por el genial bardo isabelino -y mashupeador avant la lettre- Willian Shakespeare quien eternizó su asombro en un soneto ejemplar (108)
What’s in the brain that ink may character
Which hath not figured to thee my true spirit?
What’s new to speak, what now to register,
That may express my love, or thy dear merit?
que aun hoy nos sigue carcomiendo con el desafío de entender como es que comprendemos a partir de inscribir nuestras ideas y potencias en soportes y cápsulas de sentido
Hace tan poco que leemos y entre tanto nos pasaron tantas cosas
El fenómeno es todavía mas llamativo dada su novedad. Después de todo la transformación que parte de marcas arbitrarias para convertirlas en una experiencia vivida e intensa, es uno de los misterios mas excelsos del género humano. Y encima se trata de una invención sumamente reciente, que puede ser ubicada según tiempo y lugar entre los 10.000 y los 5.000 años antes de Cristo.
A años luz de los tiempos y circuitos evolutivos que nos convirtieron en mamíferos parlantes, en hombres ergastor y habilis, que perfeccionaron nuestra anatomía y biología hasta umbrales insospechados, y que permitieron generar una cultura de la abstracción y del distanciamiento crítico, que alcanzó en tiempos tiempos homéricos niveles de excelencia, en ausencia total de la escritura.
Uno de los grande méritos de Stanislas Dehaene (2009) en The Science and Evolution of a Human Invention ha sido indagar en extremo detalle como esta mediamorfosis fue posible combinando una experimentación preciosa y un gusto abrumador por abrir la caja negra de la escritura, tapizando su libro de decenas de diagramas felizmente registrados en la red.
La lectura y sus circuitos neurales
Llevando adelanto el programa de la epistemología experimental de Francisco Varela quien recomendaba pasar de los apariencias a los mecanismos. Dehaene inicia su periplo con un registro concienzudo de los circuitos neuronales necesarios para convertir las marcas en pensamientos e ideas.
Reconstruye como lo hicieron (Schamdt-Besserat, 1996 y otros)como la lectura se desarrolló históricamente, pasando de las inscripciones sumerios y los jeroglíficos egipcios a los alfabetos griego y romano y los ideogramas chinos.
Con mucha resonancia con la obra de Wolf (2007) Proust and the squid. The story and science of reading brain, nos muestra como aprendemos a escribir como chicos y porque la dislexia vuelve tan difícil la lectura.
La sofisticación del cerebro lector se traduce en que operaciones que nos parecen nimias (como llenar los códigos de control en sistemas antismpam como en los captcha) son pan comido para un adulto medio y un intríngulis irresoluble para cualquier robot espameador
En las ultimas tres décadas las ciencias cognitivas han demostrado una y otra vez que las experiencias mas simples y naturalizadas que desarrollamos a diario como hablar, mirar y recordar son el resultados de intrincadas computaciones. Una de las principales objetivos de Dehaene es añadir la escritura a estas actividades simples pero endemoniadas, para las cuales la inteligencia artificial sigue siendo una aproximación insuficiente. ¿O no tanto?
Los problemas del innatismo
Lo llamativo del aporte de Dehaene no es quedarse aquí -en lo que esta totalmente de acuerdo con Wolf- sino en sumarse al paradigma de lo innato abrazo por por Noam Chosmy en sus obras pioneras de los años 50/60 y retomados por Steven Pinker recientemente.
Según el francés la lectura esta sometida a enromes constricciones apoyadas en estructuras mentales innatas con muy poca flexibilidad, tan pequeña de hecho que ha permitido en circunstancias excepcionales que emergiera la lectura
En su inteligente reseña del libro de Dehaene Gopn (2010) recuerda que hay dos tipos posibles de innatez. Como dice Chomsky naceríamos con estructuras neuronales y cognitivas determinadas genéticamente, estructuras que sobrepasan en mucho mecanismos de aprendizaje general. Dicho en criollo el cerebro no es ninguna tabula rasa.
Peor lo que resulta mucho mas polémico no es esta historia de la mente sino el supuesto de que su futuro esta condicionado en forma determinista por estas estructuras. Porque según Chomsky esas estructura innata determinara de tal modo al cerebro humano que hoy poseeríamos los mismos que los de los cazadores-recolectores con algún matiz muy menor.
Plasticidad y aprendizajes no convencionales
Nuevas generaciones de neurocientificos no están tan de acuerdo. Por una parte las computadoras están empezando a aprender. Desde los algoritmos genéticos hasta la programación por autoaprendizaje empiezan a descollar programas que no solos sorprenden a los observadores sino a los propios programadores que los crearon ante la aparición de comportamientos emergentes
También la psicología cognitiva infantil se encuentra con casos de aprendizaje del mismo tipo como registra brillantemente Gopnip (2010) en su maravilloso libro ….“The Philosophical Baby: What Children’s Minds Tell Us About Truth, Love, and the Meaning of Life.”
Paralelamente empezamos a ver en el cerebro una plasticidad inesperada. La influencia (el triggering) de la experiencia tiene un rol clave en sus reconfiguracion. No solo no es una tabula rasa sino que tampoco esta escrito en piedra.
Nos gusta estas resonancias y complejidades.
Innatismo débil, innatismo fuerte y Formas T
Stanislav Dehaene en su apasionante The Science and Evolution of a Human Invention aporta convincente evidencia de que el primer tipo de innatismo es viable. Así sostiene que las formas que usamos para dibujar las letras escritas espejan las formas que los primates utilizan para reconocer objetos. A menudo -especialmente inspirados no demasiado felizmente en la noción de arbitrariedad del signo de Saussurre– suponemos que cualquier letra podría utilizarse para escribir cualquier palabra. Y sin embargo un rápido vistazo a alguna taxonomia de los alfabetos muestra que las formas de los símbolos escritos son mas que similares entre los distintos lenguajes
Lo que pasa es que la forma de las letras como T o M son también muy importantes para los antropoides superiores. Cuando un mono se encuentra con una forma T en el mundo, es mas que probable que se anoticie del borde de un objeto — algo pasible de ser tomado u eventualmente comido. Hay un área especifica del cerebro que le presta debida atención a esas formas. No deja de ser fantástico que los seres humanos usemos esas mismas áreas cerebrales para procesar las letras.
La brillante tesis de Dehaene -que muestra la fructuosidad de enhebrar lecturas psicogenéticas con lecturas evolucionistas y con lecturas culturales- es que esas áreas cerebrales han sido recicladas para la lectura. Desde esta perspectiva los humanos no habríamos inventado la mayoría de las formas de las letras ya que las mismas habrían estado latentes en los cerebros durante millones de años hasta ser «despertadas» (triggered) cuando nuestra especie inventó la escritura y el alfabeto.
Pare la mano tallador. La plasticidad (cerebral) se dice de muchos modos.
Paradójicamente la sobreadaptación de nuestro cerebro con su capacidad infinita de convertir en sentido cualquier símbolo parecería invalidar la idea de innatismo profundo y sobreestructurado defendido por añadidura por Dehaene.
Cuesta mucho acompañar a Noam Chomshy (paradoja nada menor dado su liberalismo político salvaje), cuando insiste en que las nuevas invenciones culturales (los memes), solo son posibles en la medida en que sean compatibles con al arquitectura dada e inmodificable de nuestro cerebro.
La plasticidad (cerebral) se dice de muchos modos. Es cierto que nacemos con cerebros altamente estructurados, pero estos cerebros vienen bañados en experiencias, especialmente las mas tempranas e infantiles. Además como humanos combinamos en forma dramática y muchas veces irreversible (y no siempre para bien) a nuestros entornos on neustro legado cerebral.
Además nuestra neotenia nos fuerza a vivir una larguísima infancia y adolescencia, dotados de cerebros de una capacidad de automodificación increíbles. Cada nueva generación nace en un neo-entorno y cada generación viene con un cableado diferente. La ciencia, el espíritu humano, las visiones y lecturas pueden cambiar brutalmente en pocas generaciones
Media-break y franjas etarias
Si a alguien afectan estas transiciones mediamórficas es sobretodo a los lectores del siglo XXI. El «media-break» pasa por los 30 años. Debajo de esa linea los ojos nadan en pantallas, por encima de esa linea lo hacen aun sobre el papel.
No solo eso sino que la vida en la pantalla -mas alla de la retractación culposa de Sherry Turkle en Alone Together. Why We Expect More from Technology and Less from Each Other -nos insta a estimular con el multitasking al cerebro de una forma insistente y demoledora
Una generación de cerebros de extrema plasticidad (los nativos digitales) hace ya rato que está entre nosotros ¿Se trata de aliens, demonios, angeles, turistas, posthumanos?¿O mas bien de una formación cultural en continuidad evolutiva e histórica con anteriores generaciones, con la cual convivir y de la cual hay mucho que aprender y enseñar?
Como bien dice Alison Gopn (2010) en Mind Reading mientras que babyboomers escuchabamos a Pink Floyd o a Moody Blues, a Frank Zappa y a Jmmy Hendrix), mientras dábamos nuestros primeros pasos en la creacion de la primera generación de computación gráfica (desde Pong hasta los sprites), nuestros hijos de la Generation Y crecieron con esas imágenes (y con la capacidad de producirlas) como segunda naturaleza. Queda cada vez mas claro que sus cerebros son tan diferentes de los nuestros, como lo eran los nuestros de los portadores del «pensamiento salvaje«.
La danza eterna entre viejos y nuevos cerebros
La pregunta acerca de la bondad o maldad de este decurso evolutivo tan bien trabajada en textos que repetimos permanentemente como son los de Simone y Ong, Olson y de Kherckove, y ahora Wolf y Dehaene es irrelevante.
Perder/Ganar es el nombre del juego. Como también el celebre título de la canción de Bobby Vinton en los años 60 que nos invitaba a Mutliplicarnos. La constante es el cambio y la transformación. La constante es la danza eterna entre viejos y nuevos cerebros, entre la tradición y la innovación, entre la promesa y la memoria.
Lo propio de nuestra naturaleza humana es la voluntad de cambio y de permanencia, en tensión permanente, en un agon imparable, en una paz que dura poco y que se trasforma permanentemente en nuevas pulsiones y deseos en todos los planos de nuestra existencia.
Como adultos somos frente a los chicos como Aquiles contra la Tortuga. Nuestro futuro se escurre irremisiblemente mientras nosotros somos finalmente tragados por nuestro pasado. Pero en este caso la filogenia no necesariamente recapitula a la ontogenia.
What scientific concept would improve everybody’s cognitive toolkit?
Mirado desde muchos puntos de vista, recortado a partir de diversas matrices hermenéuticas y buscando irreducir los planteos y no caer en ningún simplismo interpretativo, no cabe la menor duda de que nuestra civilización es infinitamente mas compleja, dinámica, rica en matices sobretodo, abierta a despertar en los casi 7.000 millones de personas que la componen, con mas posibilidades expresivas y de autorrealización que nunca antes en la historia.
Paradójicamente ese aserto debe convivir con que al mismo tiempo, el mundo esté lleno de defectos, injusticias e irresponsabilidades. Algo que no debemos atribuir al cerebro digital -si es que tal entidad existe-.
Pero como bien nos enseñan las lecciones imborrables y por ahora bastante desatendidas de Edge.com 2011 como respuesta a la pregunta vital What scientific concept would improve everybody’s cognitive toolkit?, necesitamos nuevos conceptos e ideas para pensar el zafarrancho en el que nos metimos, salir de el e inventar nuevos mundos.
Y como bien dice Jonah Leher en The Difficulty of Discovery (Where Have All The Geniuses Gone?), queda claro que nuestros cerebros individuales ya no alcanzan para eso. Quizás en estas formas distribuidas de ecología mental o intelectual esté la clave de posible neo-reinvenciones de la arquitectura cerebral para vivir mejor
Pero también, a pesar de las teorías del inconsciente y los determinismos de todo tipo (incluyendo los de la arquitectura cerebral) en la ventana de portunidad que nos queda de voluntad y conciencia tenemos una certeza y una obligación como bien explicita Lehrer en Control Your Spotlight afinar, calificar y concentrar nuestros ciclos cognitivos y emocionales, apuntándolos en forma cuidadosa y delicada sobre muy pocos desencadenantes o disparadores que pueden hacernos mejores personas y comunidades.
Menudo desafío asentados como estamos frente al abismo del cierre de El Paréntesis de Gutenberg.
[…] La historia y la ciencia de la lectura – Leer es una cosa muy extraña. Durante centenares de miles de años nadie lo hizo. Pasaron al menos 90% de la vida humana antes de que alguien pudiera mover sus ojos sobre alguna superficie de arcilla adornada por marcas, y que eso significara algo, mucho, casi todo lo que importa en la vida y en el mundo. […]
ESTE ES UN ARTICULO QUE REALMENTE VALE LA PENA LEERLO DETENIDAMENTE, HACER UN ANALISIS DE LAS OBSERVACIONES EN PACIENTES Y ALUMNOS (EN LO QUE A MI PROFESION CONCIERNE) Y COMPRENDER LA MARAVILLA DE LOS ULTIMOS 25 AÑOS DE AVANCES EN NEUROCIENCIAS, TAN NECESARIA COMO APOYO A LA PSICOLOGIA Y AL APRENDIZAJE EN GENERAL. MUCHOS CONCEPTOS (TOTALMENTE COMPROBADOS) CAMBIAN LOS PARADIGMAS Y DEBEMOS PREPARARNOS, DEBEMOS SEGUIR APRENDIENDO DIVERGENTEMENTE, SIN OLVIDAR LO MAS IMPORTATE EL USO CORRECTO, ADAPTATIVO DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL.
interesantisima lectura, saludos desde lima peru