De las fantasías teóricas a la prácticas desentumecedoras
Después de haberle dedicado un libro entero como fue 1@1 Derivas en la educación digital, a las experiencias 1@1, después de venir trabajando con TIC´s en la construcción de espacios de diálogo y creación durante mas d euna década, después de utilizar computadoras desde hace mas de 30 años, algo hemos aprendido de que es lo que funciona y de que es lo que no funciona en el aula como máquina de aprendizaje.
Y justo cuando nos poníamos a practicar algunas nuestras teorías gracias a la donación que hizo el gobierno de casi un millón de máquinas a los chicos, y mediando un subsidio mas que valioso del IDRC, muchas de nuestras creencias están siendo puestas a prueba y muchas de nuestras convicciones están siendo azotadas por el tsunami de la realidad y por eso debemos ponernos a a barajar y dar de nuevo.
Pero no solo se trata de revisar nuestras estrategias y de reinventarlas, porque así lo exigen las aulas reales, que son laboratorios vivientes de una complejidad inusitada, sino también de asimilar marcos y potencias creativas que hasta ahora no pudieron encarnarse por deficits varios (de equipamiento, de conectividad, de falta de docentes entrenados en TIC, de desconocimiento de las nuevas reglas de juego pedagógias en un mundo pleno de incertidumbre, etc etc
En el marco de la resiliencia todo, fuera de ese marco nada
Y como la resiliencia es nuestro horizonte y nuestra motivación, pasados apenas 100 días de clase en la experiencia Sarmiento 1@1, tenemos aquí algunos señalamientos que merecen ser compartidos.
Porque la experiencia viene siendo extraordinaria en términos de la generación de nuevas habilidades, comportamientos, expectativas y formas de trabajo. Paralelamente la colisión entre la cultura edupunk y la institucionalidad de la escuela ha resultado muy shockeante y desgastante. Por último las condiciones de replicabilidad de la experiencia (dado su alto costo y su inversión en dinero y recursos humanos) son harto discutibles al día de la fecha.
Los datos vienen a cuenta porque una experiencia maravillosa sin replicación posible terminaría siendo un sonoro fracaso. Hace rato que estamos hartos de los proyectos pilotos y de los prototipos que no se convierten en dispositivos de aprendizaje vivos y convocantes. Y también gran parte de la riqueza de la experiencia del 1@1Sarmiento se origina en que la misma transcurre y emerge en el espacio abierto de la escuela pública con poblaciones de riesgo. Si no podemos -aunque sea con relativizaciones y modularmente-, replicar nuestros hallazgos y evitar repetir errores, la valía de la experiencia se vería asimismo notoriamente devaluada
Parados pues en este punto/momento queremos/podemos hacer los siguientes señalamientos en relación a tres dimensiones de análisis importantes.
Para nosotros intervenir y construir un aula 1@1 supone:
I Rediseño del aula como espacio de participación
1. Hay que ir a buscar a los chicos adonde ellos están (que es en Facebook obviamente con sus casi 750 millones de usuarios mundiales, y sus mas de 15 millones en Argentina) y no obligarlos a deponer sus entornos de hiperconectividad apenas traspasan las puertas de la escuela. A ese encuentro debemos sumarle otras formas de participación digital activa como son los weblogs personales como espacios de producción, Youtube y Flickr como Netvibes, Ning como plataformas expresivas, etc
2. Hay que descentralizar todas las formas de comunicación y contacto entre la escuela y los chicos (por eso es importante crear espacios de tutorías entre la mayor cantidad de coayudantes posibles(), que todos los participantes del aula tengan contacto estrecho y personalizado con los chicos, que la inteligencia emocional se difumine en forma de estrella y que no se encapsule ni quede circunscripta a roles fijos e inmutables (asesores pedagógicos, psicólogos escolares, psicopedagogos, coordinadores de aulas, etc.).
3. Hay que encontrar el lugar apropiado para compartir experiencias, éxitos y fracasos entre los docentes y los responsables de los proyectos. Si bien las listas de distribución , los correos personales y hasta los weblogs son útiles, asi comno los encuentros presenciales semanales o quincenales, en las últimas semanas se ha dinamizado de manera notable el grupo cerrado 1a1docentes en Facebook, demostrando un uso inédito e imprevisto de esta herramienta social para la autoformación docente. No solo los jóvenes están en Facebook, los adultos también lo están y cada vez mas.
4. Lo supusimos al principio -aunque nos equivocamos al minimizar exageradamente el rol docente- pero la experiencia lo ha dejado plenamente de manifiesto. La única forma de «liberar» el aula, del control omnímodo de un docente único, dueño de todos los puntos de vista y de la legitimación en la emisión de la voz, solo puede suceder si se «inunda» el aula de/con docentes/codocentes/invitados/inspiradores (en el sistema formal existen varios niveles de contacto posible con los alumnos: monitores, preceptores, coordinadores, veedores, supervisores, asesores pedagógicos, etc etc pero nunca convergen en el aula al mismo tiempo, con lo cual su conocimeinto del terreno es magro y sus aportes marginales).
II. La puesta en marcha de «anclajes» (affordances) para potenciar la experiencia
5. Metodológica y operativamente conviene rotar las funciones de los integrantes del aula 1@1, para no caer en los divismos y esquematismos de la división educacional del trabajo. Alguien que entra como metodólogo, puede devenir docente, analista, redactor, coach, lider motivacional y asi sucesivamente. Y lo mismo vale para las otras funciones. El mismo docente debe reobjetivizarse y autoobservarse, permitiendo que otros agentes den ocasionalmente las clases.
6. Cuando se trabaja por proyectos no se hace entrar por la ventaja lo que se exorcizó por la puerta. Por ello hay que permitir emerger ejes significativo de aprendizaje desde la propia base (como está ocurriendo hoy con el segundo proyecto «La revista digital» que fue votado por los alumnos ver Prezi mas arriba). Por mas colaborativamente que se trabaje si se recae mecánicamente en los organizadores curriculares o en los temas de las materias, pero también si se quiere imponer proyectos propuestos unilateralmente por los docentes, se pierde gran parte de la tarea de horizontalización y de articulación que caracteriza estas experiencias
7 El «progreso» de los chicos se debe leer en forma multivariada, computando desde la adquisición de nuevas competencias y habilidades, la revalorización de funciones centrales como la escritura, el compromiso creciente con pares, docentes y proyecto, el aprendizaje de competencias grupales, la formalización de los conocimientos digitales previos, etc etc. Porque la mejora de las habilidades está ligada a múltiples y a veces indecelables influencias de los actores, pero que pueden resumirse a través de algunos vectores.
Los chicos aprenderán mas y mejor cuando esos actores variados sean capaces de hacerse cargo de: la curadoría de su experiencia, presten atención genuina a sus demandas y dificultades, valoren sus estilos de aprendizaje singulares, sintonicen con sus modos digitales e hiperconectivos de vida, puedan hacer conciliar los pros y contras del mundo analógico y digital, y sobretodo muestren una capacidad creciente de desplegar por parte del equipo 1@1 la inteligencia emocional . Solo en ese caso podremos achicar la brecha intergeneracional, la disyunción de los valores presentes en poblaciones que se salen de la horma clasemediera, y permitan instalar hábitos de comportamiento no demasiado socializados previamente en estos chicos.
III Las necesarias condiciones de la replicabilidad
8 El proyecto debe buscar un equilibrio dinámico y mutante entre las demandas de institucionalidad y la necesidad de romperla (un buen ejemplo es el Boletín 1@1, un mal ejemplo es el enorme tiempo que nos llevó traducir las notas y cerrar el boletín tradicional, aunque ello es mas que explicable por la novedad que supone evaluar este tipo de proyectos innovadores).
9 Dada la velocidad con se que se trabaja sobre el terreno y la variedad de elementos intervinientes debemos diseñar nuevos dispositivos para poder «captar» gran parte de esta riqueza en tiempo real (en formatos textuales y audiovisuales) a fin de poder recuperarla rápidamente en futuras experiencias (como serán los proyectos 3 y 4 del corriente año).
10 Debemos Ir previendo una recuperación de todas estas observaciones con miras a armar catálogos o modelos de replicabilidad modular (según la disponibilidad, la experiencia previa, la dotación tecnológica y la cultura de participación preexistente en las escuelas actualmente existentes). De acuerdo a estos prediagnósticos podrán «transplantarse» pocos o muchos de estos módulos en la formación de gestores de experiencias 1@1 para llevarlas a muchas de las escuelas favorecidas con la entrega de máquians por el Programa Conectar Igualdad.
Barajar y dar de nuevo
Por todo lo antedicho hay que revisar cual debe ser la formación de los docentes 1@1. Como se habrá visto en este cuasidiagnóstico, aqui no hemos incluido demasiadas consideraciones sobre herramientas o plataformas, tampoco hemos hecho énfasis en la traducción del curriculum usual al formato multimedial, ni hemos revisado demasiada literatura acerca del uso de dispositivos digitales (especialmente los videojuegos) como caballos de Troya oportunistas para vencer la resistencia digital de los alumnos, y finalmente obligarlos a conversar en los formatos preexistentes o recayendo en los contenidos convencionales de la escuela analógica con un barniz digital.
Y si bien sobre cada uno de esos puntos tendríamos mucho para decir y aportar (ver nuestro libro Nativos Digitales o nuestra compilacion junto a Ivan Adaime e Inés Binder El Proyecto Facebook), el camino que hemos seguido ha sido diametralmente opuesto al que se utiliza a ultranza en la formación docente soi disant digital. No compartimos esas propuestas (ya sean presenciales o virtuales, ya sean intensivas o extensivas, ya sean instrumentales o propedeúticas) por una razón de mucho peso.
Mientras que el paradigma del libro como artefacto cerrado, que equivale al curriculum cerrado, a la caja horaria, a la división por materias, a la evaluación memorística, etc etc siga siendo el organizador central de la escolaridad, cualquier estrategia abocada al uso intensivo de máquinas (agraciada esporádicamente por conectividad de banda ancha) poco logrará mejorar cualquiera de las dimensiones que hemos explorado mas arriba.
Pero si por el contrario se diseñan actitudes 2.0 en los docentes, que no es otra cosa que recuperar los ideales y deseos de los grandes pedagogos clásicos (nada mejor que devorarse el ultimo libro de David Perkins El aprendizaje pleno para comprobarlo), solo que plantando sus estrategias y propuestas en entornos digitales y de alta complejidad e incertidumbre, la tecnología cobra nueva vida, y la alfabetización digital se convierte en un coadyuvante de reforma, no tanto de la pedogogia cuanto de la profesión profesoral. Que debe abandonar su atalaya broadcast para cumplir con las demanadas de la Pedagogía del Ignorante, el oprimido, el aburrido , el informal y lo invisible que tanta falta nos hacen.
∫
Hola Alejandro!
Muy bueno este primer listado de cuestiones a tener en cuenta a partir del experimento ya «in vivo». En esto de la modalidad 1@1 está todo por crear y la única forma de hacerlo, creo yo, es experimentar directamente con la herramienta en la mano y aprender de lo hecho.
Te cuento que desde hace algunas semanas estoy en contacto bastante estrecho con muchos maestros uruguayos que están haciendo cursos online en el marco del Ceibal. Estoy trabajando como tutora virtual de cursos de inclusión de tecnología en el aula. Cursos masivos y al mismo tiempo muy interesantes y bastante exigentes. Una apuesta grande.
Intercambiando con algunos maestros, no dejo de preguntarme porqué es tan heterogéna la implementación del Plan Ceibal. En algunos lugares funciona y entusiasma, en otros lados es casi invisible y muchos están frustrados. Mi impresión es que el contexto social es importante (difícil que la misma política educativa tenga el mismo impacto en situaciones tremendamente desiguales), pero que el contexto institucional al que llegan las computadoras hace una gran diferencia. Me da la impresión de que cuando la comunidad docente de un centro educativo logra liderar el proyecto, se empodera, sale a buscar participación de las familias y la comunidad, el modelo 1@1 tiene muchas más chances de funcionar. En contextos clase media y en «contextos críticos». Esto se traduce en menos máquinas rotas, más horas de trabajo en el aula, más entusiasmo de los chicos por ir a la escuela, etc.
Me da la impresión de que al evaluar estos modelos se pretende medir el «rendimiento» de los alumnos en lengua, en matemáticas, etc., de la misma manera que siempre. Creo que con esto se invisibilizan muchos de los logros que vos comentás acá.
Estamos en contacto!
Mariana
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Respetado Alejandro, el 1 a 1 no ha sido considerado en Colombia, entre otras razones porque las políticas del Gobierno están enfocadas en llegar primero a las 11 mil sedes educativas que no han tenido contacto con la tecnología (cobertura /presupuesto) y porque la formación en TIC a los maestros resulta de todo el interés para que ‘estos la apropien primero e interactivo acorde a las tendencias con sus alumnos. Sin embargo, los resultados de la
s pruebas Pisa nos dejan muy mal en el entorno internacional y preocupados a quienes tenemos algo que ver con las TIC y la educación. Desde su perspectiva como nos ven desde el exterior y que le hace falta al modelo colombiano de acceso universal para mejorar?.