«Depende», irreduccionismos y cuestionamiento del imperialismo pedagógico
La frase que mas retintineó en las excelentes presentaciones, observaciones, conversaciones y estímulos que Joan Ferres ventiló en su clase sobre competencias cognitivas y emocionales en las pantallas en su clase del seminario UNIA Baeza 2011 sobre Crisis y Reinvención de las Profesiones P fue «depende». El adverbio se hacía presente cada vez que Joan planteaba una pregunta dicotómica y, ante la tendencia natural a optar por uno de los cuernos del dilema, Ferrés mostraba con ejemplos y detalles, con alternativas y visiones contrapuestas la necesidad de realizar lecturas estereoscópicas para apreciar la irreducibilidad de los puntos de vistas contradictorios. Algo que siempre ocurre con cualquier tema o cuestión importante
Si recordamos esta voluntad es que para entender que en lo que venimos haciendo en el 1a1Sarmiento debemos escapar a todos los simplismos que tiñen la actual discusión acerca de la relación entre pedagogía y tecnología, escudados en la falacia mas grande de todas, cual es la de imaginar que la tecnología bajo discusión es meramente un apósito (la versión high-tech de la tiza y el pizarrón), un mero instrumento al servicio de una pedagogía que siempre deber ser la dominante en última instancia.
Para esta visión omnipresente entre pedagogos, teóricos de la enseñanza, dictadores curriculares y defensores a ultranza del Canon Educativo, todas las confusiones e intrigulis que se producen atávicamente en las clases (disparadas por la introducción masiva inconsulta de laptops -y a veces conectividad- en la escuela), es un mero estadio de transición (Paréntesis) que se solucionará cuando el (o los) modelos pedagógicos tradicionales, restauren el orden perdido y se pongan al servicio de la sacrosanta transmisión de los contenidos inmemoriales.