Yéndonos de Pekin a marcha forzada
Nos quedaron muchas cosas que contar de nuestra visita a Pekin, desde la visita al Templo del Cielo que incluye al Salón de Oración por la Buena Cosecha; el Altar Circular y la Bóveda Imperial del Cielo en el parque Tiantan Gongyuan, al sur de de Pekín, asi como las impresiones que nos causaron las visitas a los talleres de Cloisenne y a una fábrica de seda, para no hablar de la ceremonia del té y especialmente del shock que nos dio cuando aterrizamos (siempre raudamente nunca mas de una hora o dos) en Sanlitun y nos dimos una vuelta por el Apple Store (curiosamente cuando Tim Cook estuvo la semana pasada en Beijin no visitó a ése sino al de Joy City).
Pero como la agenda no se detenía y nuestro viaje era lo mas parecido al hop on hop off que hacemos cada vez que tomamos uno de esos colectivos turísticos que recorren las ciudades en un par de horas, y permiten bajarse y subir ininterrumpidamente, apenas estábamos degustando impresiones (siempre acompañadas de un Starbucks cercano y de toneladas de fotos que no podíamos subir a Facebook porque está censurado aquí en China), ya estábamos tomando el vuelo a Xian en un atiborrado Airbus 330 repleto de jovencitos canadienses que estaban haciendo viajes de intercambio con sus homólogos chinos.
Para nuestra sorpresa, despachar las valijas, pasar por el control migratorio, escanear el equipaje de mano, esperar en los gates no tiene nada del caos e improvisación como pudo haber sido hace 10 o 20 años atrás. Pero hoy con uno de los aeropuertos con mas tráfico del mundo, cuando 78 millones de pasajeros pasan anualmente por Pekin (es el segundo aeropuerto mas visitado del mundo, aunque Atlanta le gana por mas de 10 millones pero báiscamente de pasajeros dom®esticos) todo eso es historia vieja. Lo cierto es que con una hora de retraso (muy común en los aeropuertos enormes) y después de un viaje sin novedades llegamos a Xi’an una de las 10 zonas urbanas mas grandes China (8 millones de habitantes) donde Cristina, una guía solicita nos deposito en Titan Times un hotel de lujo a pocas cuadras de la gran muralla.