Mutando que es una sana forma de crecer
Cesar Coll es un maestro de maestros. Fue uno de los númenes de la reforma educativa española, que fuera importada con devoción por el equipo de Decibe/Braslavsky/Filmus en los albores de la era menemista, de principios de los años 90. Desde hace mas de una década se ha venido reconvirtiendo progresivamente a las huestes TIC. Lo conocí en Madrid donde fuimos compañeros de la XXII Semana Monográfica Santillana de la Educación. Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en la educación: retos y posibilidades (2007), lo frecuenté en varios simposios internacionales cuando la OEI creía en los expertos (y ambos formábamos parte junto a Hugo Martínez, Guillermo Sunkel, Marcia Padilha, Roberto Carneiro y otros amigos de uno de sus grupos , y lo seguí viendo intermitentemente ya sea en España o en América Latina.
Escuché varias de sus charlas, y aunque coincidía erráticamente con algunas de sus perspectivas, lo veía demasiado apegado a las alfabetizaciones tradicionales, muy orientado hacia la defensa del curriculum tradicional, muy escéptico respecto del potencial (y no solo de los usos efectivos de las TIC en las escuelas), y en general como a un tipo lúcido pero demasiado tradicionalista.
Los prejuicios vienen y van, y después de escucharlo atentamente ayer a la mañana en su charla en el auditorio Elis Regina en el Parque Anhembi en el marco de las jornadas 2012 de Interdidactica (pero mejor aun a lo largo de las innumerables charlas que tuvimos entre lunes y martes), debo comerme mucho de lo que pensaba (me voy a atragantar si me sigue pasando esto), y debo reconocer que César ha ido cambiando sutilmente sus posturas, no ha menguado en un ápice su escepticismo (pero cada vez por mejores razones), y sin embargo ha abierto espacio a varias vetas de reflexión y acción mucho mas interesantes aun de lo que ya lo eran una década atrás.